Amor Prohibido

Capítulo 1 (Piloto)

   Agnes caminaba por la acera escuchando Single Ladies en sus audífonos blancos mientras tarareaba algunas partes de la canción, ignorando las caras graciosas que le hacian las personas que pasaban por su lado, yendo a quien sabe donde a estas altas horas de la noche; por su vestimenta - vestidos con lentejuelas, muy cortos, zapatos muy altos, en el caso de los chicos llevaban camisas dejando al descubierto su pecho - se notaba que iban a fiestas, cuando pasaba por restaurantes veia a las parejas con ropa muy fina y elegante terminando de cenar, hasta vio como algunas salían y se subían a autos muy caros y ultimos modelos. 
   Odiaba su trabajo debido a esto. Su jefe, a pesar de que ella se lo había pedido demasiadas veces, no le cambió el horario con la excusa de que no tenía otro puesto para darle. Agnes salía del bar luego de haberlo cerrado y comenzaba a caminar lo más rápido posible para llegar a su departamento y acostarse a dormir lo más pronto que podía porque al otro día tenia clases. Con veinte años estudiaba su segundo año de abogacia y le estaba costando demasiado pero intentaba esforzarse en sacar buenas notas; su madre le ayudaba a pagar la universidad y no iba a gastarle su dinero para que ella sacara malas notas. 
   Con vigor, cruzaba los callejones oscuros sin mirar hacia estos. Siempre que miraba las noticias, se hablaba de que adolescentes, saliendo de una fiesta, fueron asesinadas en un callejón o violadas, y Agnes no quería ser parte de ellas por lo que intentaba esquivarlos cruzando la calle o simplemente caminar rápido. Siempre se lamentó por aquellas chicas que morían por causa de esos infelices con la mente perversa; ¿qué ganaban con matarlas? ¿qué ganaban con tener sexo a la fuerza con ellas?
   Dan conducía el auto no tan viejo que se había comprado hace tan solo una semana a toda velocidad, empinó la botella de vodka con su mano derecha y le dio un gran trago sintiendo como el líquido amargo y fuerte le quemaba la lengua y su garganta. Sus lágrimas caían por sus mejillas como si de una cascada se tratase, sentía que su mundo se caía en pedazos, ya todo a su alrededor no le importaba, nada ni nadie. Deseaba volver el tiempo atrás, a cinco años cuando el comenzaba a estudiar y la conoció. Aún recuerda ese perfecto momento, ese amor a primera vista que nunca creyó que existía. Sin embargo, aún recuerda los gemidos de su prometida mientras subía las escaleras hasta su habitación junto con los gemidos de un hombre; al abrir la puerta se encontró con la peor pesadilla de su vida, lo que nunca quiere ver ningún hombre o mujer que está en pareja. Su prometida, ahora ex, lo engañaba con su mejor amigo de toda la vida, en su casa, en su propia cama, con su novia. Se sentía tan abatido en ese momento, quería golpear a su amigo hasta matarlo si fuese posible y decirle todo lo que pensaba hacia su pareja, pero lo único que logró hacer en ese mismo instante fue salir corriendo de allí, tomando la botella de vodka y las llaves de su auto para volver a salir ignorando los gritos de su prometida. Lo que llegó a decirle a ella antes de subir al auto, fue púdrete zorra y salió a toda velocidad hacia quien sabe donde. 
   Cruzaba los semaforos en rojo sin importarle las infracciones que luego le llegarían a casa. No podía borrar de su mente el recuerdo de su mujer encima de su amigo, le provocaba naúseas, asco y odio al recordar todas las veces que lo había invitado a su casa a cenar sin darse cuenta de nada. Una vez más, ignoró la luz roja que le indicaba que se detuviera, que era momento de darle el paso a otro carril, y cruzó a toda velocidad mientras miraba en su telefono todas las llamadas y mensajes de su ex novia, seguro de que todas las calles estarían vacias pero un gran impacto contra su auto hizo que pisara el freno con fuerza asustado, el coche se deslizó por el asfalto dejando las marcas negras de las ruedas en él. Dejó la botella casi vacia en el asiento del copiloto junto con su teléfono y abrió la puerta para bajarse e ir a ver qué habia sido eso. 
   Estaba mareado y tenía ganas de vomitar, sentía los latidos detrás de su cabeza como un tambor. La calle estaba solitaria, de no ser por él y su auto. Se tambaleó un poco caminando hasta el frente de su automovil y vio la gran abolladura en el capó y la sangre escurriendo debajo del coche. Lo único que llegó a pensar fue que un animal se cruzó en su camino y lo había matado. Vio a metros de él un telefono con audífonos blancos aún conectados y fue cuando comenzó a crear una imagen horrorosa en su mente a la vez que comenzaba a formularse preguntas, dudas y miedos. Tenia terror de lo que se encontraria debajo de su auto, no queria saberlo. La sangre oscura en el piso estaba a punto de tocar sus zapatos por lo que se hizo hacia atrás rápidamente tropensandose con algo. Sus dudas habian sido resueltas cuando vio aquella mano delicada pero ahora inmovil, sus uñas pintadas de negro le hizo saber que eran de una mujer. 
  Cuando logró reaccionar y como si estuviera en camara lenta, se arrodilló en el piso y pegó su mejilla contra la calle, alcanzando a ver a un cuerpo. Estaba oscuro allí debajo por lo que no llegó a notar si su pecho subía y bajaba. El alcohol en su organismo se habia esfumado por arte de magia y su mente solo podía pensar en una sola cosa: 

- Maté a una persona.... 


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- Felicitas ;)



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En el texto hay: amor

Editado: 04.06.2018

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