-Tengo miedo.-Confieso viéndolo a los ojos, el acaricia tiernamente mi mejilla y se acerca a darme un beso en la frente.
-Lo se cariño, pero prometo poner todo de mi parte para que eso no pase, pero por favor no vuelvas a huir así de mi.
-Lo prometo.- digo viéndolo a los ojos.
-¿Puedo besarte? me estoy muriendo de ganas por hacerlo cariño.- y sin darme tiempo a responder me toma de la cintura y me pega hacia el, nuestros labios se encuentran mi lengua la paso por sus labios y succiono el aprieta su agarre y gruñe. Me muerde el labio inferior y mi lengua se encuentra con la de el haciendo de este beso uno mas cargado de pasión, nos separamos por falta de aire y el me observa, sus pupilas están dilatadas, se toma del cabello y respira un par de veces para después volver a tomarme entre sus brazos y besarme.
-¿Que me estas haciendo?-Dice viéndome a los ojos, esa mirada cargada de deseo que me encanta y que me vuelve loca pero el aun no lo sabe.
-Lo mismo puedo decir de ti, cuando estoy cerca de ti simplemente no me puedo controlar y eso no esta bien.-Me pone una mirada que no se descifrar.
-Hace un día magnifico ¿Porque no vamos a dar un paseo a la playa y a meternos un rato en la piscina?- Pregunta y yo encantada acepto.
-Me parece una idea estupenda, deja ir a cambiarme y nos vemos en recepción.-El acepta y sin mas salgo de ahí para dirigirme a mi habitación, elijo un bikini que trae muchas tiras y es cruzado en color negro me coloco un sombrero del mismo color y me pongo mis chanclas de baño y encima un pareo, tomo mi bolso y en ella guardo mi bronceador, bloqueador, mi libro, celular y ya lista me pongo mis lentes de sol y salgo de mi habitación.
Voy distraída con mi celular y siento que choco con alguien, ¡que vergüenza por dios! alzo la mirada y me encuentro con un hombre alto y bronceado, me mira fijamente y yo me sonrojo.
-Ay! lo siento, iba distraída perdón.-Digo muy apenada, a lo que el se retira las gafas y me observa detenidamente.
- μην ανησυχείς.- Wow es griego, por fortuna se hablar griego y entendí perfectamente lo que me dijo, que es no te preocupes. Aurora quita tu cara de boba. -Σας βλάψα;- Me pregunta que si me hice daño.
- όχι, είμαι καλά, ευχαριστώ.- Le digo que estoy bien en griego y al parecer se sorprende que hable su idioma. Me alejo de ahí y siento su mirada atrás de mi pero no tuve la valentía suficiente de voltear de nuevo.
¿Por dios que paso hace un momento? ¡Que vergüenza! Es un dios griego y que chocara con el, ay no, no, no ¿en que estaba pensando?
Llego hasta recepción donde el me esta esperando pacientemente y al verme me recorre de pies a cabeza sin disimular un poco, el va vestido con una camisa sencilla y su bañador, que a decir verdad le sienta bastante bien.
-Vez como atraes miradas Aurora, ¿Lo notas?.-
-No, pero hablando de ti, te ves bien. Ese bañador y el que lo porta te hace ver muy guapo.- Digo jalándolo de la camisa suavemente para darle un tierno beso.
-Ah si? mmm me encantas nena, no perdamos mas el tiempo, vamos a disfrutar de este paraiso.- Me toma de la mano y juntos vamos hacia la playa.
Llegamos hacia la playa, tomados de la mano como yo siempre había querido e imaginado. El estar a su lado me hacia olvidar de todo, me daba una profunda confianza y sobre todo a su lado me sentía muy protegida. Arturo, era de esos hombres que no esperas que lleguen a tu vida, sin embargo, el destino es muy sabio y te manda a las personas correctas en el momento indicado para ti. Así puedas tardar años, meses, días o semanas a tu vida siempre llegara esa persona por la que siempre has esperado o buscado.Solo tienes que creer en ti y en lo que sientes, sin miedo a nada y sin importar absolutamente nada.
Lo miraba y me era imposible pensar que aquel hombre estaba a mi lado, mientras el viento de la playa me hacia mover mi cabello y el con esa sonrisa que me enamoraba. Ambos disfrutando lo bonito que era pasarla juntos y en compañía de la persona que querías,
Nos acomodamos en las tumbonas que había en la playa, deje mis cosas en el suelo y me recosté. Viendo aquella maravillosa vista, el mar con aquel sonido relajante y la arena que me encantaba sentirla bajo mis pies. Arturo me miraba y disfrutaba el que a mi me gustara estar en un lugar así, tan relajado, fuera de preocupaciones y gente problemática.
Nos dedicamos a leer un rato, después le pedí de favor que me pusiera bloqueador en la espalda. Pues a pesar de todo, no me gustaba broncearme demasiado.
-¿Puedes?- le señale el bote de bloqueador con una sonrisa y el asintió encantado.
-Por supuesto como negarme, ni para que preguntes.-yo reí ante su expresión y me puse boca abajo para que pudiera hacer bien su trabajo.-Tienes un color de piel precioso y no se diga de lo suave que la tienes.- me sonrojo y solo pude soltar una pequeña risita.
Después de untarlo con suma delicadeza, disfrutando obviamente tocar mi cuerpo a toda su merced, me volvió a abrochar el bikini y me senté, aquellos ojos me miraban demasiado intenso.
-Me encanta como me miras, como me tratas, como eres. Me fascinas todo tu.-lo atraje hacia mi sin que el lo esperara, solo escuche un pequeño sonido de asombro y lo atraje a mis labios. Aquella boca que era la gloria para mi, disfrutaba muchos sus besos, su sabor siempre a menta. Era muy embriagador, nos besamos intensamente, yo lo tomaba por el pelo, mientras el me apretaba mas hacia el.
-Creo que necesito un poco de agua fría.- susurro agitado, mientras unía su frente con la mía y yo de a poco abría mis ojos para poder observarlo.
-Claro, yo aquí te espero.-le guiñe un ojo y este me puso un puchero. El agua del mar no solía estar caliente y a demás era pésima nadadora, tenia miedo que en el mar yo me pudiera ahogar.
-Una lastima.-se levanto decepcionado y yo me iba a acomodar en la tumbona de nuevo, para así poder descansar y mirarlo. Pero de un momento a otro me sorprendió, me tomo por la parte baja de mis piernas y me llevo sobre su hombro como si de un costal de papas se tratara.