Capítulo 5: ¡Tú!

¿Recuerdan que ayer no tuve clases, porque mi increíble profesor o fue? Pues el muy maldito envió todo el material por el email de la institución. ¿Lo peor? Que fue un plan de cuidado. Algo que odio con toda mi vida. Me considero una buena enfermera, pero documentar jamás ha sido lo mío. Recuerdo en que en mi antigua universidad me peleaban a menudo por eso. Sin embargo, lo recompensaba mi desempeño en el área clínica.

Si se preguntan dónde estoy. Bueno, pues estoy ya en la biblioteca de la universidad. Llevo aquí más de una hora y son apenas las 7:30am. ¿La razón? Alice me pidió ayuda en anatomía y no es por presumir, pero soy muy buena en esa materia. Cuando tomé esa clase quedé completamente enamorada del ser humano. Tan perfecto, todo tiene una función y nada sirve si algo se daña. Así que hicimos un intercambio de tareas. Yo hago su informe completo sobre el tórax mientras que ella termina mi desastre.

• No está tan mal, solo te faltan pequeños detalles. – Dice mientras edita todo desde su computadora. Creo que fue más un comentario de consolación y pena a un alago.

• Si tú lo dices, al menos yo si hice la mitad. –Alice se ríe. El concepto ayudar es que la persona haga el mínimo intento por hacer un parte. Para Alice eso consiste en darte las instrucciones, el tema y resuélvete como puedas. –No me da mucha gracia Alice.

• Bueno, bueno al menos en la próxima prometo hacer un mejor esfuerzo. –Se creerá ella que después de esto habrá un próxima. – Bueno Alex ya es casi hora de entrar te acabo de guardar tu trabajo en tu USB.

Luego de intercambiar nuestros dispositivos y agradecer a Alice por ayudarme con mi desmadre una dos veces más me fui directo al salón. La clase de estadística es muy motivadora. El profesor Alejandro es muy atractivo y sí, Alejandro es su apellido. La mitad de la clase son chicas y apuesto lo que sea que todas babean por él. También me fijé que le presta mucha atención a Morgan. Al principio pensé que era una chica agradable, pero luego me di cuenta que en realidad es una perra leal de la Barbie. Pobre profesor, la cárcel le espera.

Para mi desgracia me tocó justo al frente de Ian. El idiota que molesta a Alice y vaya que es insoportable. Tuve un gran impulso de voltearme y marcar terreno. Sin embargo, se acabó el tiempo de la clase y el profesor rápido nos despachó.

Acomodo todas mis pertenencias, ya que hoy tengo unas cuantas clases. Son apenas las 10:30am de la mañana y ya quiero tirarme en mi cama, pero para mí desgracia hoy lunes salgo a las 4:00pm de la tarde al igual que los jueves. Los viernes son todos míos.

• Cox, necesito que se quede un minuto. – Dice el profesor justo cuando iba a salir del salón. Camino hasta su escritorio y me cruzo de brazos.

• Veo que es muy buena con los números señorita Cox. – Levanta su mirada y en realidad no sé a dónde se dirige esta conversación. – Y yo necesito ayuda con unos estudiantes de otros cursos.

• Lo siento profesor no quiero ofenderlo, pero mi meta es ser una profesional de la salud no trabajar con jóvenes desinteresados que vienen porque papi les obliga. – No es que tenga que hacer cuando llegue a mi casa, pero tampoco estaré esclavizada aquí.

• Sí que tienes humor. - Levanta las cejas, yo por otro lado lo miro sin expresión alguna. – La institución le pagará las horas que esté dando las tutorías. – Ruedo los ojos y antes de que pueda pronunciar sonido alguno continua. - La situación aquí señorita Cox es que esta clase se pasa con 90 horas de y a usted le faltan más de la mitad. Así que no es una pregunta, es tu única opción.

Ahg…. debe ser una broma. Hubiera tomado la clase cuando me correspondía esto no me hubiera pasado. Decidí tomarla una sola vez a la semana y eso no me da para cumplir con las horas requeridas. ¿Pero dar tutorías? Dudo mucho que eso sea posible. Sé que anteriormente dije que era buena con los números, pero si de algo carezco es de paciencia.

Me volteo para irme de mi parte esta conversación ya acabó.

• La espero a las 4:30 pm en la sala de tutorías, no llegue ni un minuto más tarde. – Y antes de que pueda salir….- Denada.

Ah pero que presumido el vejestorio este. Con mi humor al borde del precipicio salgo directo al baño. Al ubicarlo entro sin más. Nunca había entrado a este baño y no está nada mal. Al entrar se divide en dos secciones. En la sección de la izquierda quedan los lavamanos. Debajo de un lujoso espejo que llega hasta el otro extremo de la pared. No hay llaves, todo es por sensores de movimiento. Hay fáciles unos siete lavamanos. La pared de fondo es negra con detalles blancos los lavamanos también son blancos. En la otra sección son cubículos negros y al contrario de la otra pared esta es en su totalidad blanca. Hay siete cubículos lo que es mucho para la universidad donde yo estaba. Solo había dos y uno nunca servía, vaya servicio, pero esto es increíble.

Alguien carraspea la garganta y puedo ver a Morgan. Quien cruza de brazos haciendo notar su esbelto cuerpo. Ella pertenece al área de administración por lo que nos cruzamos en algunas clases básicas, por no decir que en todas. Es toda la definición de una niña rica. No es que yo no lo sea, pero hay una diferencia. Yo conozco el valor de las cosas ella solo conoce números. Su cabello rubio le llega hasta casi la cintura y está lleno de hondas dándole volumen. Es pálida, pero no ese pálido que es tierno, sino frío que no se puede diferenciar de la pared. Se los juro que no miento. Sus ojos son oscuros y tiene unas pestañas que cualquiera envidiaría si no fueran postizas. Su maquillaje es muy cargado para su tono de piel. Lleva puesta una mini falda negra que apenas le cubre el trasero y una camisa de igual color llena de girasoles amarillos. Amo los girasoles, pero estos de verdad que me dan pena.

• ¿Me dirás que hacías con mi hombre? ¿O seguirás mirando lo que tú nunca serás?