Cap 3 "Solo una noche"

Tengo miedo de cerrar mis ojos y en el momento en el que me quede dormido comience esa horrible pesadilla en la que aparece Walter.

Mejor voy al jardín a tomar un poco de aire, pero mi maravillosa paz se ve interrumpida por mi hermano.

—Steven, voy a salir a cenar ¿quieres acompañarme?
—No gracias, voy a estudiar para anatomía dental
—¿Quieres que te traiga algo?
—No Anthony no quiero nada, lo único que quiero es que me entiendas y no me juzgues

Se queda callado, ese maldito silencio sepulcral que siempre hay cuando me expreso, es horrible, simplemente no encuentra palabras para darme animo y solo se marcha. Me duele no tener su apoyo, él no quiere que sea malo con las personas, pero lamentablemente ya no hay vuelta atrás.

Me dirijo a mi habitación para estudiar un poco, quiero deseo despejar mi mente de todo, después de unos minutos suena mi celular, es de un número desconocido

—Diga . . .
—Steven . . . yo . . ., necesito verte por favor, es urgente
—¿Sandy? ¿Estás bien?
—Ven rápido por favor, anota la dirección y ven rápido, no puedo explicarlo ahora

¿Que le pasara a Sandra? , su tono de voz simplemente no me gusto. Tomé mi chaqueta y las llaves de mi auto para ir rápido, ella se escuchaba asustada, ansiosa, y un poco de misterio acompañaban sus palabras; espero este bien ya que aquella dirección que me dijo es la de un motel corriente y vulgar, mi conocimiento sobre ese lugar es por el hecho de que allá tenía reuniones y fiestas con Walter. ¡Maldito sea el destino que me quiere hacer recordarlo!

Al fin llegué al motel, estacioné el auto y me puse a buscar a Sandra. La noche estaba tan calida, pero de este lado de la ciudad hace frio, esta solitario el estacionamiento y un poco nublado, una verdadera escena de terror. De repente siento como unos brazos me abrazan por la parte de atrás

—Ya te quería ver Steven, me hacías mucha falta— susurra

Me doy la vuelta y veo a la "inocente" Sandra vestida como una verdadera prostituta, lleva puestas unas mayas de red, su conjunto es una mini falda y un top de látex color rojo; trae puesto unos tacones un poco grandes igual rojos y su maquillaje la hace ver más grande de lo que es, sus labios se los ha pintado color carmín. Ella sola arruinó su belleza.

—Sandra ¿Qué te has hecho?

—¿Acaso no te gusta lo que vez? — se muerde el labio

—Siendo sincero. . . La verdad no y para la próxima no me hagas perder el tiempo, adiós. — me doy media vuelta y comienzo a caminar.

—Steven por favor voltea, te lo suplico— su voz ha perdido toda inocencia, me causo un escalofrió el escucharla, claramente me sentí ante una psicópata.

Sigo caminando, no quiero parar, pero ella va detrás de mi , acelero el paso y cada vez estoy más cerca de mi auto.

Ella cada vez grita mas y mas mi nombre; no quiero hacerlo, no quiero dar la vuelta, tengo un presentimiento de que no debo voltear.

Por fin he llegado a mi auto, solo es cuestión de nada para abrir la puerta y marcharme, hasta que ya no escucho mas su taconeo, ¿volteo? ¿me marcho?

—¡Steven!— grita mas fuerte de lo normal , seré sincero, ¡casi me mata! mierda que susto me causo.
—Carajo Sandra que quieres— me volteo hacia donde esta ella.
Pero me eh quedado helado, un escalofrió recorre toda mi columna vertebral, un hormigueo invade mis manos, las piernas me tiemblan un poco, pero se que si intento dar un paso estas no responderán y es que simplemente no puedo moverme, ella me está apuntando con un arma, ¿Qué mierda le sucede a esta loca?

—No debiste rechazarme Steven, yo estaba dispuesta a entregarme completamente a ti, pero preferiste a la insípida de Kenia, y hay que castigarte . . . ahora acércate y arrodíllate ante mis pies — comienza a reírse como el mismísimo guasón.

—Crees que por apuntarme con un arma vas a lograr que me humille ante ti, al contrario, me harías un gran favor al soltar ese gatillo, vamos ¡Dispara!

—Yo solo quiero una noche contigo ¡Solo una noche! — la risa cesa pero comienza a llorar ; esta loca tiene un problema psicológico, y no hay duda de que quiere matarme.

—Pues acabas de perder tu oportunidad de tener una o más noches conmigo, te has convertido en una vulgar para mí y sabes que. . . yo elijo con quien me acuesto, en donde, con quien y a qué hora; nadie me ordena y mucho menos me obliga.

No tengo miedo a morir, total mi vida se ha hecho una mierda desde que llegó Walter y para mi hermano soy una carga, que mejor que desaparecer .

—Eres un imbécil, no mereces vivir— y sin dudarlo Sandra jala el gatillo, siento un horrible dolor en el pecho, mi cuerpo se queda helado, estoy petrificado, las lágrimas comienzan a salir . . .
Mi hermano llegó a donde estábamos y él se atravesó para recibir la bala, él me salvó; tengo a mi hermano en mi brazos, sus ojos me miran con alegría, y con esfuerzos a penas puede decir:

—Hola hermanito, llegué a tiempo— sonríe y poco a poco comienza a salir sangre de su boca.

—Anthony, Anthony, por favor, no puedes dejarme, resiste, tú eres muy fuerte — aprieto fuertemente el abdomen de Anthony, mis manos están llenas de sangre y busco mi celular, marco a emergencias justamente al hospital del que es dueña nuestra madre, para pedir a una ambulancia y una patrulla. Mientras llega la ambulancia dejo a mi hermano acostado en el suelo para perseguir a Sandra.