Dibujo.
Andrés
Luego de pasar un largo rato dibujando, he terminado.
Debo admitir que dibujar me ha hecho bien, ya me siento tranquilo y sin frustración. También me ayudó a tomar una decisión sobre el curso.
Aprecio el dibujo un largo rato y finalmente cierro la libreta.
***
Despierto sintiendo unos leves golpecitos en mi pecho, abro los ojos con pereza y la veo.
Los ojitos marrones capaces de tenerme a sus pies, me miran fijamente.
Maitee, mi niña, está aquí despertando a su tío.
–Ya salió el sol tío. –habla con esa dulce vocecita.
–Ya veo –tomo mi celular para ver la hora– ¿Qué haces despierta tan temprano? –pregunto al ver que son las 6:20 AM.
–Siempre despierto a esta hora.
Wow, pobre de mi hermana.
–Mamá dice que te arregles para el colegio y luego bajes a desayunar.
–Ok princesa, en unos minutos voy.
Luego de escuchar esto, Maitee gira sobre sus talones y sale de mi cuarto corriendo.
Me encamino hacia el baño frotando mis ojos, me aseo totalmente para luego proceder a ponerme el uniforme.
Finalmente bajo y veo a todos en el comedor desayunando animadamente.
–Buenos días. –saludo.
–Buenos días. –responden al unísono.
Mi hermana le está dando de comer a Maitee y su esposo mantiene una charla amena con mi padre.
Termino de desayunar, me despido mientras tomo las llaves del auto y salgo de casa.
Mientras conduzco, suena una canción que me deja sin palabras, ¿cómo es que me puedo identificar tan bien con una canción?
I hold you so proudly
Traumas, they surround me.
I wish you’d just love me back.
Say you’re here, but I don’t feel it
Give me peace, but then you steal it.
Que letra.
Literalmente así me siento con Edith.
A veces pienso que debería terminarle, lo nuestro va de mal en peor.
Podría pero no quiero.
Aparco el auto en el estacionamiento del colegio y me encamino hacia el interior de éste.
David se sitúa a mi lado.
–Hola broh.
–Hola. –saludo.
–Que bueno verte, me preguntaba si ya consideraste lo del curso.
–En realidad sí. –informo.
Me mira frunciendo levemente el ceño esperando una respuesta.
–Entraré.
–¡Sí! –celebra – sabía que no ibas a ser tan pendejo como para desaprovechar esto, tienes talento y estoy seguro de que éste curso te ayudará a explorar nuevas técnicas y lo mejor, te abrirá muchas puertas.
Sonrío.
–Gracias broh.
Amelie
–También escuché que los vieron darse un beso en el salón de biología, está más que claro que los rumores son ciertos.
–Que viva el amor entonces. –digo mientras le doy una mordida a mi barra de chocolate.
–Cuál amor loca, eso es calentura. –me reprende mi amiga.
–¿Por qué? –indago.
–Ambos son casados y al parecer el profesor no anda muy bien con su esposa y sobre la profesora, pues se sabe que el marido trabaja lejos y muy poco está en casa.
–O sea que están necesitados y por eso están juntos.
Ahora ella toma un trago de su bebida.
–Eso creo.
Oh.
–Que feo caso entonces. –comento.
Nos encontramos en el salón hablando sobre el supuesto amorío entre el profesor de biología y la profesora de inglés, aprovechando que tenemos hora libre.
Muy random, lo sé.
No nos gusta el chisme hay que aclarar, pero nos entretiene.
En eso llega Rodrigo con su coqueta sonrisa y un rebelde mechón de su cabello escapando de su peinado.
–Mis chicas favoritas. –saluda.
Se aproxima hacia nosotras, pasa frente a Raychell lanzándole un beso al aire y guiñándole un ojo, a lo que ella responde enseñándole el dedo del medio.
Hoy tenía una cita médica por lo que avisó que llegaría tarde.
Se acerca a mí.
Y aquí viene.
–Amelie, amor mío, dueña de mi corazón y mi amor.
Me da un abrazo y un sonoro beso en la mejilla.
–Hola Rod.
–¿Cómo estás corazón?
Pregunta mientras mueve una silla, quedando así frente a mí y dándole un mordisco a mi chocolate.
–¿Bien y tú?
–Muy bien ahora que veo a la futura madre de mis hijos.
Sonrío ante su respuesta.
Rodrigo está loco.
Según él, nos vamos a casar en la playa, tendremos hijos y un perro.
Me divierte su actuación pero a veces se comporta como un chicle y eso me estresa, al final Ray termina apartándolo de mí y eso acaba en una de sus tantas discusiones.
–Si tan solo ese chicle se me pegara a mí.
–Oigan chicas, ¿han oído hablar sobre el curso de dibujo y pintura? Deberíamos entrar los tres y así haríamos una actividad juntos –comenta emocionado– sobre todo así podré verte más mi amada. –se dirige a mí.
–Me parece una magnífica idea. –comenta Ray llena de emoción.
–Soy malísima para esas cosas, el arte y yo somos como el agua y el aceite. –digo con pesar.
Y mentira no es, de verdad soy malísima para todo lo que tenga que ver con el arte y aún más dibujando y pintando.
De pequeña, mientras otros niños querían libros y lápices para colorear, yo me alejaba de eso, lo odiaba.
Y ahora con quince años sigo siendo malísima.
–Oh vamos, el curso es para aprender, descubrir y desarrollar tus habilidades en el dibujo o la pintura, tal vez las tengas en ambas. Ahora crees que eres malísima, pero de seguro aún no has descubierto tus habilidades. –habla Rodrigo.
–No lo sé, estoy casi segura de que no tengo mano para eso.