Amor, Sangre y Sombra

del 7 al 10

CAPÍTULO 7 – ENTRE JUEGOS Y AMENAZAS

Alan no aguantó más. Esa semana había visto a Daniela esquivarlo, y cada vez que sus ojos se cruzaban, sentía que había algo que ella no le decía.

Así que la interceptó al salir de clases.

—Dani —dijo, con voz firme—. Necesito que me digas qué pasa. ¿Te hice algo? ¿Sabes algo de mí que no debería?

Daniela lo miró con una mezcla de ternura y peligro.

—Alan... tú no tienes idea de lo que está pasando a tu alrededor. No es personal. Pero si te acercas mucho a mí… puedes quemarte.

—Entonces me quemo —respondió él, dando un paso más cerca.

Ella sintió cómo su corazón dio un vuelco. No porque lo amara. No todavía. Sino porque por primera vez, alguien elegía acercarse… sabiendo que dolería.

—No sabes lo que estás diciendo.

—Lo sé perfectamente. Solo... no me dejes afuera. Aunque sea una mentira, prefiero estar dentro de tu caos que fuera fingiendo que no me importa.

Daniela lo miró en silencio. Por dentro, gritaba.

📖 CAPÍTULO 8 – EL JUEGO CAMBIA

Gabriel recibió un archivo.

Era una grabación. En ella, se veía a Daniela y Alan caminando juntos. Hablaban. Reían. Y luego... Alan la tocaba suavemente en el brazo. Un gesto que solo significaba una cosa: confianza.

Y eso era peligroso.

—¿Quién grabó esto? —preguntó Gabriel, furioso.

—No lo sabemos. Lo dejaron en la entrada.

—¿El mismo que mandó el mensaje anónimo?

—Probable. Y hay más...

Le mostraron otra foto: Alan, en una bodega, hablando con alguien de su padre. No parecía saberlo, pero el mensaje era claro:

“Los hijos están más conectados de lo que creen. Cuidado, Gabriel.”

Gabriel lanzó el vaso que tenía en la mano contra la pared.

—Si ese chico descubre quién es ella... todo se va al carajo.

📖 CAPÍTULO 9 – CIERRE DE CICLOS

Esa misma noche, Daniela escribió en su libreta negra:

Nombre: Alan Allen
Estado: Empático, valiente, persistentemente tonto.
Riesgo emocional: 9 de 10.
Observación: Me está gustando. Maldita sea.

En el margen, escribió en mayúsculas:

PROHIBIDO ENAMORARSE.

Pero su corazón no lo leía. Su corazón ya iba páginas adelante.

Y lo peor era... que Alan también escribía cosas sobre ella en su celular. Notas que no se atrevía a mostrarle a nadie. Secretos. Palabras que nunca había usado con otra chica.

“Cuando sonríe, parece que me perdona sin saber qué hice.”

📖 CAPÍTULO 10 – SILENCIO ANTES DE LA TORMENTA

Al día siguiente, Daniela no fue al instituto.

Alan la buscó. Preguntó. Esperó. Nada.

Esa noche, recibió un mensaje desde un número desconocido:

“¿Sabes con quién estás jugando, Alan? Tu padre no es el único con enemigos. Daniela Smith no es quien crees.”

Alan quedó en shock.
Daniela Smith.
Smith.

El apellido retumbó como un disparo silencioso. Y, en ese instante, entendió que no era solo un romance.

Era una guerra disfrazada de casualidad.

Y él... estaba justo en medio.



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En el texto hay: romance

Editado: 23.04.2025

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