Entre las ráfagas del viento, con un sinfín de obstáculos que se interponen entre el camino diligente de un par perdido que han sido separado en un capricho del cruel destino. Entre las clases sociales que han llegado ir con una gran furia levantar todo un mundo en su contra.
Entre estos impenetrables muros, que custodian la salida y entrada, que no dejará que sus miradas se lleguen a encontrar nuevamente, los dos no comprenden el concepto de lo impenetrable, no pueden conocer que es el vivir sin sentimiento alguno, más bien llevado por el viento por los prejuicios que han sido concebidos por todas aquellas personas que los rodean.
Sus vidas, que parecen estar ya en juego, no detendrán en lo absoluto el tiempo, pero no dejaran que este juegue con ellos y no les deje poder conseguir aquello que anhelan. La melancólica melodía que les es susurrado por el viento, el cual les dice “Si no queréis terminar en un mal final, dejad de seguir en busca de lo que va en contra de lo que los muros han separado. Si no quieres que vuestro amor se vuelva en la melancólica y triste historia que una vez pudo haber sido una felicidad fugaz que no dejaba ver lo que en realidad estaba por ser traído por aquel cruel destino… vamos, no cerréis vuestros ojos para vivir sólo una fantasía que terminara siendo derribada y reemplazada por una cruda realidad en la cual nunca podrán siquiera volverse a ver ni mucho menos poder escuchar aquel débil palpitar. Si no podéis con esto, dejad de jugar con fuego”.
Pero entre las palabras desalentadoras, una vez más alzan sus miradas al profundo cielo azul para decir con firmeza “no dejaremos que nada de esto evite nuestro encuentro. Ya estamos preparándonos para ser golpeados por una cruel realidad que nos ha impuesto estar separados por siempre. Nosotros, que sabemos muy bien que toda esta gran barrera ha sido impuesta por la misma sociedad que no nos quiso tener en el mismo lugar para que nuestras vidas se juntaran para siempre sin que hubiera alguna queja de estos muros impenetrables, daremos lo mejor por hacer que estos sean derribados. Así que, si no hay ni un camino en el cual nuestro sueño pueda volverse realidad, nosotros crearemos este camino. Seremos capaces de tocar todo aquello que se deje moldear por nuestras manos y dejaremos un rastro en el cual nuestro amor podrá crecer y no dejaremos que se marchite tan fácilmente. Si esto significa ir en contra de todos… no dejaremos que eso sea un obstáculo. Entre una cuna noble y una cuna plebeya, no, será mejor decir que alguien que ni su cuna entre los plebeyos pudo obtener, alguien que no cuenta con una cuna en donde poder estar, las dos se unirán para poder vivir felices por siempre. Aunque las dificultades son muchas, no significará que no se podrá lograr conseguir”.
Sin embargo, como todo sueño fugaz y una cruel realidad que podría significar la misma muerte de ambos o de sólo uno de los dos, un camino ensangrentado por varios corazones que quisieron interponerse a esto, es el único que podrán cursar, sólo el estar dispuestos a seguir sin vacilar entre las llamas ha sido la decisión a tomar para continuar su cruzar. Pero sin más en que lograr dejar el pesar de todo lo que en nuestros pesares ha de albergar aquello que pediremos una vez más ante el cielo azul, una oración a Dios, en busca de poder lograr unir nuestros destinos o, por lo menos, poder estar sólo un poco más el uno junto al otro. Todo sucederá tan fugazmente que podría llegar a ser nada más que un engaño más que en esta cruel realidad no lograremos encontrar otra oportunidad en la cual nuestros corazones y nuestras almas logren encontrarse una vez más, ya que una segunda oportunidad, entre miles de anhelos, posiblemente nunca vuelva a ocurrir.
El encontrar un rastro en todo este camino ha de ser lo que hasta aquel ciego caminar estará buscando sin dejar a un lado todo lo que les impide estar el uno junto al otro. Sólo un sueño más, sólo uno más será lo que pedirán. Entre sus lágrimas en las noches frías en donde no se pueden encontrar, los dos dirán “Sólo un paso a la vez, sólo un sueño más que a mi corazón pueda dejar tranquilo. Con solamente tener un sueño en esta cruel realidad… una pequeña esperanza de que me puedas amar, así como yo te amo a ti. Me gustaría que, en nuestro próximo encuentro, no sueltes mi mano ni yo dejaré ir la tuya. Así que, si llegara a ver esta oportunidad dime amor ¿Serás capaz de escapar junto a mí? Pero me es más doloroso poder sólo imaginarme el que pasaría si te llegara a ver partir de mi lado para siempre, si me viese forzado a abandonar por completo el privilegio de lograr verte, aunque sea sólo desde lejos… así que, hoy alzaré mis oraciones por que pueda ser yo quien este en tu corazón, que deje atrás todo aquello que nos ata y no nos deja estar juntos. Pero… aunque me duela en todo mi ser… si yo no soy quien pueda compartir este camino junto a ti, por lo menos quisiera que llegases a ser feliz, mientras que yo moriré con estos sentimientos que nunca nadie escuchara y que no lograran llegar a ti” acompañadas de unas lágrimas que es la más dulce y amarga bebida de estos dos corazones, estas dos almas separadas por todos.
El lograr encontrar un pequeño momento de felicidad ¿Siquiera lograr llegar? Y si llegase ¿Podrá durar por toda la eternidad? Aunque este sea sólo un deseo egoísta, pero el lograr estar juntos por el resto de sus vidas será todo lo que añoraran conseguir.