Amor, somos tóxicos

Prólogo

<<Cariño, de la misma forma que se consume tu cigarrillo cada vez que le das una calada, de la misma forma nos consume lo nuestro.>>

PRÓLOGO

---No puedo vivir sin ti ---Su mirada avellana se clavó en mi como si de un puñal se tratara y mis ojos se llenaron de lágrimas; aunque sabia a la perfección que no debia llorar, no debia ser débil ni volver a caer, no de nuevo.

Sus manos se aferraron a mi cintura, acercándome a él, para luego esconder su cara en mi cuello mientras yo me quedo totalmente inmóvil; intentando contener las lágrimas una vez más.

---Por favor, bebé ---volvió a hablar---. Olvidémoslo ¿sí? Todo será como antes, solo es un mal rato que ya paso ---Depositó un cálido beso en mi cuello y su mano se pegó en mi cadera, acercándome aún más a él.

---¡No! ---Estalle---. Suéltame ---volví a hablar. De un manotazo quite su mano de mi cuerpo y ejerciendo toda la fuerza que pude; logre empujarlo. La rabia me invadio y con mi puño comencé a golpear su pecho una y otra vez.

---¡Te odio! eres un maldito mentiroso, solo me dañas ¡Te odio! ¡Te odio!

Aunque cada parte de mi grita que eso es una completa mentira: no lo podría odiar jamas.
Seguí golpeándolo para poder sacar todo el dolor que en este momento esta carcomiendome, mientras él solo se queda totalmente inmóvil, observando como nuestra relación se desmorona; de nuevo.

Basto solo un segundo mas para que el pelinegro agarrase mis brazos con toda su fuerza y me detuviera, obligándome verlo a los ojos. Las lágrimas que tanto intentaba contener comenzaron a caer sin control alguno.

---Lo siento ---susurró tan despacio que apenas pude oírlo. Su voz sonó totalmente quebrada y apagada, como si se estuviera consumiéndo por dentro, quitandole todas las ganas de estar de pie. Su aliento a alcohol chocó contra mi rostro y sus ojos rojos, por todas las sustancias que había ingerido, se cerraron fuertemente por un segundo---. Te amo.

Dos palabras, bastaba solo esas dos palabras para que él me construya y me haga olvidar de todo; dos palabras que al salir de su boca me hacían sentir amada y en peligro, rota y arreglada, ahogada y completamente a salvó, con tanta paz. Pero nada garantizaba que lo diga de verdad.

---Mentira ---dije y un sollozo se escapó mi boca---. Tu no me amas, nunca me amaste. 
La fuerza con la que agarra mis brazos disminuyó y logre zafarme de ellos. Luchado conmigo misma me logre dar la vuelta y empezar a caminar lejos de él.

Las lágrimas siguen cayendo, un mar de angustia se desprende de ellas.
Es hora de irme y esta vez no regresar, no puedo seguir con esto, no puedo dejar que nuestra relación siga consumiéndonos, amarlo comenzaba a doler. Poco a poco nos estabamos destruyendo.

---No, no, no ---Lo sentí correr hacia mí y abrazarme por detrás con todas sus fuerzas. Ahora algunas lágrimas de sus hermosos ojos marrones, que siempre ame y no creo nunca dejar de amar, comenzaron a caer en mi cuello---. Lo siento, nena. Te amo, por favor no me dejes ---suplicó---. Te juro que me mato si lo haces, no puedo vivir sin ti, no puedo.

El desespero que su voz desprende hizo que mi corazón se achique provocando un inmenso dolor en mi pecho. Lo que menos deseo es dejarlo pero en este momento es la única salida que tengo, de alguna manera aprenderá a vivir sin mi, como yo lo haría sin él; o al menos lo intentaría.

---Se acabó ---susurré con la voz quebrada por completo, senti como mi pecho comenzó a encogerse debido a la angustia---. No nos hacemos bien, entiéndelo, por favor.

---¡No! ---gritó, sus manos se aferraron a mi cintura y mis pies se despegaron del suelo. Sentí una punzada de dolor correr por mi espalda cuando la pegó con todas sus fuerza contra la pared de afuera de la casa.

---¡Sueltame, Javier! ---Grite intentando zafarme de su agarre, pero me apretó aún más contra la pared provocando que chille de dolor---. Estúpido, me estas lastimando.

---No se acabó, no puede acabar ---dijo ignorando mis quejas, su boca se acercó a la mia---. Te amo ¡Te amo, mierda! ¿Lo entiendes? Sin vos me muero ¡Me muero! --Su puño chocó contra la pared y su rostro rojo de rabia volvió a acercarse al mío, ahora sus lindos ojos marrones se volvieron negros de cólera. Solloce y con su mano roja, por el golpe, acaricio mi rostro; su tacto provoca que todo en mi se apague, sus dedos moviéndose suavemente por mi rostro me hacen olvidar del por qué ya no debo estar con él, haciendo crecer una paz dentro mío inexplicable.

Cerré mis ojos al sentir sus labios contra los míos, uniéndonos en un beso suave

---No me alejare de ti, muñeca ---susurró entre mis labios provocando que el beso de suave y dulce, se vuelva rápido y brusco, como nuestra relación. Pero aún así... no puedo dejar de amarlo, no puedo dejarlo

 

QUEDA PROHIBIDA SU COPIA Y/O ADAPTACIÓN, POR FAVOR. SI ESTO LLEGA A SUCEDER SE TOMARÁN ACCIONES LEGALES. 



#38578 en Novela romántica

En el texto hay: sexo, obsesion, amor

Editado: 23.07.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.