Amor, somos tóxicos

Capítulo 1: Regreso

Mire una última vez la fría habitación en la que estuve conviviendo siete meses y veintiocho días. Paredes blancas, frías e inexpresivas al igual que la mayoría de los pacientes de este hospital, el hospital en el que estuve encerrada.


Con mis dedos recorrí el cobertor de la cama en la que dormí, seria hipócrita de mi parte decir que extrañaría este lugar, decir que no quiero irme porqué, sinceramente, es lo que único que quiero desde el primer minuto en el que me metieron aquí. Pero no lo se, no se de que manera voy a afrontar mis miedos ahora.


Por fin podre salir del hospital mental en el que me dejaron hace casi ocho meses. Hoy es el día en el que debería estar mas feliz que nunca; tal vez para otros pacientes este sería el mejor dia de su vida, pero no lo es para mi, me siento tan asustada como el día en el que llegue al hospital, después de suplicarle a mi hermano que por favor no me abandone aquí, sola.

Creo que todos tenemos esas pequeñas cosas que usamos como escudo ante cualquier tipo de daño, para que la vida no nos golpee tan duro; nos sentimos protegidos con personas, sentimientos o lugares, sintiéndonos seguros con ellos. Aunque en realidad estamos más expuestos que nunca. Quizá, solo quizá, use el hospital como mi escudo y ahora estoy completamente expuesta a todo tipo de daño, como siempre lo estuve

—Estas recuperada, Nina. Solo respira que a partir de ahora ya no debes sentir miedo, ya no debes estar triste —Me dije a mi misma, cerré mis ojos y intente calmar mi respiración agitada, las lágrimas se asomaron para intentar salir.

—Nina —Escuche, gire mi cabeza hacia la puerta y lo vi, mi hermano se encuentra parado en el marco de está mirándome con una enorme sonrisa en el rostro—. Al fin te tendré de vuelta, hermanita.
Se acercó a pasos largos y me abrazo. Envolví, sin pensarlo, mis brazos por su cuello y cerré los ojos.

Quizá a partir de ahora todo sera como cuando era niña, todo sera mejor que antes, puede ser que los cambios y enfrentarse a los miedos no es tan malo como lo imagine, quizá no estoy tan expuesta y no debería estar asustada. Para superar es que pase casi ocho meses en este lugar y dudo que haya sido para estar igual que antes, todo depende de mi.

---Todo será como antes ---susurre sin despegar los brazos del cuerpo de mi hermano. Lo escuche suspirar y apretarme mas fuerte.

---Parecido, pequeña, parecido ---susurró---. Ahora lo que importa es que estas bien

...

Nos encontramos en el auto de regreso a casa, al menos ahora puedo estar en un auto sin entrar en crisis. La ciudad parece un lugar completamente nuevo. Estar encerrada entre paredes blancas y que el único contacto con el afuera sea el jardín del hospital, donde nos dejaban salir dos horas por día, puede ser que me haya distorsionado la imagen de lo que es la ciudad.

---¿Nerviosa? ---Mi hermano despegó por un segundo la vista de la carretera y me miró, su sonrisa no ha abandonado su rostro desde que salimos del hospital.

---Estoy bien ---Le sonreí. Trague saliva y pregunte--- ¿Y papá?

Me miro una vez mas y sus músculos se tensaron---. El trabaja hoy, por eso no pudo venir. Pero cenaremos los tres juntos esta noche, Nina. Estamos mas que felices de que regreses a casa.

"Yo nunca quise irme" pensé, pero no dije nada. Me quede en silencio y me recosté en el asiento el resto del viaje.

---Empezaras la universidad el lunes ¿estas contenta? ---habló Marcos de nuevo. En realidad no se si estoy preparada, pero aun asi asentí con la cabeza en señal de aprobación.

Observe como estaciono el auto afuera del garaje de mi casa, me desprendí el cinturón de seguridad y salí del auto. El día esta soleado pero agradable. Marcos rodeo el auto y apareció a mi lado, envolvió un brazo por encima de mis hombros para luego depositar un beso en mi cabeza.

De repente la curiosidad de saber que es lo que ha hecho estos ochos meses que estuve lejos me invadió. 


Marcos y yo siempre fuimos muy unidos, a pesar de que él es tres años mayor que yo hacíamos prácticamente todo juntos, excepto cuando se iba con sus amigos. Mi cercanía a él fue lo que mas me afecto cuando me dejo en el hospital.
Ocho meses sin él, no estaba conmigo en las noches cuando tenía pesadillas, no estaba conmigo cuando lloraba porque ya no podía más, no tenía sus brazos que me protegían. Así que me las tuve que ingeniar para sobrevivir ahí sin él, por mas costoso que fuera.

Los gritos de una discusión me sacaron de mis pensamientos, gire mi cabeza hacia la dirección de donde provienen los insultos y observe a un chico saliendo de la casa de al lado. Recuerdo que cuando me fui de la casa, estaba en en venta.

---¡Eres un jodido molesto de mierda que ama meterse en mi vida! ---gritó el chico, otro salió de la casa pero no dijo nada. Solo se quedó mirando como el chico que gritó saca las llaves de su motocicleta para irse--- ¡No puedo venir a verte ni 5 minutos y ya comienzas con tus mierdas! ---volvió a gritar, para el momento ya hay alrededor de cinco vecinos observando, incluyéndome a mi y mi hermano. Un barrio muy chismoso.

---Javier, cuando te tranquilices vuelve ---habló pacifico el hombre que está parado en la puerta, parece de unos 35 años. Observó al otro chico con desaprobación y hablo de nuevo---. No estás en condiciones ahora.

---No estas en condiciones ahora ---dijo Javier imitando la voz del hombre, un gesto muy infantil para ser que parece de unos 23 o 24 años. La sospecha de que se encuentra ebrio apareció al verlo tambalearse mientras discute, pero no habla como alguien borracho.
Mi hermano me volvió a rodear por los hombros y susurró un "Entremos"dándome a entender que dejemos de chismosear sobre problemas ajenos. Coincidí con él y comenzamos a caminar hacia la entrada de la casa.

---¿Y ustedes que carajo están mirando? ---gritó Javier a todos sus espectadores.

Antes de tomar el picaporte para entrar a la casa gire mi cabeza hacia él, por un segundo su mirada oscura se cruzo con la mía y un escalofrío comenzó a recorrer cada rincón de mi cuerpo. Como si su mirada totalmente vacía e inexpresiva comenzará a absorber mi energía, debilitándome.



#38594 en Novela romántica

En el texto hay: sexo, obsesion, amor

Editado: 23.07.2019

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