Durante la noche de ese caótico día, las familias se fueron a refugiar en un hotel para inmigrantes. Este hotel se caracterizaba por recibir aquellas personas que bajan de los barcos, donde la gran mayoría, no tenían los papeles al día y no contaban con el dinero suficiente, como era el caso de nuestras familias. El hotel se llamaba “Hotel de las oportunidades” y contaba con 50 habitaciones con capacidad de 10 personas para cada una. Además había un comedor y un restaurante que ofrecía servicio las 24 horas. Aunque este establecimiento tenía poca reputación entre la población de Argentina, era reconocido entre los inmigrantes que buscaban descansar por el largo trayecto que habían atravesado, por alojar inmigrantes a muy bajo costo.
Antes de que Giorgino y Antonella fueran a la casa donde se iban a quedar momentáneamente, se iban a quedar en este hotel hasta el otro día. Aunque a Fiorella no le convencía dejar a su hermano y a su familia en ese hotel de muy baja reputación ya que se decía que no era seguro. Cuando la pareja llegó a la habitación, esperaban encontrarla deteriorada pero fue todo lo contrario, estaba con una decoración antigua pero el estado del cuarto estaba bueno. Al entrar se podía ver toda la habitación, donde tenía una cama matrimonial con dos mesita de luz a los costado y, enfrente, una enorme cajonera con un espejo rectangular. Al costado de este mueble se encontraba una puerta donde conducía al baño, que era de un buen tamaño y tenía una plantita arriba del lavamanos con unos jabones y shampoo/acondicionador.
Por el otro lado, se encontraba la mujer con su beba en brazos junto con su marido y sus dos hijos mayores, esperando que le den las llaves de su cuarto. La madre se llama Alessia, el marido Massimo, su primogénito Carlo y la que le sigue Lía. También la beba, que nació en Brasil, se llama Orazia. Cuando se la dieron, se fueron a buscar su habitación que era la 165. Al entrar a esta, pudieron notar que tenía dos camas matrimoniales y una mesita de luz en el medio de estas. Aunque el cuarto parecía muy antiguo, tenía cierto encanto y se mantenía en buenas condiciones. Carlo exploró toda la habitación sin dejar ningún detalle sin mirar, en su inspección notó que, en el cajón de la mesita de luz, había una carta, que no estaba abierta. Entonces el con curiosidad la abrió, y encontró un collar con una piedra de rubí y la cadenita era de oro, parecía una reliquia familiar, pero lo que él no entendía porque estaba ahí. Carlo se lo comentó a sus padres y ellos quedaron con la misma duda.
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Holaa!!Cómo va?? Acá, después de mucha espera, les traigo el tercer capítulo de esta historia de amor, ¿qué les parece hasta ahora la historia?? Déjenme sus opinioness, los leoo.
Espero que estén pasando o hayan pasado un día lindo, depende de cuando estén leyendo esto, sin mas me despido.
-Lucía
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