Capítulo #5

Alma Teller 

—Ya no se que hacer con Alma, la psicóloga no está ayudando mucho y yo me siento frustrado por no poder hacer nada por mi hija —dijo melancólico Santiago al recordar que habían pasado 6 meses desde lo sucedido con su hija y esta no reaccionaba. Alma había dejado de sonreír, no salía de la casa de sus padres más que a la sala y la mayor parte del tiempo la pasaba en el jardín o su habitación pareciendo ida.

Alonso miro a través de la ventada de vidrio fijando los ojos en su sobrina quien en ese momento estaba sentada en el jardín mirando a la nada como solía hacerlo día tras días por las tardes. Alonso pensó en ese momento que sería una buena oportunidad llevar a su sobrina de viaje junto a su familia, posiblemente un tiempo lejos de todo le ayudaría a replantearse su vida y salir del mundo en que se encontraba en este momento.

—Iré a visitar a Jacob a su viñedo, ya sabes por todo lo que paso y alejarse de todo lo que le trae malos recuerdos lo ayudo a salir poco a poco de su depresión.

—Así quiera mandar a Alma estoy seguro de que ella no querrá seguirte —aseguro Santiago no tan de acuerdo con la idea de su hermano, pero si eso ayuda para que su hija reaccione no le importaría que su hija se marchara por unos días.

Deja que yo me encargue de hablar con ella, no te preocupes, estoy seguro de que este viaje ayudara a mi sobrina.

—Eso espero.

Después de esa pequeña conversación entre hermanos, ambos se dirigieron a la sala donde estaban sus esposas posiblemente también estaban hablando de la situación con Alma quien seguía en su pijama en el jardín.

Alma podía ver como su familia se preocupaba por ella y vivían más pendiente de lo que hacía creándole más ansiedad, era consciente que estaba haciendo vivir a sus familiares al límite y quería huir de ese lugar para ya no darle más problemas con su vida de mierda, pero sabía que su padre jamás la dejaría ir.  

En ese momento el celular que tenía en su regazo vibro, Alma respiro profundo antes de girar el teléfono y ver de qué se trataba el mensaje. Sus ojos se llenaron de lágrimas al abrir el mensaje que fue enviado por un número no registrado ya que él contenido de ese mensaje solo quería hacerla sufrir y volver a abrir sus heridas que creía poco a poco iba cerrando gracias a la psicóloga, pero no era así porque seguía sufriendo por ese par de traidores.

«¿Qué te hice para que me odies tanto Macarena?», se preguntaba mentalmente mientras sus ojos seguían fijos en la imagen familiar que le había llegado, era una foto de Macarena junto a Renzo acariciando la panza de su ex mejor amiga. Al pie de la fotografía tenía una pequeña frase: “Ni todo el dinero del mundo podrá darte la felicidad de una familia feliz y llena de amor, ni las represalias que tomaron tus padres y familiares pudo romper nuestro amor porque eso es el amor verdadero, algo que tú nunca tendrás.”

Alma se secó las lágrimas diciéndose mentalmente que no seguiría derramando lágrimas por ese par, ya no podía seguir así. Ella era la única que seguía detenida en el pasado mientras ellos continuaron felices con su vida. —Ellos no merecen mis lágrimas porque por culpa de ellos mi bebé murió —se seguía diciendo mentalmente. Recordar aquello siempre era doloroso, sus ojos se llenaron de lágrimas y su corazón dolía.

¿Alma?

Se limpió las lágrimas antes de levantar el rostro y mirar a su tío Alonso, quien era que paraba más tiempo en su casa y preocupada por ella.

—Tío… —dijo en susurro.

Alonso se había percatado que su sobrina había estado llorando, en ese momento en teléfono de Alma cayo al gras dejando expuesta la imagen de ese par que fue vista por Alonso quien sintió en ese momento la sangre hervir al darse cuenta de que esos dos seguían torturando a su sobrina.

—¿Sigues en contacto con ellos? —pregunto poniéndose de cuclillas y tomar las manos de Alma entre las suyas. Estaba preocupado sinceramente por Alma, tenía miedo de que su sobrina cayera en una profunda depresión y quisiera lastimarse así misma, no permitiría que alguien a que quisiera volviera a atentar contra su vida —se decía mentalmente Alonso al recordar lo sucedido con Jacob.

Alma negó con la cabeza.

—Macarena es la que me escribe de diferentes números, pero yo nunca le respondo —dijo Alma dejando salir algo que guardaba para si misma. No quería contarle eso a sus padres porque seguramente tomarían represalias y ya no quería más problemas.

—¿Qué te parece irte de viaje conmigo, tu tía Luna y mis hijos? —pregunto Alonso tratando de ignorar el coraje que sentía por ese par.

Aquellas palabras fueron como una esperanza para Alma, una oportunidad para huir de los cuidados de sus padres, de sus familiares y alejarse de todo lo que le hacia daño, alejarse y olvidar todo.

—Sí quiero tío —dijo entre sollozos Alma.

Alonso sonrió y le acaricio la mejilla.

—En dos días nos marchamos, volaremos a Arequipa. Iremos a visitar por unos días a un viejo amigo y estoy seguro de que el lugar te encantara muchísimo, estarás rodeado de muchísima naturaleza, lagos, montañas y volcanes —dijo un Alonso emocionado ya que amaba visitar los viñedos de su mejor amigo. Jacob había decidido dejar la ciudad y vivir alejado de la ciudad, solo se contactaba para lo necesario e indispensable.

—¿Mi padre me dejará ir? —pregunto Alma dirigiendo la mirada hacia Santiago quien les observaba desde lo lejos.

—Tu debes entender algo pequeña —dijo Alonso acariciando la mejilla de su sobrina. —Eres una mujer adulta que puede tomar sus propias decisiones.

—Pero no quiero herir a mis padres, no quiero decepcionarlos más… —sollozo.

—No decepcionaste a nadie, son cosas que pasan y la vida debe seguir. No por una mala experiencia debes detener tu mundo y no por miedo a lo que pueden pensar tus padres dejes de hacer lo que verdaderamente deseas. Lo importante es que tu hagas lo que te hace feliz y estoy seguro de que tus padres siempre te apoyaran —dijo Alonso tratando de alentar a su sobrina, era consciente que el comportamiento y temores que tenía Alma se debía a la sobre protección que le había dado su hermano toda su vida.