Amor, Uvas y Vinos

Capítulo #7

Alma Teller

 

Alma llego a la casa principal con la cara completamente roja, una por el coraje y lo otro por lo avergonzada que se sentía. Se froto su mano porque sentía dolor y al revisarla se dio cuenta que estaba roja.

¡Idiota…!

¿Pasa algo?

—No tío —respondió un tanto nerviosa porque no sabía como decirle a su tío lo que había pasado con ese pervertido. Si antes le caía mal, ahora le caí peor.

Alonso la tomo de la mano y la llevo a presentar con los padres de Jacob, quienes la saludaron con ternura como solían hacerlo con Alexa. Segundos después los invitaron a pasar a la mesa donde cenarían.

—¿Tu prima? —pregunto Luna mirando por encima del hombro de Alma quien la miro extrañada al no entender su pregunta ya que ella le había dicho que se marchara con sus tíos porque se demoraría.

—Aquí estoy madre —dijo Graciela haciendo acto de presencia con una sonrisa gigantesca en el rostro. Luego se giro y fue a saludar a los padres de Jacob quienes la abrazaron como a una hija más ya que siempre la habían tratado desde que Alonso se había casado con Luna y decidieran adoptarla.

Todos fueron guiados a la mesa mientras que Alma seguía viendo por todos lados buscando encontrarse con el cara de ogro.

—¿Buscas algo primita? —pregunto una Graciela sonriente y sentándose a su lado.

—No.

La madre de Jacob pidió servir la mesa mientras miraba las escaleras para ver si traían a su nieto quien se había quedado junto a su niñera para que lo cambiara ya que este se fue a jugar y termino completamente sucio, solo esperaba que el padre de su nieto no se diera cuenta que su pequeño hijo había manchado las paredes de su oficina y que había roto algunos documentos.

—Buenas noches, tíos… —saludo el pequeño Martín quien les sonrió a los presentes y corrió a abrazar a su tía Luna quien la subió a su regazo. Alma disfrutaba de la escena embobada, imaginando que ella hubiese podido estar así con su pequeño —su pensamiento provoco que su corazón se contrajera y mordiera fuertemente sus labios para no llorar, no quería seguir llorando más cuando el pequeño le sonrió.

—¿Tu quién eres? —pregunto Martin bajando del regazo de su tía y caminar hacia el asiento de Alma, mirándolo con ojos curiosos.

—Oh… —me llamo Alma y soy sobrina de tu tía Luna—dijo sonriéndole genuinamente.

El pequeño solo formo una perfecta O entre sus labios y seguía mirándola fijamente, ese parecía la versión pequeña y tierna del cara de ogro. —¿Entonces somos primos? —pregunto el pequeño de forma pensativa y mirando a todos los presente.

¡Ella no es tu prima!

Se escucho una voz gruesa y Alma pudo darse cuenta de que el niño se puso tenso, bajo la mirada y camino hacia su abuela sin hacer más comentarios. Alma miro con dureza al tipo que acaba de hacer acto de presencia y acomodarse en el asiento.

Alma se pudo dar cuenta que todos en la mesa se pusieron tensos y Jacob en ningún momento miro a su hijo pareciendo indiferentes, el pequeño no se mostro entusiasmado al ver a su padre al contrario parecía querer protegerse porque se aferro a su abuela.

—Disculpen la demora, solo que se me presento un imprevisto —dijo Jacob mirando fijamente a Alma y frotándose la mejilla. Aquel comentario y miradas no pasaron desapercibidas por Luna y Graciela quien cerro las manos en puño.

«¡Maldito idiota…!», maldijo mentalmente.

La cena se desarrollo sin mayor contratiempo hablando de cosas del viñedo y temas sin importancia, más Alma en todo momento sintió que estaba siendo observada y no esperaba la hora que sus tíos decidieran dar por finalizada la cena y marcharse. No quería ser grosera o descortés, después de todo esta era la casa del amargado ese.

—Bueno chicos, pueden continuar con la conversación debo llevar a acostar a Martin —dijo la madre de Jacob poniéndose de pie y pidiéndole a Alonso que le ayudara a subir a su nieto a la recamara ya que Jacob jamás tocaba a su hijo.

Alma arrugo el entrecejo al no entender que estaba pasando, Graciela parecía disfrutar de la confusión de su prima y no haría nada para sacarla de sus dudas. Que ella pensara mal de Jacob iba bien para sus planes —se dijo mentalmente.

 

|°|

—¿Qué pasa tío? —pregunto Alma al ver a su tío preocupado.

—Cariño debemos de volver a Lima, tu tía y yo debemos de encargarnos de unos asuntos del hospital y yo de mi negocio. —Pero si deseas quedarte lo puedes hacer, yo hablo con Jacob para que te quedes el tiempo que deseas —dijo su tío al ver que su sobrina no se mostro tan entusiasmada con la idea de volver.

—¿Me quedo o me voy? —se preguntaba mentalmente mientras miraba por el balcón los hermosos arboles de uvas.

Ósea si le agrava la idea de quedarse, lo único que no le agradaba era tener que ver al dueño y soportar a ese amargado pervertido.

—Si, prima. Volvamos —intento animarla Graciela porque no quería que Alma se relacionara más con Jacob. —Así puedes demostrarle a tu exnovio que ya lo superaste y puedes continuar con tu vida, no siempre vivirás huyendo y escon…

¡Graciela! Advirtió Luna al escuchar el comentario de su hija lo cual le pareció extraño porque ella no era de comportarse de esa manera mucho menos incomodar al resto.

—Esta bien tía —dijo Alma forzando una sonrisa para que su tía. —Después de todo mi prima tiene razón —dijo. Aquellas palabras alegro a Graciela creyendo que había logrado su cometido. —Pero no quiero volver aún, me siento cómoda y quiero estar un tiempo más desconectada de todo —respondo Alma con total sinceridad provocando Graciela cerrara las manos en puño y estas se clavarán en la palma de su mano.

—Pero Leo puede quedarse contigo, para que no te sientas sola —sugirió Graciela no conforme.




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