Amor, Uvas y Vinos

Capítulo #12

Alma Teller 

 

—¿Qué hice? —se preguntaba mentalmente Alma dando vueltas sobre la cama.

No podía creer y no quería reconocer que había disfrutado del beso del cara de ogro. Porque tuvo que aparecerse él en ese momento, porque tuvo que aparecerse en mi momento vulnerable.

Escucho unos pasos provenientes del primer nivel y sabía quien era esa persona, no tenía cara para verlo, pero tampoco podría fingirse dormida. Respiro profundo y trato de fingirse calmada, y era como menos se sentía en ese momento porque el cara de ogro lo que menos le causaba en ese momento era calma. Trago saliva al verlo ingresar con el cabello mojado, su dorso descubierto y sosteniendo una fuente en la mano.

—Tomate este té caliente, te ayudará a que no te resfríes —dijo Jacob con una voz suave y mirándola con ternura provocando que el corazón de Alma se comprimiera y a la misma vez le hacia preguntarse internamente: ¿Qué le estaba pasando con él amigo de su tío?

No, no y no… no podía pasar nada con él cara de ogro, yo no puedo dejar entrar a nadie a mi vida y mucho menos a mi corazón.   

Reacciono cuando la cama se hundió y tenía a Jacob sentado a su lado colocándole la mesita para que ella se tomara su té caliente. Él la miraba y parecía disfrutar de lo que provocaba en ella su presencia. Jacob, aunque no lo dijera abiertamente, estaba feliz de saber que no le era indiferente a aquella castaña y lo pudo sentir en sus besos.

—¿Ahora me dirás lo que paso? —pregunto Jacob tomándola de la barbilla y obligándola a verlo.

Alma movió la cabeza y se soltó de su agarre.

—Necesito descansar, muchas gracias por la bebida caliente y traerme a casa, pero no somos amigos como para hablar de mi vida y mis decisiones —dijo tajante Alma porque no tenía intensión de ir contando su momento más vergonzoso a todo el mundo de como la habían traicionado.

Jacob solo asintió con la cabeza y no insistió, entendía perfectamente el comportamiento de Alma, ni él mismo podía hablar de lo que paso con Sol a pesar de que ya habían pasado 5 años de su muerte. Al recordar a su difunta esposa sintió un leve dolor en el pecho y cerro sus manos en puño recordando lo molesto que seguían aun con ella, si tan solo Sol no hubiese insistido con tener a su hijo ella aun seguiría con él.

Alma se dio cuenta del cambio de humor de Jacob al ver en la formo que tomo la fuente y salió de su habitación sin decir más nada. Alma solo respiro profundo, se recostó sobre la cama e intento cerrar los ojos para dormir, pero un fuerte trueno la sobre salto haciéndola gritar y ponerse de pie como un resorte, no estaba acostumbrada a ese tipo condiciones climáticas y se asusto ya que en la ciudad no se escuchaba ese tipo de ruidos.

Estaba tan perturbada que no se dio cuenta que Jacob la sostenía entre sus brazos preguntándole que le había pasado mientras miraba todo a su alrededor. Pudo notar el miedo en la mirada de Jacob y no lo entendía, ese hombre la confundía, hace unos instantes parecía furioso y ahora preocupado.

—Perdón… —dijo Alma soltándose de su agarre. Solo me asuste un poco por el sonido del trueno, es que en Lima no se escuchan estas cosas y mucho menos llueve de la manera en la que lo esta haciendo ahora —dijo Alma mirando por la ventana y como las gotas de agua golpeaban fuertemente el vidrio.

—Por esta zona llueve muy pocas veces, pero cuando lo hace parece que el cielo estuviese llorando —dijo un melancólico Jacob, respiro profundo y salió de la habitación. Dormiré en la habitación siguiente fue lo ultimo que dijo antes de dejar sola a Alma, el odiaba los días de lluvia ya que un día así perdió a Sol y se sintió furioso al recordar que estaba próximo a cumplir 6 años Martín poniéndolo de mal humor.

Esa noche ninguno de los dos pudo dormir, Alma por el miedo a los truenos y la lluvia mientras que Jacob al recordar todo lo vivido con Sol. No espero que saliera los rayos del sol y se marcho para la casa principal, la lluvia ya había cesado y se apresuro en llegar a casa que para su mala suerte se encontró frente a frente con Juana.

—Buen día Jacob —saludo con una sonrisa amplia y picara.

—Sin comentarios Juana —dijo Jacob y subió para su habitación.

Se apresuro en ducharse y colocarse su ropa para ir a trabajar, tenía mucha cosecha de uvas y se acercaba el festival de la vendimia. Llegó al comedor donde se encontraba sus padres y Martín.

—Buen día saludo en general sentándose en la cabecera de la mesa. —¿A qué se debe sus visita? —pregunto serio, no había despertado de buen humor y mucho menos quería ver a su hijo, el era el culpable de la muerte de Sol.

—Quería que habláramos del cumpleaños de tu hijo, ya va a cumplir 6 años y ya no podrá volver al viñedo a excepción de sus vacaciones porque comenzara con la escuela.

—Si no regresa por mi esta bien y creo que para él también, ya les dije que pueden hacer lo que quieran y no necesitan contarme sobre los planes que tienen con Martín. Que disfruten de su desayuno —dijo Jacob poniéndose de pie y salir de la casa principal encontrándose frente a frente con Alma quien lo saludo y este no respondió a su saludo.

—Buen día —saludo Alma a todos los presentes sintiéndose extrañada por el comportamiento de Jacob.

—Ven siéntate querida —llamo la madre de Jacob quien le regalo una sonrisa.

Alma se acerco a ellos, deposito un beso en la mejilla de cada uno de los presentes y abrazo fuertemente al pequeño Martin quien la rodeo con sus brazos regordetes y le pidió que se sentara a su lado. Mientras desayunaban conversaban acerca del cumpleaños de Martín y de que harían la celebración con los hijos de los trabajadores, el pequeño se mantenía entusiasmado con cada uno de los planes que hacían porque le agradaba la idea de estar con sus amiguitos y la cantidad de dulces que podría comer sin restricciones.




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