Amor, Uvas y Vinos

Capítulo #14

Alma Teller 

 

Jacob se mordía los labios para no reírse de lo que Alma podría estar pensando en ese momento, pero se lo merecía por dejarse besar por el imbécil de Luis —se justificaba mentalmente. Dormir con Alma entre sus brazos sintiendo su piel suave rosar contra su cuerpo fue un castigo más para él que para la propia Alma.

La agarro con más fuerza de su cintura pegándolo a su cuerpo, le permitió sentir su dureza y se atrevió a besar en su espalda logrando que Alma se sobre saltara y de un solo brinco estaba fuera de la cama mirándolo con ojos asesinos, si su mirada matara seguro que hace ratos había dejado de existir.

¡PERVERTIDO…!  

¿Pervertido?

—La única pervertida eres tú porque fuiste tú la que vino a buscarme, fuiste tú la que se metió en mi cama —mintió descaradamente Jacob quien en ese momento se puso de pie dejando al descubierto su hombría haciendo que Alma abriera la boca y la volviera a cerrar al recorrer la habitación con la mirada.

¡Diablos…!

«¿Cómo llegue a este lugar?», se preguntó mentalmente más no aceptaría delante suyo que ella había cometido un error ya que no recordaba nada.

—Que yo recuerde tu no vives en esta casa —replico Alma intentando cubrir su cuerpo al darse cuenta de que Jacob la devoraba con la mirada.

—Todo este lugar es mío y si quieres tú también podrías…

¡Jamás…!

Jacob sonrió como en mucho tiempo no lo hacía al ver la cara de espanto de Alma. Su sola sonrisa provoco que el corazón de Alma golpeara con fuerza, ella se sentía feliz de verlo sonreír e inconscientemente pensó que sería hermoso verlo sonreír siempre.

Estaba tan perdida en sus pensamientos que no se dio cuenta que Jacob se planto delante suyo. —¿Te gusta lo que ves? —pregunto con travesura provocando que Alma retrocediera unos pasos, pero era inútil huir de él.

Su cuerpo termino atrapado entre los brazos de Jacob y la pared.

—Acéptalo, te gusto —dijo Jacob con total seguridad al notar como la piel de Alma se erizo por su sola cercanía. En ese momento volvió a ser el chico casanova y conquistador que fue antes de casarse con Sol, Alma estaba tan envuelta por lo que el cara de ogro le provocaba, Jacob posiciono una de sus manos en su cintura mientras que con la otra la tomaba del mentón elevando su rostro para que lo mirara fijamente.

—Te gusto, tus ojos me lo dicen —dijo seductor rosando sutilmente su lengua por los labios suaves y carnosos de Alma quien se estremeció ante su toque y trago saliva, estaba hipnotizada, encantada por él.

—Me vuelves loco mujer… —dijo jadeante.

No pudo resistirse más ante esos hermosos ojos, se apodero de sus labios, besándolo con deseo y lujuria, su lengua invadió su boca comenzando una danza. Alma deseaba ser besada y besarlo, deseaba al cara de ogro, pero en ese momento su razón y todo se fue al demonio solo quería sentir sus labios, su cuerpo estremecer ante sus caricias.

Ahhh…

Jadeo y esta vez fue ella quien profundizo el beso tomándolo con una mano de la nuca, la sabana que cubría su cuerpo cayo al suelo dejando su desnudez al descubierto, con la mano libre comenzó a acariciar el abdomen de Jacob y lentamente comenzó a subir sin dejar de besarse. Jacob la envolvió con su mano pegándola más a su cuerpo permitiéndole sentir lo duro que estaba.

—Mi Alma… —dijo jadeante al sentir la mano de Alma acariciar su falo.

Los ojos de Alma se abrieron en ese momento como platos, lo empujo fuertemente y salió huyendo de aquella habitación dejando atrás a un Jacob totalmente confundido porque no entendía que demonios había pasado si todo iba también.

«Mi Alma...»

Aquella frase era repugnante para Alma porque le hacia recordar a Renzo, era la forma en la que la llamaba cuando tenían intimidad. Alma cerro la puerta con seguro y se dejo caer al piso.

¿Qué demonios estaba a punto de hacer? ¿Cómo estuve a punto de acostarme con él amigo de mi tío? Se pregunta mentalmente cubriéndose el rostro con ambas manos y negándose a aceptar que ella fuera capaz de hacer algo así.

Golpes en la puerta la sobre salto.

—¿Alma estas bien? —pregunto preocupado Jacob quien en ese momento también se pregunta si se había sobre pasado con aquella rubia.

—Por favor, márchate.

—Hablemos… —pidió.

—Estoy bien, solo quiero estar sola.

—No estas bien, no estamos bien. Debemos hablar —insistió.

—No tenemos nada de que hablar, solo has de cuenta que nada de esto paso. No quiero volver a verte, por favor mantente lejos de mi como lo estuviste haciendo los últimos días hasta que me marche de tu viñedo. Lamento mucho lo que sea que haya pasado anoche, pero no lo recuerdo —dijo Alma dejando escapar una lagrimilla.

—No paso nada ente nosotros —le aclaro Jacob temiendo que ella se sintiera culpable.

Alma solo se quedo en silencio y no respondió, se puso de pie y camino con dirección hacia la ducha. Necesitaba un poco de agua fría para dejar de pensar y recordar.

—No me iré hasta asegurarme que estas bien —insistió Jacob no sintiéndose cómodo de marcharse sin saber que fue lo que hizo mal para que ella cambiara tan drásticamente en cuestión de segundos y lo repeliera como si fuera un leproso.

Alma siguió en silencio, se metió bajo la ducha y dejo que el agua golpeara su cuerpo. Salió de la ducha cuando su piel se puso como pasita y comenzó a sentir frio, observo su cuerpo desnudo en el espejo y noto unas marcas de manos en la muñeca, arrugo el entrecejo intentando recordar que fue lo que paso la noche anterior.

¡Mierda…! Dijo llevándose ambas manos sobre la boca y recordar que Luis la había besado y de forma borrosa recordaba la cara de un furioso Jacob que parecía reclamarle algo más no recordaba que era.




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