Amor, Uvas y Vinos

Capítulo #16

Alma Teller 

 

Alma tuvo que contener sus ganas de llorar al ver al pequeño Martín tan feliz y triste a la misma vez.

—Tu papá te sonreirá de ahora en adelante cariño —dijo con ternura besando la mejilla regordeta del pequeño.

¿Lo prometes?

—Lo prometo —dijo tomándolo de la mano y guiándola hacia el comedor donde se había marchado Jacob junto a sus padres.

Minutos después se apareció Juana y sirvió el almuerzo, Jacob le pidió que llamara a su esposo para que almorzaran junto a ellos y en efecto así lo hicieron, José se sumo al almuerzo más no tenían idea del reto entre Jacob y Alma. Los primeros en probar la comida fueron los padres de Jacob.

—¿Qué paso con tu cocina Juanita? —preguntaron los padres de Jacob quienes fueron los primeros en probar la comida de Alma que estaba salada.

Jacob miro a Alma con una sonrisa pícara.

Los segundos en llevarse la cuchara a la boca fue el esposo de Juana quien tuvo la intensión de preguntar porque le puso mucha sal más un pellizco en su pierna lo hizo comer en silencio y decir que la comida estaba deliciosa. Juana probo y no tuvo más opción que comer, y forzar una sonrisa. Los padres de Jacob miraban con cara de no entender que estaba pasando o es que ellos estaban siendo exquisitos se preguntaban mentalmente.

Alma se sentía apenada y no quería probar su propia comida.

—A mi tampoco me gusta —dijo Jacob sonriente.

¿A que esta salado? Dijo su madre.

Alma dio un bocado a su comida y en efecto estaba salada más no lo reconocería porque su idea era ganarle, y el único juez que quedaba para decidir si el plato era delicioso aunque no lo fuera, era el pequeño Martín.

—Los niños siempre dicen la verdad, ¿te gusta la comida mi amor?—pregunto su abuela dirigiendo la mirada al pequeño Martín quien en ese momento metió la cuchara a la boca, vio en los ojos de Alma como expectativas y supuso el pequeño que ella había cocina al ver que tenía rastros de comida sobre su ropa.

—Rico… —dijo el pequeño sonriendo y elevando el dedito pulgar.

¡Ganeee…! Grito Alma completamente emocionada, poniéndose de pie y dando brincos en su sitio como una niña pequeña.

—Hiciste trampa…

—Los niños dice la verdad, ¿esta rico Martín?

El pequeño miro primero a su padre y luego direcciono la mirada hacia Alma que se veía sonriente y feliz. —Rico, tía Alma.

—Diste tu palabra señor Jacob —dijo Alma sonriéndole ampliamente provocando que su corazón golpeara con fuerza, no podía creer que por primera vez se sentía feliz de haber perdido, si perder significaba verla sonreír de esa manera perdería para siempre contra ella se dijo mentalmente.

¿No estoy entendiendo nada? Dijo la madre de Jacob alternando la mirada entre su hijo y Alma.

—Perdón… —dijo Alma fijándola mirada en los padres de Jacob.

Les explico, Juana no preparo el Almuerzo —Alma puso cara de apenada. Fui yo quien preparo el almuerzo y lamento si lo hice mal, pero aquí su hijo presente me reto a que nadie comería mi comida por estar fea, pero gracias a Martín, acaricio la mejilla del pequeño —lo gane y ahora me debe una orden. Yo ordeno y él obedece —dijo Alma como si fuera una niña.

Los padres de Jacob cruzaron miradas entre sí y sonrieron para sus adentros, de solo imaginar que entre su hijo y la castaña podría pasar algo era muy bueno, quizá así su hijo podría cambiar.

—No cariño, tu comida esta deliciosa… —dijo la madre de Jacob llevándose una cuchara a la boca seguido por su esposo. Jacob negó con la cabeza no pudiendo dar crédito que todos en su casa se habían vuelto aliados de Alma.

Paso la hora del almuerzo y todos volvieron a sus obligaciones, Alma estaba más que feliz planeando que es lo que le ordenaría al cara de ogro. Se fue para su casa principal y se dedico a pintar, aquella actividad la hacia feliz.

Todos los trabajadores miraban a Jacob como un bicho raro y murmuraban entre sí, ya que era “IMPOSIBLE” verlo sonreír desde que perdió a su esposa. Jacob podía escuchar los murmullos, pero no podía evitarlo, estaba feliz de haber perdido contra Alma —su sonrisa se había grabado en su memoria y se repetía como si fuera una película donde ella era la principal protagonista.

Esa tarde fue tranquila para ambos, el trabajando con una sonrisa en el rostro y en armonía con sus empleados mientras Alma se dedicó a pintar cuadros donde unos hermosos ojos color miel eran el protagonista de sus retratos.

Alma estaba tan perdida en sus cuadro, pintando lo que en ese momento sentía y la hacía feliz  que había perdido la noción del tiempo y no se había percatado que tenía público, quien solo se dedico a observar y sonreír feliz al ver lo que la castaña pintaba. Ahora no le quedaba duda de que a la castaña no le era indiferente, pero debería ser clara con ella, no la ilusionaría.

—El modelo es demasiado guapo y sexy… —pronuncio en susurro en su oído provocando que la castaña se sobre exaltara y terminara regándole pintura en la cara. Alma al reconocer que era Jacob intento cubrir el cuadro que había pintado con su cuerpo.

¿Q-que haces aquí?

—Observándote… —dijo con total frescura.

Con el dedo índice se limpio un poco de pintura que le había caído en la cara y pinto la cara de Alma quien le miro con el ceño arrugado, pero para que la había molestado. Ella tomo su pincel y lo sacudió provocando que esto salpicara en todo el cuerpo al cara de ogro quien solo sonreía y busco más pintura para echarle encima comenzando una guerra de pinturas. Ambos terminaron en el piso cubiertos de pinturas, con el corazón latiéndole a mil por horas y con una sonrisa cubriendo su rostro.

Jacob se giró y tomo de la cintura a Alma e hizo que se girara quedando frente a frente, ambos eran consciente que entre ellos estaba pasando algo que no podían controlar. Se podía sentir la atracción entre ambos y en ese momento se volvían seres no pensantes. Jacob solo se apodero de los labios de Alma siendo correspondido de la misma manera, Alma se giro por completo y se subió encima de Jacob quien guio sus manos a sus nalgas tomándola con posesión.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.