Amor, Uvas y Vinos

Capítulo #17

Alma Teller

 

—¿Reconoce que te gusto?

Alma coloco sus manos sobre sus pechos y lo miro fijamente. —Reconozco señor cara de ogro que me gustas y mucho, y no se porque ni como es que paso todo esto más eso no quiere decir que me entregare a ti.

Se separo de su contacto y comenzó a recoger las cosas que había caído al piso. Jacob no entendía que había pasado, si parecía que ya la tenía en su red más no estaba dispuesto a soltar el dedo del renglón así que volvió a decir con engreimiento. —Lo importante es que te gusto del resto me encargo yo.

Su seguridad le daba risa a Alma, pero a la misma vez ganas de agarrarlo a golpes por ser demasiado engreído, pero ella sabía que lo siguiente que le diría no le causaría demasiada gracia.

—Por cierto, me debes una orden.

—Hiciste trampa, pero no lo discutiré. —¿Dime que quieres que haga?

—Quiero que empieces a convivir con tu hijo, quiero que estes presente para su fiesta de cumpleaños.

En efecto aquella orden cambio por completo el rostro de felicidad de Jacob por una de fastidio, no le había agradado para nada lo que Alma le estaba pidiendo.

—¿Te dijeron que eres demasiado metida? —dijo con dureza.

—Si eso significa hacer feliz a un niño, pues sí —respondió Alma sin mostrar ninguna debilidad. Se decía mentalmente que haría lo que fuera para que Martín pudiera ser feliz, el recuerdo de sus ojitos vidriosos del pequeño por la felicidad de ver que su padre le había sonreído no tenía precio.

—Discúlpame Alma, pero no permito que nadie se meta en mi vida y en mis decisiones, y tu no serás la excepción. El tema de Martín es un tema cerrado para mi y mi vida.

¿Es tu hijo? ¿Qué parte de que es tu hijo no entiendes?

—Por culpa de el murió su madre —dijo con dolor.

—No conozco la historia, ni sé que fue lo que paso, pero estoy segura de que un niño nunca tendría la culpa y mucho menos planeara que uno de sus padres muriera porque no pueden decidir, ellos no pidieron venir a este mundo. Sí Martín está aquí en este mundo es porque así lo decidieron sus padres y uno de esos padres eres tú, y estas vivo. Créeme que, si yo hubiese tenido la oportunidad de elegir entre mi vida y la de mi hijo, no hubiese dudado en dar mi vida por la de él —dijo Alma con dolor al ver que Jacob no mostraba ningún remordimiento por ser tan distante con su hijo y tratarlo como lo trataba.

—Tu no puedes opinar, tu no sabes nada —dijo Jacob comenzándose a exaltar.

—Si, no se nada. Pero puedo ver como un padre hace sufrir a su hijo solo por seguir viviendo en el pasado y culpando a un pequeño por algo que él no hizo.

—Si lo hizo, si él no hubiese nacido Sol estaría viva.

—Pero no paso así, su madre murió y el esta vivo buscando el amor de un padre que no lo merece porque tú no mereces ser padre de un niño tan maravilloso como Martín —dijo Alma decepcionada del cara de ogro al ver lo terco y cerrado que se comportaba con respecto a su hijo.

Esta visto que tu y yo no pensamos de la misma manera, no necesito que cumplas ninguna orden —dijo Alma girándose en sus propios pies y saliendo de la habitación dejando a un furioso Jacob.

Lo que en verdad le molestaba es que todo lo que Alma le dijo era cierto, él sabía que su hijo no tenía la culpa de lo que le paso a Sol y que ella insistiera con tener al bebé, pero en su dolor lo único que había hecho es dirigir su enojo, su dolor hacia Martín y cuando quiso arreglar las cosas con él ya no sabía como hacerlo. Se había perdido los primeros años de su hijo y no sabía cómo demostrarle cariño, no sabía como relacionarse con su hijo por lo que siempre había optado por ser distante ya que así eran mejor las cosas después de todo su hijo tenía que seguir con su vida en la ciudad y él no tenía planeado salir de su viñedo.

Se marcho en silencio y pensando en todo lo que Alma le había dicho, pudo ver el enojo y la decepción en su mirada y no le gusto para nada que ella lo mirara de esa forma, pero que podía hacer para arreglar las cosas.

Camino cabizbajo hacia la casa principal encontrándose a Juana esperándolo en la cocina.

¿Fuiste a jugar carnavales con pintura? Bromeo Juana.

—Buenas noches, Juana.

Fue lo único que dijo y se dirigió a su habitación, se metió bajo la ducha sin dejar de pensar en todo lo que Alma le había dicho. Se dirigió a su oficina para trabaja e intentar olvidar así las palabras de la castaña más no se pudo, sus ojos color miel mirándolo con decepción se repetía en su cabeza.

Alma… Alma… Alma…

¿Qué es lo que estas haciendo conmigo castaña? Se pregunto caminando hacia su minibar para servirse una copa de vino.

En ese momento su teléfono sonó, contesto la llamada y era Alonso quien se estaba comunicando con él para saber como estaba su sobrina y a su vez informarle que Graciela decidió ir a pasar unos días junto a Alma.

Jacob quería negarse porque sabía que nada bueno saldría de que Graciela viniera al viñedo, pero como decirle a su amigo que su hija adoptiva lo quería seducir si él estaba intentando llevar a la cama a Alma.

¡Demonios Jacob…!

¿En qué líos te metes? Se preguntaba mentalmente después de haber cortado la llamada con Alonso.

A la mañana siguiente se despertó muy temprano como todo los días y bajo directo a la cocina, como siempre encontró a Juana ya poniendo todo en orden para preparar el desayuno.

—Por favor, prepara algo delicioso que crees que pueda gustarle a Alma.

Juana solo sonrió y comenzó a preparar el desayuno bajo la atenta mirada de Jacob, minutos después apareció José trayendo un ramo de flores para Juana ya que siempre solía traerlo a su esposa.

—Buen día señor —saludo José un tanto apenado y sorprendido a la vez porque era difícil encontrar a Jacob en la cocina.




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