♡ Galletas ♡

El amor es como un pan… cálido y tan dulce… y más cuando sabes que esa persona es la indicada para ti

Moría de nervios, pavor diría que tenía, ha llegado el día de san Valentín y todos los de mi clase se regalarían cartas, chocolates, globos a sus pajeras o amigos. Mis amigos estaban reunidos conmigo presionándome en darle las galletas que me dedique a hornear toda la noche para mi crush.

A mitad de año escolar el llego por un cambio de escuela, pero mayoría de chicas del salón me enamore a primera vista de él, es demasiado apuesto, amable y caballeroso además de encantarle el futbol y la natación, pero solamente es demasiado sociable y muchas chicas están con el haciéndome negar en acercarme a él.

Mis amigos saben que me gusta y me molestan, muchas veces nos tocaba hacer equipo de trabajo, pero evitaba a toda costa mirarme por nervios, además de que mi cara se ponía como un tomate que moría de vergüenza que me viera de esa manera.

Cuando llego el descanso todos habían salido y me convencieron finalmente de entregarle las galletas en persona, no dejaba de sentirme demasiado nerviosa, pero todos esos nervios se fueron cuando lo vi abrazando a una chica con una carta de amor, podía deducirlo por el color rosado de la hoja que tenía en mano.

Me decepcione, sabía que jamás podría tener algo con alguien como el cuándo no me arreglo, no soy nada femenina muchos menos soy delicada como otras muchas, me arrepentí dándole a uno de mis amigos las galletas y Salí huyendo al baño llorando no sé por qué motivo me sentía así.

Las clases transcurrieron normales hasta la salida, mis amigos tenían planes con otras personas asique ahora no podríamos salir juntos, cuando me acerque a mi casillero encontré una nota ahí pegada, creí que era una broma de mis amigos.

/ ven al patio trasero por las escaleras /

Negué sin más remedio caminé hacia el patio trasero, algunas veces me dejaban notas falsas de maestros o supervisores queriéndome regañar y siempre con terror en la mirada solamente se reían de mí, pero después se las cobraba al pedirme ayuda para estudiar. Así somos siempre.

Cuando llegué al patio trasero sentí mi cuerpo tensar y mi rostro calentarse de seguro como un tomate al verlo ahí sentado comiendo las galletas que había preparado para él, apenas mi cabeza tenía la idea de huir de ahí me miro para comenzar acercarse a mí. No tenía voz, no podía moverme, estaba totalmente inmovilizada.

-Me gustan los chocolates, pero más las galletas de mantequilla_ me sonrió_ mañana te compensare con un regalo, y, por cierto, eres tierna cuando te pones como un tomate

Se acercó besando mi mejilla para alejarse, mi cabeza estaba en blanco, pero solamente pensaba que tal vez a mi crush también le gusto.