amor verdadero

♡ Confesión ♡

El amor de dios es bello y tan lleno de paz… debemos siempre entregarnos en cuerpo y alma… pero… si mi corazón pertenece a otra persona ¿Qué puedo hacer?

Soy padre de una pequeña iglesia de un pueblo pequeño, todos aquí asisten a cada misa incluyendo uno que otro niño o joven que no evite notar cuando bostezan o miran sus móviles para distraerse. No los puedo recriminar por ser aun jóvenes y no tener interés en la palabra de nuestro señor, pero cada mañana de domingo no evitaba notar aquella hermosa chica.

Como padre debo de entregar mi amor incondicional a mi creador, pero desde la primera vez que llegue a este pueblo, desde aquella primera misa que di como manera de presentarme no evite notarla sentada hasta una de las ultimas bancas de la iglesia, sus cabellos castaños atados en dos coletas bajas, siempre vistiendo de color blanco que puede atraer la mirada de muchos, aunque nadie la tomara en cuenta, y su mirada triste.

Me atrajo, me volvió complemente loco pensar en ella y hacerme sentir nervioso cada vez que daba inicio a la misa, deseaba hablar con ella al menos conocer su nombre, pero en cuanto terminaba la misa y regresar a mi lugar ella ya no estaba, cuando preguntaba por ella con algunas de las mujeres que me ayudaban nadie parecía conocerla y eso me decepcionada un poco.

Una noche de tormenta me encontraba en la iglesia, cuando escuché pasos y no podía creerlo cuando la vi caminar hacia mí, me pidió con voz baja y débil confesarse a lo que no me negué.

Era terrible lo que había vivido, incluso de haberme contado sobre su vida pasada con su ex pareja que ahora decía podría vivir en paz.

-Padre… usted es tan bueno y amoroso con todos ¿usted podría amarme algún día como nuestro dios lo hace?

-Claro_ los nervios comenzaban a invadirme_ de hecho, quería saber si un día podríamos salir, me gustas y… lo que menos quiero es lastimarte

-Gracias padre… muchas gracias_ la vi levantarse y sus pasos salir corriendo, Salí de mi lugar buscándola con la mirada, pero ya no estaba, solamente había en el suelo un pequeño pañuelo con una paloma manchada de sangre.

Quien diría que después de tantos años de haber dado misas y esperando volver a verla para cumplir mi palabra de salir juntos, solamente era la última voluntad del alma de esa chica en escuchar a alguien decirle quererla de verdad sin mentiras para poder descansar en paz.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.