Amanda.
Ayer definiviamente fue una locura, Lily me obligó a entrar en un SPA. Debo admitir que fue lindo ser consentida y mimada en todo sentido. Masajes, depilación, pedicure y manicure, incluso me arreglé el cabello. Me lo mandé a cortar un poco y me hice un tratamento de alisado. Caminamos todo el centro comercial porque Lily dijo que no se quería ir sin ver todo. Demonios. Todavía me duelen los pies. Hizo y cito "Las compras de su vida". Yo también compré unas cositas para mi nuevo trabajo que comenzaré hoy. Lily se fue ayer, pero prometio venir el próximo fin de semana. No tocamos más el tema de ella y Ethan pero no estoy segura de que sea buena idea de que ese par tengan algo.
Me miro una vez más antes de salir del departamento. No fui capaz de desayunar por lo nerviosa que estoy. Espero que no sea algo incomodo trabajar con mi novio. Bueno no es que estaremos juntos en todo momento pero si espero verlo ocasionalmente. Hablaré con Max para que guarde discreción y no diga nada sobre nuestra relación no es que no quiera sino no quiero que piensen que tienen que tratarme diferente o bueno no sé.
Tomo mi cartera blanca antes de salir por la puerta. Voy a llegar temprano, lo sé pero creo que es mejor así. Bajo las escaleras hasta el estacionamiento me coloco el casco antes de subirme en mi motocicleta. Voy disfrutando de una linda mañana, el frío traspasa mi blazer pero no le doy mucha importancia. Entro en el estacionamiento. Y respiro profundo antes de subir al ascensor.
Voy directo hasta la planta de Max y entro en su oficina. Pongo mi cartera en su escritorio y me siento en su silla giratoria a esperarlo.
Max.
He llamado a la pioja tres veces y no ha contestado, anoche no hablamos y me preocupa. Pasé por su departamento aunque me dijo que no la buscara pero al ver que no contestaba quería ver si seguía allí o se había quedado dormida. Sin más voy directo a la oficina, quizá se encuentra allá y yo me estoy preocupando por nada. Dios. Esta chica me va a matar, nunca me había preocupado tanto por alguien que no fuera de mi familia.
Llego a mi planta y veo que Grace no está en su puesto. Paso de largo y voy directo a mi oficina. Sin verla sé que está aquí. Su dulce perfume me es fácil de reconocer.
- Llega tarde señor Brown. Dice guirando en mi asiento y la veo. No puedo creer que la presencia de esta mujer me afecta.
- Señorita Miller, creo que está del lado equivocado del escritorio. Tiene una sonrisa traviesa en su rostro.
- ¿Te da miedo que tenga el control?.
Suelto una carcajada. Camino para estar a su lado, la pioja se levanta dandome una mejor vista. Tiene un enterizo negro que abraza su cuerpo, sin mangas que enmarca sus hermosas tetas, un blazer y tacones blancos. Su cabello cae completamente liso y sus hermosos ojos brillan con diversión.
Gira lentamente y saca su lindo culito pegandose a mí. Le doy un apretón y ella ríe.
- Te haré mía aquí mismo. Gruño muy cerca de su oído.
- No podemos...
-¿Por qué no?
- Señor Brown como sabe bien hay ciertos días del mes que son duros para una mujer.
Demonios. Sus mejillas están rojas. Pongo la mano en mi nuca y solamente asiento. Me siento como un idiota al pensar en estar dentro de ella.
- Entiendo. Quiero que trabajes en este piso.
Cambio subitamente.
- ¿Qué? No se supone que mi puesto esta en el piso 2. Su ojos brillan ante la confusión.
- No te lo dije antes pero en cada piso hay un área destinada para relaciones públicas y quiero que te encargues de mi último proyecto. Incluso sé que no va ser de tu área ver el funcionamiento del personal con la creación de aplicaciones o de nuevos dispositvos.
Su boca se abre y rápidamente la cierra.
- ¿Bromeas? ¿Me estas jodiendo? Sabes que este proyecto es muy importante y deberías poner a tu mejor empleado a trabajar en ello. No a mi.
- Confío en que lo harás bien y ya sabes bastante del tema. Nunca olvidaré cuando convenciste a los socios.
- De acuerdo. Lo haré.
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La mañana a pasado algo rápido y no he salido de mi oficina. Tengo mucho trabajo que hacer. Me ha molestado que la pioja no aceptara que hiciera público nuestra relación. Ella es mía. "No mearás sobre mí como un perro para marcar tu territorio" Se burla mi subconsciente al recordarme sus palabras. Demonios. Amanda es imposible.
Le he mandado mensajes para llevarla a almorzar pero solo he recibido emojis de su parte, todos fácil de enterder y negando mi invitación. No le rogaré más. Sé que no debí correrla después de que ella me dijo que no la meara. Demonios. Debo hacer algo. La llevaré a cenar. Le compraré sus flores favoritas. Lirios blancos, rosas rojas y flores lavanda. Cuando se quedó en mi casa vi como las miraba todos los días con cariño hasta que se marchitaron.
Tomo el teléfono de mi escritorio y llamo a Grace.
- Señor Brown. ¿Necesita algo?.