Amanda.
"¡Despierta!" Escucho a lo lejos mientras caigo en un vacío y estoy apunto de estrellarme contra el agua. Lentamente abro los ojos y todo me quema, no hay tanta luz pero es lo suficiente para hacer que cierre instintivamente los ojos de nuevo, parpadeo en busca de poder abrir completamente los ojos. Mi cuerpo duele por dormir en el suelo del baño, hago mi mayor esfuerzo para levantarme he ir a la cocina por dos aspirinas para el dolor de cabeza.
Cierro las cortinas de mi cuarto para que no entre tanta luz, la cabeza me va a estallar. Tomo un poco de agua junto con las pastillas, me quito el vestido a medida que voy de regreso al baño, he decidio organizar, quiero hacer limpieza general. Quiero tener todo en orden para cuando ponga en marcha lo que tengo planeado. Entro a la ducha y lavo todo de mi cuerpo, el maquillaje y la pintura de mi cabello, a pesar del dolor no puedo parar ahora, ya me decidí y tengo que hacer todo por lo menos en esta semana. Voy a trabajar como si nada hubiera pasado, Max solo es mi jefe, nada más...
Paso con fuerza la espoja de baño por mi cuerpo, tan fuerte que siento el ardor de mi piel cuando toca el agua caliente, no puedo evitar romperme, lágrimas corren sin freno, lo amo tanto como para saber cuando me debo alejar, quizá y todo sea una farza pero es inevitable que me sienta de esta forma. Me deslizo por la pared hasta quedar sentada en el piso, abrazo mis piernas con fuerza mientras el agua sigue golpeando mi cabeza y cuello.
Me enamoré... dejo que las lágrimas salgan de mi, en un intento de liberar la frustración que siento. "No te caigas, levantate" Me digo a mi misma intentando encontrar fuerzas en mis propias palabras. Termino mi baño y salgo. Me miro en el espejo y veo a una persona vacía, una persona rota, incompleta... Mis ojos rojos y ojeras marcadas no ayudan. Lavo mis dientes y me pongo ropa deportiva.
Voy al pequeño lavandero junto a la cocina y saco las cosas para limpiar. Sacudo todo, y acomodo todo a mi paso, no es que tenga el departamento echo un desastre pero, me llena de paz ver que puedo acomodar por lo menos algo en mi vida.
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He acomodado todo, limpiado hasta detrás de la cama, el baño y la cocina, todo está organizado y parece como si nadie vivivera aquí, pronto será así... eso espero.
Tomo mi teléfono y veo que tengo un montón de mensajes y llamadas perdidas, incluso tengo el buzón de voz lleno, no quiero leer nada, no quiero saber nada, borro todos los mensajes, a los únicos que les mando un mensaje es a Tom y a Lily. "Estoy bien, no se preocupen. Hablamos luego" Pulso enviar y es el mismo mensaje para ambos. Miro por mi ventana, nunca la sentí tan triste como lo hago ahora. Antes me parecía llena de vida pero hoy se ve gris.
Tomo las llaves de mi casa y salgo a correr, no he comido nada en todo el día pero no creo que sea capaz de probar bocado. Corro lo más rápido que puedo y llego justo a donde quería, estoy frente a la tienda de tatuajes, hoy si estoy decidida a entrar. Al abrir la puerta suena una campana que avisa a la chica del mostrador. La chica tiene varias perforaciones en el rostro y una goma de mascar en la boca que cualquiera la puede ver dado sus modales.
- ¿En qué puedo ayudarte?. ¿Tienes cita?. Pregunta con indiferencia.
- No tengo cita, pero me gustaría hacerme un tatuaje. Digo lo más segura que puedo. La chica me mira de arriba a abajo.
- Espera un momento. Entra en una puerta y habla con alguien, oigo los susurros pero no logro decifrar lo que dicen. ¿Esto será una buena idea? Siempre quice hacerme un tatuaje pero...
- Buenas tardes, ¿Qué te gustaría hacerte?. Me pregunta un hombre alto y barbudo con muchos tatuajes en los brazos.
- Un pequeño diente de león.
El hombre levanta ligeramente la ceja derecha y me indica que siga al cuarto de donde salió. Hay un montón de bocetos en las paredes todo tipo de dibujos echos a mano en papel y puestos en las paredes sin ningún orden en especifico.
- ¿Dónde quieres hacertelo?. Me indica que me siente en la camilla y la verdad no pensé en qué lugar hacerme el tatuaje.
- Mmm en la muñeca, quiero que sea pequeño y no lo quiero en negro sino en color.
- Ven y dibujo algo directamente en tu brazo.
Le acerco el brazo y el comienza a trazar con facilidad algo pequeño y hermoso, como si yo hubiera soplado el diente de león y salieran volando hacía mi mano.
- Me gusta. Digo mirando lo que ha dibujado.
- ¡Lucas! Tu cita de las 4:00pm dijo que llegará un poco tarte. Grita la chica del mostrador. El tatuador que ahora sé que se llama Lucas solo se encoge de hombros y procede a limpiar mi brazo antes de comenzar a tatuar.
- Recuestate, así estarás más comoda. No tardaré mucho.
Hago lo que me pide y la verdad tengo miedo por el dolor, pero no creo que sea peor que el dolor que siente mi corazón, cuando escucho el sonido de la máquina siento como se acelera mi ritmo cardiaco. Tomo una respiración profunda y contengo el aire en mis pulmones, cuando la aguja toca mi piel, libero el aire que estaba reteniendo, duele pero no es insoportable.