Amor Verdadero & Reencuentros

Capítulo 4 Siento muchas cosas inexplicables

Ashley
En este preciso instante, me encuentro inmersa en un torrente de emociones y pensamientos que, francamente, no consigo desentrañar por completo. Desde el instante en que abrí los ojos esta mañana, he sentido una sensación inusual que me acompaña constantemente, como si una parte profunda de mi ser estuviera en un estado de agitación. Con el paso de las horas, me doy cuenta de que estas emociones son diversas y, en muchos casos, contradictorias entre sí, lo que provoca en mí una confusión que me resulta realmente complicada de articular. Cada sentimiento parece chocar con el anterior, dejando un rastro de incertidumbre que me inunda y me impide tener claridad sobre lo que realmente estoy viviendo
En esos instantes en los que una intensa ola de alegría me envuelve, percibo una sensación singular, como si algo hermoso y reconfortante emergiera al mirar los ojos de Rubén. Sin embargo, al mismo tiempo, esa felicidad pura se ve empañada por una melancolía que irrumpe sin ningún aviso previo. Es como si hubiese una parte de mi ser que anhelara algo indefinido, un deseo profundo y poderoso que se oculta tras la bruma densa de mis pensamientos, impidiéndome identificarlo con claridad.

Cada encuentro que tengo con Rubén parece amplificar estas emociones tan complejas y enigmáticas. Es como si la conexión que compartimos intensificara tanto la alegría que siento al estar a su lado, como la nostalgia y el anhelo que surgen de forma inesperada, dejando un rastro de confusión en mi corazón. Cada mirada, cada risa y cada instante compartido se convierten en un eco de estas sensaciones contradictorias, sumergiéndome en una experiencia emocional rica y, a la vez, desconcertante.

Una simple mirada, una frase conmovedora, un gesto amable; todo parece reverberar en mi interior, provocando un torrente de emociones que fluctúan entre la euforia y la tristeza. En ocasiones, me cuestiono si las personas que me rodean experimentan lo mismo que yo, o si soy el único que se encuentra atrapado en este torbellino de sentimientos intensos. Esta montaña rusa emocional a veces se siente abrumadora, y me pregunto si hay otros que también navegan por esta misma complejidad de sensaciones, o si soy un raro caso en esta mar de emociones.

Permanezco en silencio, tratando de organizar el remolino de emociones que se agita en mi interior, cuando una voz suave y firme me arranca de mis pensamientos.

—Ashley… ¿estás bien? —pregunta Teresa, mientras me coloca con delicadeza una mano en el hombro.

Me vuelvo hacia ella y encuentro en su rostro una expresión que mezcla ternura y comprensión. Es una de esas personas que no requieren muchas palabras para comprender tanto lo que sucede a tu alrededor como lo que llevas dentro de ti.

Me encuentro bien —respondo mientras se forma una leve sonrisa en mis labios

—. Sin embargo, hoy estoy experimentando una variedad de emociones… tantas que ni siquiera logro darles un nombre específico.

Teresa asiente, mostrando que comprende perfectamente lo que estoy tratando de expresar.

—En ocasiones, el corazón actúa antes que la razón —comenta, con una sabiduría serena

—. Y son en esos momentos cuando es más necesario que nos permitamos disfrutar de las cosas simples de la vida.

Hace una breve pausa, luego prosigue con su voz suave:

—¿Te sientes preparada para iniciar con Luna? No será algo que requiera mucho esfuerzo, solo un pequeño instante para establecer una conexión. Pueden pintar, dar un paseo corto, hacer gestos sencillos... lo que tú consideres adecuado.
Dirijo mi mirada hacia la sala y veo a Luna de pie, al lado de una estantería. Está hojeando un libro de cuentos cuyos páginas están adornadas con ilustraciones grandes y vibrantes. Durante unos instantes, me quedo observándola detenidamente. Hay algo en su manera de moverse que irradia una tranquilidad especial; esa calma que emana de ella, de una forma casi mágica, me resulta tan envolvente que me siento inesperadamente atraído a acercarme.
—Sí —respondo al fin
—. Quiero intentarlo.

Teresa sonríe de manera alentadora y, después de un momento, se aleja, dejándome sola para dar ese significativo primer paso.

Con cautela, me acerco a Luna. A medida que me acerco, ella gira lentamente su cuerpo hacia mí y me observa con atención. Nos encontramos ahora cara a cara, inmóviles en el momento. Decido mostrarle un gesto básico con las manos, indicando claramente lo que quiero que haga. Luna titubea durante unos segundos, pero finalmente, con cuidado, replica el gesto que le he enseñado. Aunque no es perfecto, se nota que lo ha hecho con la mejor de las intenciones.

Nos intercambiamos una sonrisa. Es solo un breve instante, pero ese pequeño gesto me penetra como una chispa: simple, auténtica y sincera.

Mientras compartimos ese primer momento juntos, alzo la mirada por un segundo. Al otro lado de la sala, Rubén nos está observando. Se encuentra apoyado contra una estantería, en un silencio que parece envolvente. Su mirada no interrumpe ni invade el espacio entre nosotros... simplemente acompaña. Sin embargo, hay algo en sus ojos que me desconcierta. Hay una expresión que sugiere que, aunque no comprenda por completo lo que estoy sintiendo... él también está experimentando algo.

Nos encontramos de pie, mirándonos directamente a los ojos, en un instante que parece detenerse. Luna, con un gesto sutil, baja un poco la cabeza, como si se sintiera insegura acerca de mi presencia. Sin embargo, en su mirada se puede percibir una combinación de timidez y curiosidad que me atrapa. Mantengo la calma y no realizo ningún movimiento repentino que pudiera asustarla. En cambio, me agacho levemente, asegurándome de permanecer a su nivel emocional, y extiendo mi mano abierta hacia ella, con serenidad. En ese momento, no necesito decir nada; la conexión que estamos estableciendo trasciende las palabras.

Luna fija su mirada en mi gesto y, después de un instante que parece extenderse eternamente, estira su diminuta mano y roza la mía suavemente. Es un contacto efímero, pero lo suficientemente poderoso como para que mi corazón se sienta completamente conmovido.



#4672 en Novela romántica

En el texto hay: reencuentros, amor

Editado: 08.12.2025

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