Amor Verdadero & Reencuentros

capitulo 16"Ahora entiendo lo que es estar en paz"

Ashley
Me despierto a primera hora de la mañana, sintiendo aún el sopor del sueño en mis ojos. Al abrirlos, me doy cuenta de que la luz del día apenas comienza a filtrarse a través de las cortinas. Mientras me estiro y hago un gran bostezo, mis ojos se posan en la pantalla de mi teléfono, donde está el mensaje de Rubén. Al leer sus palabras, una amplia sonrisa se dibuja en mi rostro, llenando mi corazón de alegría. La verdad es que desearía que estuviera aquí conmigo, compartiendo este momento y haciendo que el día comience de una manera aún más especial.

Comienzo a responderle

✓Te extraño mucho, mi amor. Me encantaría que estuvieras aquí a mi lado. Echo de menos tus besos y el tiempo que pasamos juntos.
Le envío el mensaje rápidamente, pero de repente entra Miranda con una expresión me dice que hoy tenemos que ir a pasear. Por lo tanto, debo apurarme a vestirme

El desayuno ya está preparado, así que ella se marcha de la habitación. En ese momento, me levanto de la cama y camino hacia el clóset. Abro las puertas de inmediato y empiezo a elegir ropa . Opto por una falda larga y una blusa tipo body con estampados de flores. Después de seleccionar mi ropa, comienzo a vestirme con rapidez, y al finalizar, me pongo unos tenis cómodos.

A continuación, me dirijo al baño para cepillarme los dientes. Al entrar, no pierdo ni un segundo y empiezo a cepillarme los dientes con determinación. .

Una vez que termino de hacer las trenzas en mi cabello, me dirijo a mi habitación para darme los últimos toques. Después de finalizar las trenzas,con una sensación de satisfacción. Me aplico un poco de perfume, asegurándome de que el aroma se sienta fresco y agradable. Luego, tomo mi bolso, que ya tengo preparado para salir.Al agarrar mi móvil veo su mensaje que me hace sonreír; es tan lindo que me alegra el día.

De manera rápida, le envío un mensaje y después guardo mi teléfono móvil en mi bolso. Salgo de la habitación y comienzo a caminar hacia terraza donde se encuentran todos desayunando. Nos saludamos y comenzamos a conversar animadamente, intercambiando bromas y risas entre nosotros.

Mientras me siento cómodamente en la mesa, el delicioso aroma del café recién preparado y el pan caliente recién horneado me envuelve por completo. En ese momento, Luz se acerca con una bandeja repleta de fruta fresca, el color vibrante de las piezas resalta la frescura de la mañana. Por su parte, Miranda se dedica a repartir los platos con ese gesto maternal tan característico de ella, que irradia calidez y cariño en cada acción. Al otro extremo de la mesa, Leo ya ha comenzado a lanzar una broma, su risa es contagiosa y provoca que mi tía Emma no pueda contener la risa, a pesar de que intenta mantener una postura seria y disciplinada. Sin embargo, su esfuerzo es en vano, y su expresión se transforma en una sonrisa genuina.
—Ashley, ¿quién fue la persona que te hizo ese peinado tan bonito? —pregunta mi tío con un tono juguetón y divertido.

—Fui yo quien se peinó —respondo mientras muerdo una tostada crujiente que tengo en la mano.

—Bueno, entonces queda muy claro que, además de ser inteligente y encantadora, también tienes talento como estilista —asegura, levantando su taza como si fuese a brindar
Nos reímos. No tanto por el contenido de la frase en sí, sino por la manera en que lo expresa: es tan exagerada, tan auténticamente suya. Siento una agradable calidez que me invade desde los pies hasta la cabeza. No siento la necesidad de esforzarme por integrarme en el momento, simplemente... soy parte de él.

—¿Sabes? —se atreve a intervenir Miranda

—. Se te nota la paz en el rostro, Ashley. Es como si todo en ti respirara de una manera completamente diferente.

La miro, un poco sorprendida por su observación, y asiento en silencio. Porque, en verdad, tiene razón.
Estoy en el proceso de aprender a vivir sin la necesidad de correr constantemente. Estoy entendiendo que no debo tener miedo a que todo se desmorone si decido soltar el control —le respondo

—. Y, en efecto, creo que esa transformación es evidente.

Mi padre, que había estado en silencio hasta este momento, me dirige una mirada que refleja complicidad y comprensión.

—Me alegra mucho escuchar que te sientes de esta manera. Esta es la versión de ti que todos esperábamos ver llegar algún
día.

En ese instante, los rayos del sol logran filtrar su luz a través de las hojas de los árboles, proyectando un brillo cálido que se posa directamente sobre la mesa. Esta luz resplandece sobre nuestros rostros, como si el propio universo estuviera participando en nuestra celebración. Siento una plenitud profunda que invade cada rincón de mi ser, tanto en el interior como en el exterior.

Después de disfrutar de un delicioso desayuno, decidimos abandonar el hogar y comenzar nuestra aventura. La emoción nos envolvía, ya que estábamos a punto de explorar nuevos lugares que prometían ser fascinantes. Comenzamos nuestro recorrido a pie y, mientras avanzábamos, Leo se tomó un momento para compartir con nosotros algunos datos interesantes sobre el lugar que estamos explorando.

El entorno que nos rodea era verdaderamente cautivador; la vegetación era abundante y variada, mientras que el aire fresco y puro llenaba nuestros pulmones, haciendo que cada paso se sintiera aún más revitalizante. Tras caminar un buen rato, finalmente llegamos a un pequeño lago, cuyas aguas resplandecían bajo los cálidos rayos del sol, creando un espectáculo visual impresionante que captura nuestra atención.
Al llegar al lago, nos detuvimos un instante para comenzar a tomar fotografías, con el objetivo de inmortalizar ese momento único y la impresionante belleza del paisaje que nos rodeaba. Luego, optamos por sentarnos a la orilla del agua, permitiéndonos disfrutar plenamente de la vista y de la paz que emanaba el lugar. Mientras todos estamos atentos en la contemplación del paisaje, Miranda, con su habitual sabiduría, me ofreció uno de esos consejos sutiles que siempre dejan huella. Después de escucharla, decido cerrar los ojos durante unos segundos. Al hacerlo, respiro hondo y reflexiono: “Esto es lo que se siente al vivir sin miedo”.
Más tarde, regresamos a la casa en la que se encuentra mi padre, y nos acomodamos en la terraza. Mientras tanto, todos los demás están sentados viendo la televisión.



#4672 en Novela romántica

En el texto hay: reencuentros, amor

Editado: 08.12.2025

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