¡Oh dolor!

La profecía se cumplió,

el acto desgarrador golpeó mi corazón,

lo sumergió en un abismo de dolor,

y junto con él me ahogó.

Consigo llenar de aire mis pulmones,

luego el llanto los vacía,

al recordar los horrores que la imagen transmitía.  

Sentí a la muerte en mí misma alma,

toda la tristeza y el dolor intenté ahogarlos en mi almohada,

mi mente aseguró que sanaría,

pero mi corazón juró que jamás olvidaría.

El aire se siente frío,

pero yo por dentro siento que me quemo,

con toda mi fuerza anhelo que mi mente deseche el recuerdo,

más sin embargo al estar a punto de hacerlo, por una extraña razón temo perderlo.

¡Oh dolor!

Aléjate de mí,

pues temo no poder resistir.

Si muerto me encuentran,

les ahorraré la autopsia,

muerto estoy,

porque el dolor de una pérdida mi corazón no soportó.