¿Qué pasó el lunes?
El cielo desterró sus nubes,
dejando al sol brillar,
sobre el mar de agua salada en tu mirada.
Una charla ordinaria,
almacenándose como extraordinaria;
giraste en el pasillo,
espontáneo y cruelmente preciso,
para pasar por delante mío.
Traté de actuar normal,
contenerme y no mirar,
a la silueta de tu cuerpo,
que ante mis ojos sigue siendo la de un dios griego.
Perdí la batalla,
y mis ojos encontraron tu mirada,
hiciste que el corazón se me parará,
dispuesto a hacer solo nada,
impidiéndome saltar la valla,
que me separa de tu vida anhelada.
Tus pies redujeron la velocidad,
casi creyendo que te detendrías a charlar,
anhelándolo y temiéndolo,
aún sigo en medio del valor y el miedo.
Llámame loco si quieres,
ríete de mí a creces,
pero algo dentro de mí repite,
que algo querías decirme;
ese mirar no fue ordinario,
apuesto a que necesitas decirme algo,
odio o amor,
da igual, te sugiero demostrar valor.
Seguiste tu camino,
mas la tensión se quedó conmigo,
reemplazando al oxígeno,
dentro de mi pecho oprimido.
Ella se giró a verme,
estaba tan desconcertada como yo,
¿qué es lo que busca al mirarme?
solo me orilla a sentir más dolor,
la incertidumbre comienza a embargarme,
sigo sintiendo igual de fuerte tu atracción,
pretendo convencerme de que intentarlo una vez más puede derrumbarme,
osado me adelanto y entierro este hoy.
He decidido que no voy a pensar en ello,
si ha de pasar algo se lo dejo a él y al tiempo,
no voy a hundirme de nuevo en este mar desierto,
de tu atención y amor incierto.
Editado: 02.10.2022