Mucha gente me ha preguntado "¿qué se sintió estar en medio de la guerra?", y por más que la respuesta sea obvia, creo que va dependiendo de como uno vive esa experiencia.
Para mí, fue horrible y era lo único que necesitaba para ver otra perspectiva diferente en las personas.
Mi padre, era un soldado leal a su país, lo que le pasó fue un claro ejemplo para que me diera cuenta de la maldad que conlleva el ser humano.
Días antes de que muriera, se les ordenó a los soldados presentarse de manera inmediata al campo de batalla. Mi madre le rogó que no fuera, pero él no la escuchó, quería ayudar a su país y terminar de alguna forma con la batalla que parecía no tener fin.
Nunca lo vimos después de partir. Nos llegó la noticia de su muerte, fue capturado junto a otros por el enemigo, tenían la posibilidad de salvarse si tan solo uno de ellos moría por todos. Sus compañeros afirmaron que él se entregó, dijeron que intentaron detenerlo pero no pudieron.
Desde ese día, tanto para mi madre como para mí las cosas cambiaron.
Ella tuvo que conseguir otro trabajo, tenía más horas laborales, pero ganaba un poco más de dinero como para poder sobrevivir.
Luego todo transcurría normal, o eso creíamos.
La continuación de nuestra desgracia siguió con esa guerra entre Libia y Egipto.
Empezaron las peleas.
El miedo abarcaba a cada habitante cerca de la frontera, personas inocentes habían muerto a causa del enemigo.
Lo único que podíamos hacer era escondernos y pedir piedad por nuestras vidas si llegáramos a ser encontrados.
Varias cosas son las que nos marco la vida, pero nada se compara al dolor y sufrimiento que sentimos en ese momento.
Pedíamos ayuda a las autoridades, pero varias veces no nos escuchaban. Varias cosas son las que nos marcó la vida, pero nada se compara al dolor y sufrimiento que sentimos en ese momento.
Pedíamos ayuda a las autoridades, pero varias veces no nos escuchaban o nos decían que muy pronto todo acabaría, ya que según ellos nosotros teníamos la ventaja y que estaban a espera de una respuesta por parte de los egipcios.
Había días en los que estábamos tranquilos, pero ese tiempo de paz y fuera de preocupaciones solo duraba unos dos o tres días, luego la pesadilla volvía.
Con el pasar del tiempo, eran cada vez más frecuentes los ataques, tuvieron que morir cientos de personas solo para que el gobierno nos prestara atención.
Pero nunca imagine que mi vida cambiaría en tan so