Amor Y Guerra

4

Entre un grupo variado de personas;algunas más heridas que otras,se encuentra una mujer desamparada en busca de su hija. Se la ve corriendo de un lado para el otro.
Todo es tan confuso para ella,pasó tan rápido que no le dio tiempo a reaccionar.

Disculpe señor,¿usted ha visto a una jovencita de estatura promedio,ojos oscuros,piel morena,y cabello claro y liso?–preguntó la mujer con desespero.

No señora,no he visto a nadie asi–respondió el hombre.

–¿Puede ayudarme a buscarla?–le preguntó.

Lo lamento,pero estoy ocupado–Respondió.

–Se lo ruego,buen hombre,ayúdeme– insistió.

–Lo siento,pero no puedo–dijo y se marchó.

Continuó corriendo mientras gritaba el nombre de su hija.

¡AISHA!¡AISHA!–gritaba–¡¿HIJA EN DONDE ESTAS?!–continuaba.

–Señora,de casualidad,¿usted no ha visto a un..–es interrumpida por la señora.

–No,los siento pero tengo mis asuntos–siguió su camino.

Vio a un joven que pasaba por allí,se apresuró a alcanzarlo para preguntarle si no la podía ayudar o si había visto a su hija.

–Joven,¿usted puede ayudarme?–preguntó.

–perdón señora,pero no la conozco–se fue sin más.

Siguió preguntándole a las personas si la habían visto o si podian ayudarla. Pero sus respuestas eran la mismas,un simple no.
Estaba aterrada,temía por la vida de su hija y pensaba en las cosas horribles que le podrían llegar a hacer. Ella sabía la crueldad con la que torturaban los soldados a sus prisioneros,gracias a la muerte de su difunto esposo.
Siguió corriendo y preguntando,con lágrimas que no paraban de salir de sus ojos cafés. Se estaba quedando afónica,pero no le importaba,solo quería encontrar a la única persona que tenia como familia. En ella se veía la preocupación y el amor de una madre por sus hijos. A pesar de quedarse con un hilo de voz y cansarse de tanto correr,nada la detenía de su búsqueda.

Sin darse cuenta,chocó contra un hombre que pasaba por allí y al igual que otros le preguntó.

Lo-lo siento,no fue mi intención,no lo vi–Se disculpó.

No se preocupe,yo tampoco la ví–Dijo con media sonrisa.

Disculpe señor,¿U-u-usted no ha visto a una jovencita,de-e estatura promedio,t-tez morena,ojos oscuros,y cabello cla-ro y liso?–Preguntó entre lagrimas.

No señora,no la he visto–Respondió–¿Es su hija?–Preguntó con algo de preocupación.

continuaba llorando–U-usted¿Podría ayudarme a hallarla?SuplicabaPor favor,se lo ruego.

La mujer se limitó a abrazarlo,se veía desesperada y a esas alturas estaba dispuesta a todo,hasta a dar su vida por la de su hija.

Mire,no sé si sería de mucha ayudadijo inseguroya que estamos rodeados de soldados;los cuales no nos dejarán pasar. Pero si su hija se encuentra del otro lado,lo único que queda es avisarle a los militares para que nos ayudenle devolvió el abrazo.

Pero por favor,se lo pido,ayúdeme–se separó–nadie quiere ayudarme,mi hija podría estar allá afuera–lo miraba con tristeza–podría estar en grave peligro,debo encontrarla–continuó con sus imparables lagrimas–por favor.

Aquel hombre sintió compasión por la pobre mujer y conmovido por la escena que presenciaba decidió intentar ayudarla.

N-no llores–Intentó calmarla–te ayudaré a encontrar a tu hija–puso su mano sobre su hombro con delicadeza.

Ella lo miró con alegría ya que nadie se había ofrecido a ayudarla.

¿En serio lo harás?–le preguntó.

Si–respondió y quitó su mano.

Muchas gracias,muchas gracias de verdad–volvió a abrazarlo–lo siento–se separó–es que aprecio mucho que me ayude y creo que me emocioné un poco–sonrió levemente.

Ella no encontraba las palabras para agradecerle, para la madre de la desaparecida que él aceptara ayudarla significaba mucho.

No pasa nada,es normal sentirse así y más en la situación que usted está pasando–extendió su mano cordialmente en forma de saludo –mucho gusto bella dama–besó su mano–soy Asim Khaled–se presentó–¿Y usted?–le preguntó.

–Es un placer,soy Adira Dahdal–saludó y se presentó de igual  forma–no tiene idea de cuanto se lo agradezco–dijo algo ya tranquila y secando sus lágrimas.

–No es nada,la verdad me sentiría muy mal si tengo la oportunidad de ayudar a alguien y no lo hago–dijo pensativo.

–¿Estas bien Asim?–preguntó Adira.

–Si,solo estaba recordando algo–dijo más tranquilo–pero no es nada importante–le sonrió.

–Bueno,¿Que debemos hacer primero?–preguntó Adira.

–Bien,primero debemos hacer fila en el sitio de" familiares desaparecidos",debemos decirles en donde fue la última vez que la vimos y cuándo–explicó–también debemos decirles como es ella y que ropa usaba,así sabrán quien es–hizo una pausa–pero debe ser lo más detallada posible,para no confundirlos con otra chica–dijo–luego de eso,ellos mandarán a un grupo de soldados a buscar a los desaparecidos-terminó.

–¿Y cuánto tiempo se debe esperar para que ellos regresen?–preguntó ella.

–Eso nadie lo sabe,ellos buscan por un determinado perímetro–aclaró–además ellos deben tener cuidado,aún hay soldados enemigos rondando por los campos de batalla,salir sin cuidado podría costarles la vida–dijo con preocupación–es por eso que a veces no logran encontrar a todas las personas,deben volver para no morir y mantener a los sobrevivientes con vida.

–Eso lo sé,cuando sirves a tu país das a costo tu vida–volvió a su tristez,pero se repuso rápido.

–¿Se encuentra bien Adira?–preguntó preocupado.

–Si,no pasa nada–sonrió leve–estoy bien¿Lograron avanzar bastante no?–preguntó cambiando de tema.



#7799 en Novela romántica

En el texto hay: romance, amor, odio

Editado: 05.03.2024

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