Amor y Magia Negra

Capítulo siete: La iniciación

La niña sentía la varita pegada a su cuello mientras la forzaban a caminar por la habitación y le habían tapado la boca para que no gritara.
Calynn siguió caminando con alguien que le estaba lastimando el brazo hasta que chocó con un objeto y comprendió que era una silla cuando la obligaron a sentarse.

¡Lumos! —dijo la voz de su madre a su lado mientras la habitación se iluminaba por la punta de la varita.

La niña pudo ver quién era quien la había forzado a caminar y vio el rostro de su padre que por primera vez se veía muy débil. La pequeña se dio cuenta que su padre la apuntaba con la varita y apenas se percató que no se podía mover de la silla.

—¿Qué les pasa?, ¡déjenme moverme! —gritó la pequeña—. ¡Ayuda!

—¡Silencio! —dijo su madre mientras le daba una bofetada.

*mientras afuera*
Lily se había quedado cerca de la casa de Calynn porque había quedado con Sev de verse ahí porque no podrían estar en el jardín porque estaba lloviendo.
Lily estaba viendo la lluvia cuando escuchó una voz que gritaba

—¡Ayuda! 

Lily se sobresaltó al oír que era la voz de su amiga y se acercó a la puerta para escuchar que pasaba adentro de la casa

*dentro de la casa*

—Ahora que eres una bruja —empezó su padre—, tienes que saber algo. Vas a tener que aprender a ser mala con los demás, incluyendo tus amigos. 

—¿A qué se refieren?, ¡no lo haré! —gritó la pequeña

¡Crucio! —gritó su madre a la vez que la oscuridad regresaba a la habitación.

La niña sintió un dolor insoportable por todo su cuerpo, se retorció de dolor a la vez que en los pensamientos de la niña suplicaba que la mataran. El dolor no cesó, le dolía cada parte del cuerpo y le empezó a faltar la respiración por tanto dolor y pudo escuchar a lo lejos unos gritos de su padre.

—¡Basta! Druella basta, ya es suficiente —gritó su padre.

El dolor cesó mientras la luz volvía a la habitación. La niña estaba sudando de tanto dolor y estaba pálida.

—Si sigues tan débil nunca podrás hacer nada —le gritó su madre.

—¡No soy débil! —gritó la niña.

—¡Pruébalo! —dijo su madre—. ¡Cruc...

—Suficiente Druella.

Su padre se había puesto entre ella y su madre y la había agarrado de los hombros con gesto suplicante.

—Suéltame, déjame —gritó su madre tratando de apuntarlo con la varita.

La niña se dio cuenta de que ya se podía mover, su padre la había dejado de apuntar con la varita y el hechizo había dejado de funcionar.

La niña se levantó de la silla tratando de hacer el menor ruido posible y se escabulló por la puerta mientras dejaba a sus padres discutiendo.

La pequeña salió de la casa corriendo, pero se paró en seco cuando vio a su amiga Lily tirada en la acera de su casa.

—¡Lily! —dijo Calynn ayudando a su amiga a levantarse.

—¿Qué te ha pasado? —dijo Lily muy preocupada

—Aquí no, atrás del árbol, corre —dijo Calynn muy asustada.

Llegaron al árbol y se escondieron detrás de éste mientras veían entre las ramas a su padre saliendo de la casa buscando a su hija por todos lados hasta que volvió a la puerta y la cerró de un portazo.

—¿Qué te han hecho? —preguntó la pelirroja.

Pero en ese momento llegó un niño de pelo largo y grasiento.

—¡Sev! —gritó Lily y después le dijo en un susurro a Calynn—, él nos puede ayudar.

 

'~Todos los personajes son de la maravillosa J.K Rowling a excepción de Calynn Black, ella es totalmente de mi autoría~



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En el texto hay: magia, jkrowling

Editado: 18.01.2019

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