—¿Eh? ¿Dónde estoy...? —parpadeé confundido al despertar en una habitación que no era la mía. Luego, los recuerdos de la noche anterior regresaron de golpe—. Ah, cierto... Haruna me obligó a cambiar de habitación.
Era extraño despertar en otro cuarto, pero no me quedé mucho tiempo dándole vueltas. Me estiré con pereza, bajé las escaleras bostezando y, al llegar a la cocina, encontré una escena peculiar: Kaori cocinando con un puchero enorme en el rostro, mientras Haruna, con cara de satisfacción, bebía jugo de naranja a su lado.
—Buenos días, Riku —me saludó Haruna con un tono demasiado relajado para mi gusto—. Si sigues levantándote tan tarde, tu entrenamiento no va a rendir.
—Lo sé, lo sé... —resoplé, sentándome en la mesa—. Pero comprar ropa es más agotador de lo que uno se imagina.
Kaori, sin decir nada, me sirvió el desayuno. A pesar de su expresión de disgusto, el olor de la comida era increíble. Tomé el primer bocado y confirmé que estaba delicioso.
Sin embargo, justo a la mitad de mi desayuno…
¡¡TUMP TUMP TUMP!!
—¿Qué es eso? —preguntó Haruna, dejando su jugo.
¡¡TUMP TUMP TUMP!!
—Mierda... —murmuré al escuchar la puerta ser golpeada con una furia inusual—. Alguien está tocando como si quisiera tumbar la casa.
—Puede ser peligroso, no se acerquen —advertí mientras caminaba con cautela hacia la entrada.
¡¡TUMP TUMP TUMP!!
Tomé aire, tragué saliva, giré la perilla con cautela, abriendo la puerta lentamente... pero, antes de que pudiera asomarme, una mano pequeña la empujó de golpe.
—¡¿DÓNDE MIERDA HAS ESTADO, RIKU?!
El estruendo y el grito hicieron que mi corazón se saltara un latido. Tropecé hacia atrás del puro susto y terminé cayendo de espaldas.
—Ehh... ehh... Chl... —intenté hablar, pero me atraganté con mi propia saliva—. ¡Chloe!?
Frente a mí, con una expresión de furia pura, estaba Chloe, una chica de tez blanca, cabello rosado liso y corto, y ojos brillantes como pétalos de sakura. Su chaqueta negra, camisa blanca y short de mezclilla eran inconfundibles.
Chloe cruzó los brazos y arqueó una ceja.
—Vaya, qué sorpresa... ¡¡Te acuerdas de mi nombre!!
Mierda... Está muy furiosa. ¿Qué carajos le pasó?
Haruna la miró con extrañeza, mientras que Kaori se puso en guardia al instante.
Kaori frunció el ceño, mirando a la recién llegada con desconfianza.
—¿Quién ser?
Haruna suspiró, como si ya previera el desastre que se avecinaba.
—Nuestra vecina de al lado.
Mientras tanto, Chloe me fulminaba con la mirada, visiblemente molesta.
—¡Maldita sea, Riku! Ya van dos días, dos malditos días sin saber nada de ti. ¿Dónde carajos andabas metido?
Intenté responder, pero las palabras se me atoraban en la garganta.
—Lo que... pas... es... yo... ehh...
Mi cerebro estaba procesando a medias. Entre todo el caos de los últimos días, la locura de Kaori y el estrés de lidiar con su obsesión, me había olvidado por completo de Chloe. Para mí no había sido gran cosa, pero a ella claramente sí que le había afectado.
Pero antes de que pudiera dar una explicación coherente, Kaori se adelantó y se plantó entre Chloe y yo, con la mirada afilada.
—¡Aléjate de esposo! Si querer hacerle daño, primero tendrás que pelear conmigo.
Silencio absoluto.
Entonces, Chloe soltó la carcajada más escandalosa que había escuchado en mi vida.
—¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA!
Se sujetó el estómago, inclinándose hacia adelante, como si hubiera escuchado el mejor chiste de todos los tiempos.
—¡¿Riku...?! ¡¿Casado?! ¡¿En qué momento?!
Su risa era tan fuerte y sincera que incluso se secó una lágrima del ojo.
—¡JAJAJAJA! No puedo creerlo, ¡esto es oro puro! ¡El gran Riku desaparece y regresa comprometido! ¡Muy buena broma, Riku, me hiciste el día!
Kaori, en cambio, no estaba para juegos. Sus músculos se tensaron, sus ojos brillaron con furia y adoptó una postura de combate real.
—No ser broma, niña rosa. Riku ser esposo de Kaori.
Chloe se calmó un poco y, con su sonrisa confiada y burlona, se acercó a Kaori con una mirada pícara.
—Riku no puede tener dos esposas.
Kaori se puso pálida.
—¡¿QUÉEEE?!
—¡¿DE QUÉ MIERDA HABLAS, NO ESTAMOS CASADOS?! —grité, ya harto de la confusión.
Haruna, que había estado observando la escena con paciencia, decidió intervenir antes de que Kaori intentara arrancarle la cabeza a alguien.
—No le hagas caso, Kaori. Chloe es así, le gusta hacer bromas pesadas. No están casados.
Kaori parpadeó confundida, mirando primero a Haruna y luego a Chloe.
—¿Pero ella no... con esposo?
—No, Kaori —respondió Haruna con una sonrisa cansada—. Ella es así.
Chloe alzó las cejas con fingida sorpresa.
—¿Así que de verdad esta mujer dice que es tu esposa? ¡Pero qué clase de broma es esta, Riku!
Se acercó a mí, que todavía seguía en el suelo, y con un gesto exagerado me ofreció la mano para ayudarme a levantarme.
—Vaya, no puedo dejarte tirado ahí después de semejante noticia —dijo con fingida ternura mientras me ponía de pie.
Pero cuando ya estaba de pie, aprovechó para acercarse peligrosamente, inclinándose lo justo para que su aliento rozara mi oído.
—Espero que, aunque estés casado, no dejes de pasar tiempo de caridad conmigo —susurró con una sonrisa descarada.
Mi cuerpo entero se estremeció.
¡Mierda!
Kaori se tensó de inmediato, sus ojos brillando con furia mientras daba un paso adelante.
—¡Mujerzuela, aléjate de Riku! Ser solo mío.
Chloe ni siquiera se inmutó. Con una sonrisa divertida, se llevó una mano a la cadera y la miró con fingida dulzura.
—Tranquila, gatita. No tienes por qué enojarte~. Al final, Riku puede decidir con quién se queda… o si se queda con las dos.
El rostro de Kaori se contrajo por completo. Algo en su mente hizo clic.
Editado: 25.03.2025