Cuando volví a ver tus ojos,
mi alma se estremeció de emoción,
como un susurro que despierta,
un amor que nunca se extinguió.
Tu sonrisa, un rayo de sol,
que ilumina mi mundo interior,
y en tu mirada, un reflejo,
de los momentos que vivimos juntos.
El tiempo no borró la huella,
de tus caricias en mi piel,
ni el recuerdo de tus susurros,
que calmaron mi alma y me hicieron sentir.
En este reencuentro, siento,
que mi corazón late con fuerza,
como si el destino nos uniera,
para revivir nuestra historia de amor.
Y aunque el mundo siga girando,
y el tiempo pase sin cesar,
mi amor por ti permanece,
inmutable, sin temor a desvanecerse.