Dos almas, perdidas en el juego,
de la vida, del amor, de la juventud.
Inmaduros, pero apasionados,
nuestro amor es un caos, una tempestad.
No sabemos qué hacer,
pero sabemos que queremos estar,
el uno con el otro,
en este viaje sin rumbo.
Nos peleamos, nos amamos,
en un ciclo sin fin.
No sabemos perdonar,
pero sabemos que no podemos dejar.
Somos dos niños,
jugando a ser adultos.
No sabemos la respuesta,
pero sabemos que queremos intentarlo.
Nuestro amor es un experimento,
un riesgo, una apuesta.
No sabemos qué pasará,
pero sabemos que queremos apostar.
Así que seguimos adelante,
en este camino sin mapa.
Dos inmaduros,
enamorados, perdidos, libres.