Hubiese sido hermoso,
si nuestro amor hubiese tenido un final juntos,
si nuestras manos se hubiesen entrelazado,
para nunca más soltarse.
Hubiese sido dulce,
si nuestras bocas se hubiesen besado,
por última vez, con pasión y fuego,
y no con tristeza y despedida.
Hubiese sido maravilloso,
si hubiésemos podido envejecer juntos,
si nuestras arrugas se hubiesen formado,
al mismo tiempo, en el mismo lugar.
Hubiese sido glorioso,
si nuestro amor hubiese sido eterno,
si nuestras almas se hubiesen fundido,
en un solo ser, sin principio ni fin.
Pero el destino nos separó,
y ahora solo quedan recuerdos,
de lo que hubiese sido,
si hubiésemos tenido un final juntos.