Dos almas en un solo ser, dos voces en un mismo amanecer. Un corazón que late en
dualidad, una vida teñida de dualidad.
Una es calma, luz y serenidad, la otra es tormenta, fuego y tempestad. Una busca paz,
caminos sin fin, la otra encuentra guerra, batallas sin fin.
Días de sol, risas y candor, noches de luna, sombras y dolor. En el espejo, dos rostros a
la vez, reflejan el misterio de ser quien es.
Una mente, dos destinos por descubrir, un solo cuerpo, dos almas por vivir. Bailan
juntas en un vals sin final, en el escenario de la vida, siempre dual.