En el boulevard de los sueños rotos, donde la noche se mezcla con la melancolía, caminan almas perdidas, susurrando anhelos en cada esquina.
Farolas que alumbran nostalgias, sombras que ocultan secretos, historias de amores y despedidas, tejiendo un tapiz de recuerdos inciertos.
Las hojas caen como lágrimas, cubriendo el asfalto gris, y el viento lleva suspiros lejanos, de aquellos que se fueron sin decir adiós.
Cafés con mesas vacías, donde una vez hubo risas y promesas, ahora guardan el eco distante, de sueños que nunca despertaron.
Pero en cada rincón de este boulevard, encontramos la belleza del olvido, un rincón para sanar las heridas, y quizá, comenzar de nuevo el camino.
Porque aunque los sueños se rompan, en el boulevard de la desilusión, siempre habrá un resquicio de esperanza, para aquellos que aún buscan la redención.