Fragmentos de un espejo roto, reflejos de vidas dispersas, pedazos de historias contadas, en susurros de noches eternas.
Cada trozo guarda un secreto, un destello de luz olvidada, memorias de risas y lágrimas, de un ayer que se desvanece en nada.
Fragmentos de sueños y anhelos, colores que el tiempo destiñe, retazos de un amor eterno, que el viento en sus manos deslíe.
Juntando piezas de este rompecabezas, buscamos un sentido perdido, encontrando belleza en la imperfección, y fuerza en lo que ha sido dividido.
Porque en cada fragmento hallamos, una parte de nuestra verdad, y al unirlos, descubrimos, la esencia de nuestra humanidad.
Fragmentos de un todo inmenso, historias que nunca se olvidan, en ellos, vemos el reflejo, de almas que siempre se encuentran perdidas.
Y así, en los fragmentos vivimos, reconstruyendo lo que el tiempo desarma, porque en cada trozo hallamos, un pedazo de nuestra propia alma.