Si no hubieras visto ese beso,
ese instante robado en el tiempo,
quizás aún seríamos dos almas,
bailando sin tormento.
Si no hubieras visto esos labios,
uniéndose en una promesa fugaz,
quizás tus ojos no habrían llorado,
y mi corazón no sentiría este pesar.
Ese beso, un eclipse en nuestra historia,
una sombra que nunca quisimos ver,
pero el destino, con su irónica memoria,
decidió que debías saber.
Si no hubieras visto ese beso,
nuestros días seguirían como antes,
sin el peso de la traición,
sin corazones distantes.
Tus manos, que solían ser refugio,
se alejaron con el frío del adiós,
y yo, perdido en mi culpa,
me pregunto qué nos deparará Dios.
Si no hubieras visto ese beso,
quizás aún podríamos soñar,
con un futuro juntos,
con un amor sin final.
Pero la realidad nos golpea,
y el pasado no se puede borrar,
ese beso, una herida abierta,
que no dejamos de recordar.
Si no hubieras visto ese beso,
¿sería diferente nuestro destino?
O tal vez, inevitablemente,
nuestros caminos seguirían su sino.
Ahora, solo queda el eco,
de lo que pudo haber sido,
y en cada suspiro perdido,
te pido perdón, aunque sea en vano.