Amor&ciencias: entre átomos y estrellas

Capítulo VII

_"La paradoja del gato"

ERICK JONES:

«25 de junio»

Habitualmente en las mañanas salía a desayunar en una cafetería cercana a mi edificio, siempre y cuando no me quedase dormido. El clima mañanero de New York en épocas veraniegas solía ser húmedo y fresco, la temperatura aumentaba en las tardes.

Observé mi aspecto una vez más en el espejo,terminando de rociar el perfume en mi cuello.Suspiré frustrado al mirar los pequeños mechones que caían en mi frente,había hecho el absurdo intento de peinarme.

Mi atuendo consistía en una camisa blanca de mangas largas, corbata negra un poco desajustada al igual que el primer botón desabrochado, pantalón oscuro y botas de cuero, sin pasar por alto el portafolios y reloj plateado adornando mi mano derecha.

Salí de mi apartamento, tomando el elevador para no atrasarme bajando el sinnúmero de escaleras.Al llegar a la recepción del edificio saludé al portero y el recepcionista, Oscar y Thomas.

Antes de pasar por el umbral de la puerta de vidrio me voltearía hacia el último hombre que se encontraba de pie cerca de la recepción.

_¿No tienen conocimiento de alguna persona en el edificio con el nombre de Stella Spencer?-pregunté con neutralidad, alternando miradas con ambos-

_Lo siento Señor Jones, nos tienen autorizado a no dar información sobre las demás personas que viven en el edificio, por seguridad.-respondió Thomas, que era el recepcionista-

_Entonces si hay alguien con ese nombre-traté de divagar indirectamente, pero el hombre no me respondió-

Asentí con mi cabeza,entendiendo que no importara cuantas preguntas hiciera;no iban a responder ninguna a pesar de saber la respuesta.Caminé hacia la salida mirándolos por encima del hombro.

Al salir del edificio encendí un cigarro contemplando el cielo con sus característicos colores de la mañana y una leve brisa fría que a penas congelaba el rostro, mientras iba caminando por la calle en dirección al café; en mi camino se apareció un gato negro.

El pequeño animal se quedó observándome, provocando que detuviera mis pasos para agacharme y extender mi mano hacia él.

¿Acaso era Schrödinger? Pensé, aún con la esperanza de que regresara.

Cuando el gato vio el movimiento de mi mano fue inevitable que su pelaje se erizara y saliera huyendo, asustado. En estos momentos ni siquiera era capaz de reconocer a mi propio animal.

***

Al llegar a la Universidad en mi auto pude visualizar a Julián sentado en las escaleras de la entrada. Claramente no iba a desaprovechar la oportunidad de sonar la bocina de mi auto, provocándole un susto.

_¡Maldito idiota! Aún tengo resaca de anoche y vienes tú a sonar esa mierda-protestó-

_¡Cómo se te ocurre irte a beber!-levanté la voz a propósito para que le molestara el ruido- ¡Sin tu hermano!

_¿Baja la voz quieres?-pidió tapando sus oídos,lo cual me pareció un poco gracioso-No solo fue a beber.

_¡Peor aún maldita sea!-le grité bajando del auto-¿Cuántas fueron?

Me acerqué ayudándole a levantarse y nos adentramos por los pasillos de la escuela.

_Solo una...pelirroja,lo peor de todo es que le llamé Lina-susurró y agachó la cabeza, avergonzado-

Sonreí sarcástico y humedecí mis labios rodeando su cuello con mi brazo derecho,ambos caminando lentamente.

_Mira el lado bueno, le dijiste Lina y no pulga-le comenté por lo bajo-

Asintió levemente algo entristecido, cosa que me cabreó un poco haciendo que arrugara mis cejas.

_Habla.

_Ayer en la tarde la vi montando en el carro de un chico, y pude jurar que la besaba.

_De seguro estás malinterpretando la situación.No obstante,ella tiene el mismo derecho que tú y creo que tampoco deberías ponerte así porque solo son amigos.

El Rubio solo se quedó callado apretando su mandíbula, sabía que tenía razón.Me separé de él para abrir el Departamento, encontrando a Arthur durmiendo en su escritorio con papeles pegados en la cara y el cabello hecho un desastre.

Prendí el interruptor dejando el portafolios en mi escritorio y junto a Julián me acerqué a el castaño.No puede ser que se haya quedado toda la noche aquí y Lina se lo permitiera.

_Hey amigo,despierta-le habló el rubio mientras lo movía por el hombro-

Arthur abrió lentamente sus ojos un poco incómodo por la luz que incidía sobre estos, los frotó suavemente y alternó miradas con Julián y conmigo.

_Disculpen chicos, me quedé aquí hasta tarde y me dormí a mitad de una investigación-se lamentó con un tono suave,acomodando su cabello-

_No pasa nada-respondí acercándome a la cafetera eléctrica que reposaba encima de la mesa de Rose, verificando si quedaba algo del contenido al cual todos en este departamento éramos adictos-

«Ni modo, habrá que ir a la cafetería cuando ya esté abierta»

Dejé salir un suspiro de frustración y me senté encima de mi escritorio con los brazos cruzados quedando delante de Arthur-su escritorio estaba delante del mío- y Julián recostado a la pared derecha donde se encontraba una ventana, la única que tenía el despacho.

_Creo que Stella vive cerca de mi edificio o existe una pequeña probabilidad de que sea en el mismo-les comenté a ambos chicos dejándolos perplejos-

_¿Cómo lo sabes?-inquirió el rubio acomodando sus lentes-

_Porque la vi ayer, en el supermercado mientras hacía las compras con Laura.

Ambos chicos abrieron sus ojos de par a par y Julián fue el primero en reaccionar con palabras.

_Tío menudo lío, ya me imagino a Laura en ese momento-llevó la mano izquierda a su nuca, alzando un poco sus cejas-

_Solo preguntó si la conocía, al parecer ella no la reconoció sino se volvía loca.

_Ella ya estaba loca,Erick-agregó Arthur-

Julián comenzó a reír a carcajadas de manera burlona mientras aplaudía como una maldita foca,provocando que Arthur y yo también riéramos.



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Editado: 08.09.2025

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