_“Verdades a medias”
STELLA SPENCER
8 de septiembre:
Las vacaciones habían terminado de la peor manera y el regreso a clases se sentía más emotivo al saber estaría nuevamente cultivando en corazones lo que más me apasiona.
Había salido tan temprano como de costumbre en compañía de Lina y John. Violeta nos empezó a acompañar a mitad de camino y en cuestiones de minutos ya estábamos frente a la Universidad.
Nos encontrábamos tan ansiosas por entrar al departamento que no nos percatamos de que habían personas adentro. Mi mano se quedó pegada a la cerradura de la puerta y mi cuerpo por un momento no quiso reaccionar.
Se trataba de Julián y Rebecca, ambos estaban solos a una distancia un poco comprometedora puesto que la mujer estaba casi en los brazos de Julián. Al instante, el matemático tomó distancia notándose la incomodidad en su semblante.
Desde que Rebecca había llegado a la Universidad, su comportamiento hacia Erick y Julián era bastante intrigante, como si anteriormente se conocieran i hubiese tenido algún tipo de relación con ellos.
_¿Interrumpimos algo?-pregunté alternando miradas-
_¿Qué ocurre Stella porque te detuvis..?-la sonrisa de Lina se desvaneció, formando un gesto de sorpresa-
_Buenos días a estas bellas señoritas-Julián hizo una reverencia ante nosotras y Rebecca lo miro de reojo, molesta-
_Ahora actúas como si nada cuando hace unos minutos intentaste tocarme. ¡Diles Julián!-fingió victimizarse, y para su buena suerte lo hacía bastante bien-
_Rebecca eso no es así, diles la verdad-setenció Julián con firmeza-
_¿Qué verdad Julián? ¡Esa es la verdad, te querías aprovechar de mí!
Alterné miradas con Lina y Violeta, notándose en sus rostros que ninguna estaba de acuerdo en creerle a Rebecca, estaban confundidas sin entender perfectamente que había pasado.
Detrás de nosotras aparecieron tres figuras masculinas, adentrándose al departamento. Mis fosas nasales se inundaron de un fuerte aroma varonil que conocía perfectamente; era en específico de un físico arrogante.
_Buenos días, cuanto tiempo sin verlas-expresó el médico, dulcemente-
_Buenos días para ti también, Arthur-respondí y el silencio fue interrumpido por unos sollozos-
_Es muy temprano para estar soltando veneno-comentó Erick, indiferente mientras cruzaba sus brazos-
_¿Qué pasó?¿Qué me perdí?-preguntó John, despistado-
_Resulta ser que Julián intentó aprovecharse de mí-repitió Rebecca, tapando su rostro-
_Ni aunque fueras la última mujer Julián haría algo así-respondió el físico con tal desdén que cualquiera en su lugar sentiría humillación-
_¡Qué sabrás tú maldito entrometido, ocúpate de tus propios asuntos y acuéstate con Stella de una vez en lugar de vacilarla todo el tiempo!-le gritó y todo su teatro se desmoronó-
El aire llegó con dificultad a mis pulmones y mi semblante palideció ante la sorpresa de su comentario.Observé de reojo al pelinegro y noté como su expresión relucía descaradamente.No obstante, si ella esperaba que guardase silencio entonces estaba muy equivocada.
_¿Podrías dejar de querer ser el centro de atención? Claramente ninguno de los presentes cree tus palabras-respondí intentando parecer calmada-
_Escucha Rebecca,sé mucho más de lo que te puedes imaginar así que no te conviene provocarme-expresó Erick, impasible-
_Ah claro, ahora todos se ponen a favor de este pervertido, mujeriego y poco hombre-mencionó con desprecio a Julián-
_Rebecca por favor, deja ya crear malentendidos y sembrar cizaña-espetó Violeta tranquilamente- Somos compañeros de trabajo.
_Lo menos que necesitamos es un ambiente negativo desde el primer día-añadió Lina- Julián podrá ser muchas cosas, pero nunca tocaría una mujer sin su consentimiento.
_¿Lo dices por experiencia propia, no?-contraatacó con sátira-
_No, lo dice porque me conoce mejor que nadie-setenció el rubio, notándose incómodo-
El sonido del timbre inundó el departamento y cada uno salió del lugar para ir en dirección a la plaza de formación para recibir a los nuevos ingresos con un alegre discurso pronunciado por Lina.
Aconteció que después de aquel tiempo cada uno se dirigió a los laboratorios. El regreso a clases no había empezado de la mejor manera para ninguno de los profesores y en un abril y cerrar de ojos el timbre que anunciaba el almuerzo finalmente había sonado.
Organicé cuidadosamente mi escritorio y cuando terminé cerré con llave para dirigirme a la cafetería. Suspiré cuando observé las puertas del ascensor abrirse, era la peor parte del día.Me adentré suplicando que alguien más entrara en el tercer piso para no estar sola.
Llegué a la cafetería donde habían incontables alumnos hambrientos y un bullicio en cualquier rincón.Visualicé en alguna mesa a alguien que me resultara conocido y fue ahí cuando los cabellos rubios de Violeta entraron en mi campo de visión. Me encaminé hacia ella, tomando asiento a su lado.
_¿Qué tal los nuevos ingresos?-cuestionó con una sonrisa-
_Bastante desordenados, me recuerdan a mi primer día aquí-suspiré nostálgica y apoyé mis codos en la mesa-¿Y tú?
_Bien, Rose impone respeto con una mirada desde el primer día-rió levemente, un poco orgullosa de su madre-
_Ojalá ser tan profesional como ella.
_Verás como la experiencia nos hará más profesionales-afirmó la rubia, brindándome un poco de su café-
Negué amablemente.
_Viol, ¿Qué opinas sobre lo ocurrido esta mañana?-pregunté de forma inesperada debido a que no tenía nada que ver con nuestra conversación-
_Ahí debe haber gato encerrado-respondió seriamente-No conozco bien a Julián pero quizás tuvieron algo que ver y Rebecca está dolida.
_Quizás fueron algo de una noche y por esa razón está así-agregué-
_Solo tenemos un modo de saberlo y es preguntarle a Arthur,de los tres puede ser el más dispuesto a hablar.