Spin off
¿Por qué? Bueno, ya saben como soy y no quería despedirme de esta historia (La virgen embarazada) sin antes dejarles algunos capítulos sobre el romance entre Vladímir y Clara. Cabe destacar que no me hago responsable por corazones rotos, porque obviamente la historia de ellos dos no es color rosa como la de Max y Bere, estemos claras en eso porque no todos los romances son bonitos, en fin dicho esto espero que disfruten estos capítulos. Las amo mis loquillas.
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—¿De verdad? ¿Piensas que todo gira en torno a ti? Eres tan inmadura, no entiendo como rayos se te ocurrió algo así —manifestó lleno de cólera.
—Te dije que no me retaras y lo hiciste, tú comenzaste con este juego de celos Vladímir, ahora no te quejes cuando has perdido —contestó ella restándole importancia al tema. Él hundió las cejas y apretó la mandíbula, sabía que una mala decisión lo llevaría a problemas graves, no podía partirle la cara al sujeto que coqueteo con Clara, porque estaba a una fianza más de permanecer en la cárcel de por vida. Y es que los últimos meses no pasaban de problemas, la relación se tornaba en altibajos. Un día podían estar bien, pero al otro todo se derrumbaba por una discusión y lo peor de todo era la actitud arrogante de Clara, ella solía pensar que tenía la razón siempre y aunque a veces fuera así, eso no quería decir que todo el tiempo corría con la misma suerte.
—Ok, sabes qué, has lo que te dé la gana, no quiero verme involucrado en más problemas contigo, estoy harto de que siempre terminamos en lo mismo —soltó furioso y ella encogió los hombros.
—Por mí está bien, no pienso quedarme con un idiota que piensa en sí mismo y nunca tiene un detalle bonito —escupió en su cara y él se detuvo en seco. La observó confundido como si tratara de procesar aquella información.
—¿A qué te refieres con un detalle bonito? —cuestionó y ella torció los ojos cruzando los brazos en su pecho.
—Por favor Vladímir, no creas que soy estúpida y no me doy cuenta, sabes que veo cuando Max y Bere son tan cariñosos y él le lleva una flor o alguna cursilería de esas por el estilo, desde que te conozco el único detalle que has tenido en los últimos meses es llevarme a la cama cuando se te antoja —manifestó. Él no sabía como contestar a eso, porque con la poca experiencia que tenía en el amor podía decirse que ella tenía la razón.
—Déjame entender un instante, ¿entonces te obligué a tener sexo conmigo? —interpeló y ella puso mala cara.
—No, ¿Ves lo qué digo? Eres un cretino, el problema no es que tengamos sexo, sino que la relación únicamente no se basa en eso. Yo quiero algo más que solo me lleves a la cama, al menos que hagas el esfuerzo por parecer interesado en ganarte mi corazón —continuó ella bastante irritada.
Las razones eran más que obvias, ella en el tiempo que tenía de relación con Vladímir empezó a comparar su relación con la de su mejor amiga y veía grandes diferencias, Clara deseaba tener algo como ellos y poder experimentar esa felicidad, no solamente ser espectadora, sin embargo, su novio mantenía una actitud distante y no podía demostrarle que realmente la quería al menos porque tampoco se había atrevido a expresar un “te amo” siquiera de labios para adentro.
Cuando ella observaba todo eso tomaba una posición de orgullo porque detestaba haber aceptado que se había enamorado de un cretino incapaz de poderle demostrar que ella le importaba.
—Clara estoy contigo, ¿no es suficiente eso para hacerte saber que me importas? —intentó explicarse acercándose a ella mientras tomaba su barbilla para obligarla a verlo, ella negó y por primera vez en los meses que llevaban de relación, derramó una solitaria lágrima.
—No, para mí no lo es y si tú no puedes verlo, entonces nada de esto tiene sentido —expresó con tristeza, quitó la mano de Vladímir y se dio media vuelta para marcharse, no obstante él la sujetó de la cintura y atrajo a su cuerpo para ver los ojos de esa rubia despampanante que tenía en frente.
—Solo entiéndeme, necesito que te quedes y me des tiempo de adaptarme a esto nuevo —pidió y ella lo miró por varios segundos. Luego asintió y movió los labios para contestar.
—Bien, me quedaré solo si me dices que esto no ha sido inútil, que no me enamoré de un idiota, el cual no corresponde a ese amor, solo dime eso y me quedo contigo —murmuró tomándolo de las mejillas, él guardó silencio. Sabía que no tenía respuesta para eso porque no estaba del todo seguro, quizás en el fondo sentía algo más profundo por Clara, no obstante confesarlo ante ella sonaba como algo que él jamás iba a hacer.
Sin embargo, Clara esperó hasta que supo la verdad, Vladímir no la amaba como ella a él, entonces eso la conllevó a tomar la decisión de alejarse en silencio y la segunda vez no hubo una voz que pudiera llamarla para que se quedara. Así que subió a su auto y fue a casa para ahogar sus penas en la ducha llorando hasta quedarse seca.
***
—Te juro que no lo quiero ver jamás en mi vida —se quejó Clara mientras miraba el techo de la habitación, Berenice comía galletas en un tazón escuchando los lamentos de su mejor amiga, y había perdido la cuenta de cuantas veces había estado en esa situación.
—Clara, eso va a estar difícil porque él vive aquí y bueno… Si tú pasas más aquí que en tu casa, en cualquier momento te toparás con Vlad —confesó ella metiendo una galleta a su boca, Clara puso mala cara y la observó.
—Pues él debería mudarse a otro lado, yo soy tu mejor amiga y debes apoyarme —ordenó y Berenice soltó una risita moviendo la cabeza en forma negativa.
—Eso es imposible porque él es hermano de Max, y sabes que se la llevan bastante bien, así que te tocará reconciliarte o tolerar, verlo rondando por aquí —admitió y ella puso cara de sufrida.
—Ay, no qué mala suerte la mía. ¿Por qué el amor es tan complicado Bere? —manifestó al borde de las lágrimas, aunque no eran completamente de dolor, sino frustración por vivir una situación tan abstracta.