Quería contarle a Carolain que yo por fin tenía novio. Después de todo éramos mejores amigas. Nos conocíamos desde pequeñas. Pero…por las circunstancias…creí que no era buena idea contárselo.
«¡Maldita sea, Carolain! ¡Maldita sea!»
Como era sábado, me tocaba ayudar en el negocio de mi mami. Y aunque tuviera que atender a uno que otro cliente, y tuviera que organizar, limpiar, llevar cuentas y cuidar la puerta, nunca fueron impedimentos para que yo dejara de responderle los mensajes a wicho.
Mi mami de vez en cuando veía como yo sonreía al ver la pantalla de mi celular.
── Últimamente te ríes mucho…──me comentó mi mami, así como quien no quiere la cosa.
── Ay, mami, usted sabe, bobadas de mis amigas ──mentí.
── ¿Sí? ¿De tus amigas? ¡Jum!
Por su tono me pareció que no me creía nada.
Y yo quería decirle todo en ese momento, de verdad quería. Pero tenía miedo de lo que fuera a pensar, decir o hacer. ¿Qué tal si me encerrara en la casa con llave? Y después de que Jennifer la había salido tan tremenda.
Ya me imagino diciendo que otra de sus hijas salió alborotada. Sería para que no me dejara salir más nunca.
Yo ni siquiera tenía Facebook, y de la casa al colegio, y del colegio a la casa. Y allí estaba yo, con un novio 6 años mayor.
«Mi mamá me va a matar»
La noche anterior, apenas llegué a la casa después de que me quedara sin saliva de tanto besarme con Wicho, me encerré en mi cuarto con Jennifer y le conté todo. Yo creo que ella se emocionó más que yo.
── ¿El de las cicatrices? ¡Wow! Hermanita… ¡tú también saliste tremenda! ──exclamó entre risas, pero le hice señas para que bajara la voz. Que susto que mi mamá se enterara. ¡Uff! La relación más corta de la historia si eso llegaba a sus oídos.
── ¿Qué piensas? ──le pregunté.
── Pues…él es simpático, con todo y eso en la boca. Y hablando de eso… ¿Qué tal besa?
── Ay no sé…no tengo experiencia en eso ──dije apenada.
── Solo Vernie ──se burló mi hermana.
── ¡Eso no es justo, Jennifer! ¡Eso no cuenta! ¡Fue un maricon juego de la botella!
── ¡Sí cuenta!
── ¡Nada que ver! ¡Qué horror! Para mí, mi primer beso siempre será Wicho.
── ¡Uyyy! ¡Eres una bandida, Jessica! ¡Toda una zorra! ── bromeó.
── ¡Más zorra serás tú! ── le respondí.
── ¿Le vas a contar a mi mamá? ──me preguntó.
La pregunta del millón, hermana. Y no sabía qué hacer.
── No sé, Jennifer… ¿Tú qué crees que ella me diga?
── Uy…pues él es mayor, ¿Verdad?
── Sí.
── ¿Cuántos años tiene?
── Veintiuno….
── Uy…pues mi mamá va a pensar que él se quiere aprovechar de ti.
── ¿Tú crees?
── ¡Obvio! ¿O sea? ¿Qué hace un tipo de universidad fijándose en una niñita? Obviamente mi mamá va a pensar que no tiene buenas intenciones contigo.
Eso me preocupaba. Mucho.
── ¿Y tú qué piensas? ──me preguntó──. ¿Tú crees que él tenga malas intenciones contigo?
── ¡No para nada! ──respondí totalmente segura──. Yo sé que él no es así, y que él me quiere de verdad. Él es buen chico, se le nota...
── ¿Sí confías en ese tipo?
── Sí, mucho.
── Uy…cuidado, hermanita, porque yo sí he estado con uno y con otro y pues…buenos…buenos...los hombres no son. Son unos imbéciles, la gran mayoría.
── Pero es que tú tienes mal gusto, boba.
── Más boba serás tú, y no, no soy yo, lo dicen muchas mujeres. A los hombres hay que tenerles cuidado y conocerlos bien primero, y la verdad, hermanita, es que a veces una es muy pendeja.
── ¡Ah, lo aceptas, pendeja! Pues te digo que Wicho no es así. Él es diferente.
── ¿Ah sí? ¿Eso piensas? Bueno, ya vamos a ver. Dejemos que pase el tiempo, pero cuando él tenga un desplante contigo, cuando se aburra de ti porque eres una inmadura, cuando consiga a alguien de su edad, te vas a acordar de mí.
No respondí.
── Yo quiero lo mejor para ti, Jessica ──continuó──. Y mi mamá también, obviamente. Así que piénsalo bien.
Y eso hice. Lo pensé bastante.
***
Wicho y yo quedamos de encontrarnos en el parque, alrededor de las seis de la tarde, cuando ya estuviera anocheciendo. Me puse unos shorts blancos con una blusa verde muy bonita que me encantaba y que además tenía un escote un poco pronunciado. Yo no es que tenga senos muy grandes, así que no importaba que tanta piel mostrara, pero aun así...esperaba que él lo notara.
No me puse maquillaje, él siempre me repetía que no le gustaban las mujeres maquilladas y que además yo no lo necesitaba.
Le dije a mi mami que iba donde mi amiga Victoria, que llegaba como a las nueve antes de que cerraran el negocio para ayudar a recoger todo. No sé cómo me lo creyó, hace como dos años que Vicky y yo no hablamos.
A veces creo que mi mami sabe toda la verdad y se hace la pendeja. ¡Dios! Odio tener que mentirle así. Espero no tener que seguir haciéndolo por mucho tiempo.
«¿Qué pensará Dios sobre mentirle a nuestros padres?», pensé.
Cuando llegué Wicho ya estaba esperando, lo primero que hizo antes de siquiera saludarme, fue verme las piernas.
«Bueno, los shorts sí funcionaron»
Nos sentamos debajo de un arbolito, el más grande del parque y debajo del cual además nos dimos nuestro primer beso.
Me acosté sobre él y me rodeó con sus brazos. Me sentí segura, me sentí en paz. Amé en ese instante. Lo quise guardar en mi memoria por siempre.
── Me encanta estar entre tus brazos ──le susurré al oído.
Él olía a esa colonia que me volvía loca, lo traje hacia mí y lo besé. Luego nos quedamos mirando fijamente a los ojos, sin decir nada.
── ¿Sabes? Me daba cosita pensar en que quizás no querrías besarme ── me confesó.
No entendía porque decía eso… ¿Cómo no voy a querer besarlo? ¿O sea? ¿Qué me cree que soy?
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Editado: 31.01.2021