Amores Emblemáticos: Otro libro de la Saga La Profecía

Laura y Lucian: Catarsis

  • Que mi bisabuela no fuera capaz de reconocerme fue un duro golpe para mí. Su memoria la ubicaba en un tiempo en que mis hermanos y yo no existíamos y mis padres eran apenas unos jovencitos que acababan de descubrir que eran compañeros predestinados. Si bien es cierto que saber la verdad del ataque que sufrí a los nueve años al recibir la confesión del tío Lorenzo me ayudó a recuperar a la tía Alondra y a mi querido Vittorio, no pude ser completamente feliz porque ahora me faltaba mi amada bisabuela -comentó Laura mientras se secaba las lágrimas que aún estaban frescas y se dejaban ver sobre sus mejillas. Lucian nunca se imaginó que su amada licántropa había sufrido tanto, pero aún tenía algunas dudas sobre el comportamiento errático que mostraba hasta antes de saber que ellos eran predestinados.
  • ¿Eso quiere decir que perdonaste al tal Lorenzo? -preguntó Lucian tratando de contener las ganas de ir en busca de ese humano.
  • Aunque en un inicio sus intenciones no fueron las mejores para mi manada, él en verdad ama a tía Alondra y a Vittorio, por lo que está muy arrepentido de haber aceptado la propuesta del demonio Pleonax. A su favor, debo decir que la desinformación difundida entre los humanos sobre los licántropos aportó a que las mentiras que ese miserable sembró en él calaran profundamente, pero no puedo justificar la decisión que tomó al pactar con la maga oscura el exterminio de sus medios hermanos y madrastra, aunque esta última había hecho uso de las malas artes para llegar a Luigi Ferrini y hacerse su esposa, por lo que, de alguna manera, el desenlace que tuvo su familia fue producto del mal proceder de ella. Sin embargo, el que ahora esté sujeto a una silla de ruedas, dependiente por completo de la ayuda de máquinas y otros para sobrevivir, es una forma de pagar por sus pecados, aunque no sea suficiente para recibir el perdón al haberse aliado a un seguidor de Satanás -la respuesta de Laura dio pie a que Lucian pueda hacer una nueva pregunta.
  • Entonces, si todo quedó por la paz con el tal Lorenzo, ¿por qué te comportabas como una desquiciada e intentaste matar a la Luna Höller? -Lucian quería saber si en verdad Laura había amado a Stefan, y que ese fue el motivo de su locura. Si así era, el Príncipe Dracul ya había decidido ir en busca del licántropo para acabar con su vida porque no se permitía la idea de compartir el amor de su amada con otro.
  • Si bien es cierto que enterarme de la verdad que el tío Lorenzo ocultaba me ayudó a controlar mi temperamento dominante, que pasaran los años y no encontrara a mi alma gemela me hizo pensar que la Madre Luna me castigaba por haberme dejado violar por un incubo -Laura sonreía tímidamente mientras negaba con un movimiento de cabeza, ya que en ese momento era consciente de que una cosa no tenía nada que ver con la otra-. Después de haber ayudado a mis bisabuelos, Sasha se quedó en la manada por designio del Brujo Supremo, y unos años después él y Paula se percataron que eran compañeros predestinados. Ver que mi gemela encontraba a aquel que la amaría incondicionalmente generó una dualidad de emociones y sentimientos en mí que me afectaron en demasía. Por una parte, estaba feliz de que mi gemela haya encontrado a aquel que existe para hacerla dichosa por la eternidad, pero por otra, me sentía celosa de no tener lo que a ella se le había entregado. Y con el paso de los años, los comentarios inapropiados de aquellos que desconocían mi historia y que mi compañero eterno se encontraba entre los vampiros, me hirieron tanto que empecé a revelarme contra todos aquellos que me exigían ecuanimidad. La relación que sostuve con Stefan la inicié para ir en contra de lo que los más reservados indicaban que era correcto, pero también acepté su propuesta porque no quería estar por más tiempo sola, por lo que, cuando él regresó al territorio de su manada durante las vacaciones de verano tras terminar el primer año de estudio, sin proponerme ir con él para presentarme ante sus padres, me hizo ver que por más que pudiera mantener una relación con él, Stefan no era aquel que sería exclusivo para mí, y eso hizo que la idea de que estaba maldita por haber sido violada por un incubo se magnificara aún más en mi mente. El odio por todos aquellos que vivían en pareja hizo que destrozara a todos los animales que me encontraba al correr en mi forma animal por los bosques cercanos a la Universidad de Cambridge. Años después, cuando él me confesó que habían encontrado a la que nació para ser su Luna, yo volví a perder el control porque significaba que volvía a quedarme sola, y esa noche maté a dos borrachos que al verme caminando sin rumbo, llorando por mi desdicha, se acercaron con intención de atacarme sexualmente. A mi mente llegó el recuerdo del incubo poseyendo el cuerpo del tío Lorenzo, y al sentir asco por aquellos malditos que pierden la gracia tras caer en vicios, no dudé en transformarme ante ellos y acabar con sus miserables vidas, ya que quise evitar que a futuro pudieran dañar a alguna joven, o hasta a una niña como yo lo era cuando fui violentada -la sinceridad en las palabras de Laura apretaron el pecho del vampiro, sensación nueva para él, ya que nunca antes había sido conmovido por nadie.
  • Y si ahora ya tienes la paz que te da el saber que sí hay alguien que existe para ti y que es capaz de amarte incondicionalmente, ¿por qué lloras ante los recuerdos de los tristes sucesos que marcaron tu vida? -la pregunta que su amado vampiro le hiciera dejó pensativa a Laura, quien se mantuvo callada por unos largos segundos.
  • Creo que es por la costumbre de vivir sujeta a la tristeza al pensar que estaba maldita -Laura dejó su asiento para acomodarse sobre el regazo de Lucian, quien de inmediato permitió que su amada licántropa se acurrucara entre sus brazos-. Por favor, te pido que me concedas un tiempo prudente para acostumbrarme a mi nueva realidad, una que me hace sentir plena al tenerte en mi vida, por lo que sé que podré sanar mis heridas, dejando en el pasado todo lo malo porque tú, aunque naciste de la oscuridad, llenas de luz mis días y noches, alejando de mí todo mal recuerdo.




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