Lena y Darius: Preparando el terreno
A seis meses del cumpleaños de Lena, Marianne hizo recordar a Ravi sobre los próximos que estaban de recibir la visita de Darius. Ya habían pasado varios años en que Los Höller habían convivido de cerca con los vampiros, desde que Amelia pidió que Catalin sea tratada con respeto y como igual tras haber sido la vampira quien evitó que Laura Barone acabe con su vida. Además, la convivencia que sostenían con Ileana en esos últimos años les demostró que los vampiros con almas son seres nobles, puros, dispuestos a cambiar su estilo de vida, de tal manera que han podido vivir en unión y paz sin inconvenientes. Aunque llegar a los veinte no tiene un significado especial entre los sobrenaturales ni en las costumbres humanas donde Lena nació, decidieron celebrar el cumpleaños de su hija con una gran fiesta.
- Hagamos que el cumpleaños de Lena sea una excusa para reunir a la familia -propuso Marie muy animada cuando Marianne compartió con ella el interés que tenía junto a Ravi de celebrar el cumpleaños de su hija. La ex Luna extrañaba a Marion y a Haldir, quienes eran los nuevos reyes elfos, y a los nietos que tuvieron que dejar la manada.
- Preparemos todo como lo hicimos con las nupcias humanas de Amelia y Stefan -agregó Marianne entusiasmada porque ya habían encontrado un motivo más para organizar una gran fiesta.
- Pero sin la presencia de humanos que desconozcan sobre nosotros. No es necesario que inviten a políticos, militares y empresarios destacados del país -comentó Amelia, recordando que en su boda había tanta gente que solo identificaba porque eran los protagonistas de las noticias, pero no porque hayan sido cercanos a Los Höller.
- Solo seremos sobrenaturales y los humanos que son compañeros predestinados -indicó Marianne.
- No olvides a Los Torres Solís -comentó Marie haciéndole recordar a su hija que esa familia de humanos estaba unida a ellos por la leal amistad que mantenían.
- A ellos los había incluido en el grupo de seres sobrenaturales -lo que dijo Marianne hizo reír a Amelia, contagiando a Marie.
- Entonces, no se diga más. Pidamos a Ileana y a Calipso que nos ayuden en la organización y preguntémosles a Viky y Sarael si están disponibles para que también participen de la planeación de la fiesta -comentó Amelia.
- Ravi también quiere participar de la organización de la fiesta, y estoy segura que Kiram también se ofrecerá -añadió Marianne.
- Esa fiesta será todo un éxito con tantos dispuestos a cuidar de cada detalle para que nuestros invitados pasen una hermosa velada -dicho esto por Marie, las tres féminas dejaron el ambiente donde estaban conversando para iniciar la organización de las celebraciones por el cumpleaños de Lena.
Por esos días, Lena cursaba el sexto semestres de universidad. Al ser una bruja, se había interesado por todo lo concerniente a la Ingeniería Química, ya que es la rama que se encarga de estudiar la transformación de materias primas en productos más elaborados, todo lo que los brujos han enseñado a la humanidad por milenios, pero ordenado por el método científico. La jovencita era muy aplicada en sus estudios, algo que alegró a sus padres porque en la escuela no le fue tan bien. «Es que había materias que a mí no me gustaban, pero igual tenía que estudiarlas. En cambio, en la universidad, al haber elegido una rama muy específica, no tengo que estudiar materias que me aburren y que no son de mi agrado», explicaba así la joven bruja cuando mencionaban el cambio radical que hubo sobre su dedicación al estudio. Al ser una de las mejores de su clase y ser muy amigable, Lena era un personaje muy conocido en la universidad, llegando a tener amigos de distintas especialidades de Ingeniería y hasta de otras facultades. Sin embargo, a ella no le gustaba salir de fiesta. El bullicio, el olor a tabaco y alcohol, las luces de neón y otros detalles propios de la diversión nocturna entre chicos de su edad eran algo que no le apetecía experimentar, aunque puso de su parte y al inicio de sus estudios salió un par de veces a alguna discoteca de la ciudad, pero tras regresar a la Mansión Höller después de su segunda salida nocturna, fue clara y directa con sus padres: «Por mí no se tienen que preocupar por si salgo y a qué hora regresaré porque nunca más lo voy a volver a hacer. Los humanos son muy estúpidos cuando beben, y en mí nacen unas inmensas ganas de pasarles el auto por encima. Y como no hay que incomodar al tío Torres pidiéndole que me saque de la comisaría y borre mis antecedentes policiales, simplemente decido no volver a salir de fiesta. He dicho».
- ¿Quieren hacer una mega fiesta de cumpleaños para mí? -preguntó algo fastidiada Lena. La familia estaba reunida en la mesa, cenando, cuando le dieron la noticia a la joven bruja.
- Si. Queremos celebrar el inicio de tu vida encarnada una década más, lo que nos permitirá reunir a aquellos que están lejos y son parte de nuestra familia y a los amigos. ¿Te gusta la idea? -lo animada que se mostraba Marianne suavizó la respuesta de Lena porque ella muy a su estilo irónico y directo iba a responder.
- ¿Y no podrían hacer su reunión después de mi cumpleaños? -preguntó Lena desganada.
- Es que queremos celebrar tu existencia encarnada, mi niña -respondió Ravi con un tono dulce de voz.
- Y lo agradezco, en verdad que sí, pero saben que no me gustan las fiestas y van a hacer que sea yo la protagonista de una. No quiero -ante la negativa de la joven bruja, todos en la mesa intercambiaron miradas.
- Lena, que no te guste divertirte de noche es porque los humanos de tu edad suelen perder el control cuando beben -empezó a explicar Stefan a su sobrina-. Pues, en esta celebración no habrá humanos, salvo aquellos que son nuestros amigos muy cercanos y los que son predestinados de un sobrenatural, por lo que no sufrirás viendo el comportamiento inmaduro de ningún humano.
- Tengo demasiados amigos, tío, por lo que todos sabrán que hicieron una fiesta por mi cumpleaños y no fueron invitados. Eso me creará problemas en la universidad, unos de un tipo con el que no quiero lidiar porque tienen que ver con el ego afectado de los humanos -el comentario de Lena era válido, pero para todo había una solución.
- A ver, querida prima, aquí todos queremos celebrar tus veinte años en una fiesta que solo será para sobrenaturales, por lo cual usaremos magia para ocultar lo que esté ocurriendo en Renania al entendimiento humano. Tus amigos de la universidad ni sospecharán, y tú lucirás feliz y contenta porque estarás agradecida por el inmenso amor que te tenemos, el cual te prodigamos a diario, pero justo para ese día quisimos ser más efusivos y por eso el mega evento que vamos a planear. Tú no te encargarás de nada, por lo que no puedes poner como excusa que no tienes tiempo para perderlo entre citas con proveedores y pruebas de vestido, además que Kurt Posch ya conoce tus medidas, por lo que te hará un hermoso vestido que te quedará preciso y te hará lucir más bella de lo que eres. Si no quieres pasar horas maquillándote, magia; si no quieres pasar horas peinándote, magia; si no quieres pasar horas con lo de la manicure y pedicure, magia. Para todo habrá solución -Viky, la diosa encarnada, que no se caracterizaba por tener paciencia para lidiar con la negativa de los demás, puso los puntos claros para acorralar a Lena.
- ¿También harán un hechizo para que mi malhumor desaparezca? -la ironía era notoria en la voz de Lena.
- Magia, magia y más magia -respondió Viktoria demostrando que ser paciente no es una de sus virtudes.
- Bueno, tranquilas -interrumpió Viktor al ver que su hermana y prima empezaban a mostrar sus temperamentos volátiles en medio de la cena-. Lena, te entiendo, en verdad que te entiendo, pero esta fiesta no es como ir de joda con tus amigos humanos, que van saltando de fiesta en fiesta o discoteca en discoteca durante las horas de la noche, volviéndose tedioso y estresante porque te expones a diversas situaciones provocadas por el exceso de alcohol y drogas que la gente alrededor pueda estar consumiendo. La única fiesta como la que estamos planeando a la que asististe fue las nupcias humanas de mis padres, y por las fotografías y vídeos, no te la pasaste mal, te divertiste y comiste todo el pastel que pedías, así que confía que esta será igual o mejor.
- ¿Porque ahora no llegará un ejército vampiro a pretender destrozar nuestra manada? -soltó Lena sin pensar, por el calor de la ira que empezaba a despertar en ella. Al darse cuenta que su comentario pudo haber ofendido a Ileana, a quien amaba muchísimo, buscó con la mirada a la vampira, y al ver que lucía triste, con la mirada fija sobre el lado de la mesa donde estaba sentada, el cual se encontraba vacío porque la vampira no se alimentaba como los demás, supo que había cruzado esa delicada línea donde defender su punto de vista empieza a convertirse en ofensas para los inocentes- Ile, discúlpame, no fue mi intención -soltó Lena con mucha vergüenza.
- No te preocupes, tienes razón. Lo que hicieron Lucian y Darius fue terrible, varios guerreros murieron esa noche, licántropos como vampiros -señaló Ileana con una notoria congoja.
- Pero eso ya quedó en el pasado. Tío Stefan y tía Amelia perdonaron a Lucian y a Darius, y a todos los vampiros u otros sobrenaturales que se hayan arrepentido de causarles daño. Ya todo está olvidado -añadió de inmediato Lena para remediar su error.
- Pues, parece que no todo está olvidado. Tú acabas de sacar a relucir el tema como un pretexto que avale tu negativa a celebrar tu cumpleaños número veinte. Quizá sea que aún los vampiros debemos demostrar que somos confiables y podemos convivir con otras especies sin causar daño alguno -las palabras de Ileana, llenas de tristeza, se clavaron en el corazón de Lena porque la joven bruja en verdad amaba a su cuñada y apreciaba a los vampiros-. Discúlpenme, pero no me siento bien, así que me retiro -decía Ileana mientras dejaba la silla donde compartía el tiempo de la cena con el resto de la familia. Kiram hizo lo mismo, ya que debía acompañar a su predestinada. La desaprobación del hermano mayor llegó a Lena cuando el licántropo le ofreció una mirada seria y un movimiento de cabeza de lado a lado que significaba que no podía creer que haya herido de esa manera a Ileana.
- Kiram, lo siento, en verdad -soltó Lena con la mirada llena de lágrimas. Sin decir nada más, Kiram e Ileana se retiraron a su habitación en la Mansión Höller de Lima.
- Esto es lo que consigues por malcriada -soltó Viky fulminando con la mirada a Lena.
- ¡Viktoria! -alzó la voz Stefan. Ella podía ser una diosa encarnada, pero el Alfa de Alfas era su padre en La tierra.
- Pero tengo razón, papi. Lo de la fiesta lo estamos planeando pensando en celebrar la existencia de Lena, y ella se cierra en no entender razones, poniendo pretexto tras pretexto, hasta que soltó una estupidez tamaño colosal e hirió a Ileana, justamente a aquella que en el poco tiempo que la conoce, ha demostrado que tiene mucho amor para darle -lo dicho por Viky era en resumen lo ocurrido esa noche durante la cena. Quizá pudo la diosa encarnada ser más diplomática al elegir sus palabras, pero de ahí no faltó a la verdad.
- Discúlpenme, yo también no me siento bien -soltó Lena con el rostro todo empapado por las lágrimas y luchando para que su voz no se escuche entrecortada, y dejó la mesa.