Los Dracul irían a la celebración al haber sido invitados. Los Höller habían dispuesto tarjetas individuales para cada uno de los que asistirían al festejo, y un mes antes de la fecha señalada, las invitaciones aparecieron enfrente de cada uno de los destinatarios, ya que fueron enviadas utilizando un hechizo. Darius sonreía hecho un bobo tras recibir la suya. Se pasó horas admirando el diseño plasmado y la textura de los materiales. «Este tono turquesa de la invitación combina maravillosamente con el de sus ojos», pensaba Darius mientras pasaba los minutos observando hasta el último detalle puesto en ese trozo de papel. Y para trasladar a todos aquellos que desde Bran irían a Lima, Sasha e Ícaro abrirían un portal en medio del castillo. Sin embargo, Darius no quería partir junto a los demás porque no quería ser cuestionado cuando vean los cambios que haría a su apariencia, y tras entender lo nervioso que se encontraba, los brujos le entregaron un pequeño dije de zafiro, el cual encantaron con un hechizo de teletransportación, así el vampiro podría llegar a la celebración por su cuenta.
Al faltar solo veinticuatro horas para aparecer en la puerta de la Mansión Höller en Lima, Darius pidió no ser interrumpido por nadie, ya que necesitaba estar en paz para prepararse y sentirse listo. Y es que iba a presentarse ante su predestinada, a aquella cuyo rostro conocía hace más de cien años atrás por las pinturas que su madre le regaló, pero que la joven no tenía ni idea que él era su destino, y eso lo ponía nervioso. Empezó su transformación aplicándose a los blancos cabellos unos productos que lo colorearon de negro. Su nueva apariencia le gustó, ya que ese tono de cabello lo hacía lucir más “normal”. Al colocarse las lentillas azules, las cuales se combinaron con el rojizo tono de su mirada, obtuvo un color de la gama de los púrpuras, muy parecido a la mirada de los dioses encarnados, cosa que le hizo entrar en confianza, ya que Lena estaba costumbrada a ese color de mirada. Antes de vestir el blanco traje, acomodó con sumo cuidado la capa con capucha que llevaría como regalo en una fina caja que él mismo también preparó. Con el obsequio listo, desnudó su cuerpo para colocar sobre su piel el blanco traje que usaría esa noche. Verse en el espejo sorprendió a Darius porque su aspecto había cambiado por mucho, aunque sí era capaz de reconocerse. «Es un hecho que para ella será agradable verme, puesto que este color de cabello y ojos son más acordes a lo que acostumbra observar entre aquellos con quienes convive. Solo quiero despertar en ella la confianza que necesito para que me pueda escuchar y comprender el lazo eterno que nos une», pensaba Darius dándose ánimos para activar el hechizo contenido en el dije de zafiro que los brujos le dejaron, y trasladarse hacia la Mansión Höller en Lima.
Como padres de la cumpleañera, Marianne y Ravi daban la bienvenida a los invitados tras ingresar por la puerta principal de la mansión; luego eran guiados hacia el salón donde se desarrollaba el evento, uno que habían conectado al jardín posterior al abrir las mamparas que separaban ambos ambientes de la propiedad. En el salón habían dispuesto la pista de baile y el bar, y en el gran jardín, que lucía un enorme toldo finamente decorado, el comedor, donde ofrecerían la cena bufete con diversos platillos que consideraron según los gustos y necesidades de las especies de los invitados. En el salón había una escalera que conectaba al piso donde estaban los dormitorios, por lo que Lena haría su ingreso al bajar desde la segunda planta de la mansión. La puntualidad de los invitados fue tal que en solo unos quince minutos el 90 % de los confirmados ya estaban saludando al resto de la Familia Höller. Stefan y Amelia, así como Viktor y Viktoria junto a sus predestinados, los Arcángeles Sarael y Ranzel, agradecían por su presencia a los concurrentes cuando estos llegaban a las puertas del salón, y el resto de familiares, incluida Calipso, les esperaba metros más allá para comentarles la distribución de los ambientes con la intención de que todos se sientan como en casa. La cita se había pactado a las 8 pm, y cuando los relojes alertaron que la hora había llegado, Darius no aparecía. Marianne y Ravi intercambiaron miradas de preocupación, ya que el vampiro era el más ansioso porque ese día llegue, y al no aparecer, pensaron lo peor. Como nadie sabía que el motivo oculto de la celebración era el encuentro de Lena y Darius como predestinados, ellos debían empezar la fiesta como habían acordado, ya que Lena empezaba a perder la calma al querer hacer su entrada de una vez. Mientras que la fiesta daba inicio, Ileana utilizó su don para localizar a su hermano. Darius aún se encontraba en Bran, y la psíquica vampira pudo percibir el nerviosismo que lo afectaba.
Al saber que estaría muy nervioso y que podía olvidar las indicaciones que Sasha e Ícaro mencionaron para activar la piedra hechizada, el General Dracul las había anotado en una hoja de papel que no encontraba. Tras hallar las indicaciones, la confianza emergió de su interior, y seguro de que después de presentarse ante Lena, la felicidad sería el sentimiento que resalte en su futuro, recitó el hechizo que activaría la piedra, siendo teletransportado a la ciudad de Lima. Cuando abrió los ojos, se topó con la imagen de un hermoso jardín que daba la bienvenida a una enorme mansión que supo que era la de Los Höller por el escudo de armas en el frontis. Tras caminar unos metros para ingresar a la propiedad, iba a tocar la puerta principal que estaba cerrada, pero no tuvo que hacerlo porque una licántropa que formaba parte del servicio doméstico abrió la puerta. Por los cambios que había hecho a su cabello y mirada, la joven que estaba esperando la llegada del hermano de Ileana, no lo reconoció, viéndose en la necesidad de preguntarle su nombre para revisar la lista de invitados. Durante ese momento que Darius estuvo identificándose, Lena, que ya había bajado las escaleras, agradeció a los concurrentes por haber llegado a celebrar su cumpleaños número veinte. Entre aplausos, la joven bruja se acercó a la pista de baile para iniciar la velada con una pieza de vals, siendo Ravi el primero en bailar con ella. Tras un par de minutos moviéndose rítmicamente por todo el salón, Ravi cedió su puesto a Kiram, que como hermano mayor sería el segundo en compartir la pieza con la cumpleañera.
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Editado: 27.01.2025