Ha pasado una semana desde que Emily comenzó con su nueva vida, una semana llena de regalos, sorpresas y paseos, reencuentros inesperados, pero además de todo esto mucho amor y paciencia por parte de sus nuevos tutores. Los cuales se habían encargado de inscribirla en la universidad Astrom para que terminara sus estudios académicos, la cual era la más lujosa y costosa de la ciudad, razón por la que ella se negaba a asistir a un lugar de esa categoría, pues creía que no iba a encajar por haber vivido en un orfanato, pero su opinión vacilo cuando le dijeron que asistirá a la misma clase que Linda, y que en esa universidad también está Sebastián.
Linda, su vecina, había pasado toda la semana junto a ella en el centro comercial, en las tiendas, caminando por el vecindario y charlando hasta quedarse dormidas. Para la suerte de Emily, Linda White era una dulzura de chica, aunque era muy extrovertida y de personalidad vibrante, pues era amable y cordial frente a sus padres o demás personas, pero cuando estaba con Emily, no dejaba de golpearla, molestarla y sacarles sonrisas, era como una hermana perdida para ella. Podrían hablar de cualquier cosa sin aburrirse durante horas.
Y a Sebastián no lo había visto desde aquel reencuentro en el que ambos salieron heridos nuevamente, sin embargo, sabía donde se encontraba, pues sus padres al enterarse de su comportamiento lo mandaron a casa de sus Abuelos en New York como castigo por sus acciones.
Todo estaba bien, hasta qué...
Emily se encontraba en casa de Ly, así el día desde que empezaron a juntarse estas semanas, probándose sus nuevos atuendos para la universidad. Para suerte de ambas Ly era costurera y tenía un gran talento para el diseño, así que ambas personalizaron toda su ropa.
La rubia, ajusto su falda dejándola un poco más arriba de la rodilla, ganándose una mirada alarmada de Emily.
—Ey, no crees que está un poco corta... — insinuó Emily mirándola valorativamente.
—No más que la tuya— Le contesto la rubia sonriente, mirando con envidia la falda de Emily.
—A mí me queda bien pues, no soy una chica muy formal, ¿pero, en cambio, tú? — dudo antes de añadir algo más.
—¿Qué? —bufo burlona —Solo porque soy una princesa encerrada en un palacio esperando ser rescatada debo conservarme pura hasta que llegue mi príncipe y me rescate, y en consecuencia no puedo usar una falta que destaca mis sexys piernas—. Dijo en tono melodramático llevándose su mano a la frente e inclinándose hacia atrás como si fuera a caer de espaldas.
—¡Ly! — Exclamo entre risas Emily, atrapándola por la espalda para que no se dejara caer. —Sabes que no es por eso. Es... que tú eres una chica bien y no quiero que gracias a mí cambies lo que eres y tus padres me manden a la cárcel por alcahuetear a su niña.
—Oh Emily querida—, le dijo con ojos brillantes dándose la vuelta para dar una vuelta coqueta —En primer lugar, mis padres te adoran, esta semana me han dicho que quieren que seamos grandes amigas porque tú eres una gran chica y en segundo lugar ¿Chica bien? —soltó una carcajada añadiendo — ni virgen soy.
—¡WTFF! — Exclamo Emily escandalosamente llevándose las manos a su boca. —No te me vayas a morir— decía entre risas —es broma, es broma... — agrego paulatinamente.
—No vuelvas decir esas cosas— Dijo Emily disgustada con la mano en su pecho
— Okay, solo si me prometes que de ahora en adelante serás mi mejor amiga.
Al escucharla se quedó tensa por un momento, ella no había tenido una amiga, y el concepto de mejor amiga no estaba muy claro en su cabeza.
—Sigo esperando...— dijo la rubia sentándose en frente de ella un poco desanimada.
—¿Por qué quieres ser mi amiga? —le Pregunto mirándola como si no comprendiera su proposición.
—No lo sé —dijo la rubia levantando los hombros. —Pero lo que si se es que tú eres una gran chica y quizás me enseñes cosas que no aprenderé con las estúpidas compañías que tengo, quizás puedas ayudarme a vivir la vida de un modo diferente, hacer locuras maldades y cosas así, además sería divertido ser tu amiga eres ruda y esas cosas y me sacarías de problemas—culmino con sus ojos llenos de maldad.
Emily sonrió ante tal justificación, pero razonando que estaba equivocada, porque ella aprendería mucho más de Linda de lo que imaginaba.
Sentándose en el piso frente a ella le pregunto. —¿Y cuáles son los requisitos para ser tu mejor amiga?
—Pensé que jamás lo dirías—. Dijo la rubia lanzando un grito, aplaudiendo repetidas veces.
Emily al ver su alegría soltó una media sonrisa.
—Bueno pues, primero haremos un juramento allí prometeremos apoyarnos en todo, eso incluye encubrir mentiras, salir de rumba sin permiso, no ocultarnos nada, contarnos absolutamente todo... Compartir parejas...
Las cejas de Emily se fueron juntando al escuchar cada palabra—¡Pero..! Ly...! — Exclamo, soltando una carcajada.
—Es broma, broma, hay de verdad que no aguantas una—, le decía moviendo sus brazos con emoción —en realidad era que ninguna podrá enamorarse de la pareja de la otra, así que te pido que quites esa cara de trauma—le advirtió
—Y yo pensando que serias mi mala influencia—. Suspiro desilusionada. —Sabes error number One. Fallaste como mejor amiga si no eres su mala influencia.
—Anotado— dijo Emily, al escucharla hablar con tanta seguridad fingiendo tener un lápiz y un papel en su mano.
—Bien, entonces hagamos el juramento—recalco tomando la mano de Emily y enlazando sus meniques. —Juro solemnemente ser tu mejor amiga, hasta que alguna de las dos se la lleve la que no debe ser nombrada.
Emily, la observo y ella asintió con su cabeza para que ella lo repitiera.
—Bien, Juro solemnemente ser tu mejor amiga, más allá de la muerte.
—Oye, le quitas el estilo, como se nota que no has visto Harry Potter, pero tranquila, un día de estos veremos un maratón completo y entonces comprenderás.