Amores equivocados

Capitulo V: Jugadas del destino 1

Emily

Mis ojos no podían creer lo que estaban viendo, en el fondo de mi corazón sentí un mínimo sentimiento de traición, pero dentro en mi cabeza me llamaba tonta, era estúpidamente ingenua al pensar que esa historia de niños algún día se cumpliría.

Y allí estaba ante mí, el niño que hizo que sintiera amor por primera vez, besándose con mi nueva mejor amiga. Como se supone que debía reaccionar.

Me levanté y decidí saludarlo casualmente como cualquier otra persona lo haría. Me caracterizo por ser una de las pocas chicas que, aunque se están rompiendo por dentro nunca bajan la cara ante nada ni nadie, siempre permanecía alerta y con mi identidad intacta ante todas las situaciones y esta no sería la excepción, después de todo había sido buena idea no haber mencionado su nombre del niño de la historia delante de Ly.

Al ver que estaban separados de su eterno beso me dirigí a ellos.

—Hola Sebas. ¿Te han levantado el castigo tan pronto? —Insinué sonriendo de forma sarcástica.

—Tú— Me dijo en un tono molesto y lleno de arrogancia, obviamente sabía que yo lo había acusado para que lo castigaran. Punto para mí, tenía que lograr que me odiara.

— Ey Nenes, ¿ustedes se conocen? —Pregunto Ly abriendo sus ojos y mirándonos de forma inquietante.

—Nos conocimos en un pequeño accidente hace unos días en mi casa—respondí inmediatamente antes de que él afirmara, motivo por el cual me asesino con la mirada como si no supiera por qué le estaba mintiendo a Ly de esa forma.

Sin embargo, tenía mis motivos, después de contarle ese vergonzoso secreto a mi nueva "mejor amiga" y descubrir que era su novio, antes muerta que matar mi orgullo, él no puede enterarse de que aún lo recuerdo de esa forma, además que Ly sacaría conclusiones y conociéndola sería capaz de decir que estoy enamorada de él actualmente y Bye amistad. Además, me encontraba en un punto estratégico de mi vida para que una tontería de mi pasado echara a perder mi futuro.

— Mmnn...— Murmuro incrédulo.

—¿Accidente? ¡Que accidente!

Linda se lo había creído, ¡bien por mí!

—No vale la pena recordarlo— agregué tratando de desviar el tema. —No sabías que tenías novio. — le pregunté a Ly tratando de dejar de ser el centro de atención.

—Justo iba a contártelo después que tú terminaras de contarme esa tierna historia de tu gordito enamorado.

Y que me trague la tierra.

¡Maldición!

—¿¡Gordito enamorado!?— Repitió Sebastián alzando ambas cejas y mostrando una presumida sonrisa de medio lado.

Lo miré deseando poder lanzarle rayos láser y borrar su estúpida sonrisa.

Si habría la boca iba a quitarle esa horrible sonrisa de su cara de un solo puñetazo.

Linda se llevó las manos a su boca al darse cuenta de lo que había dicho.

— Ly, — dije entre risas nerviosas golpeándola con mi codo, —se suponía que eso era secreto de confesión— le reitere dándole un pequeño pellizco en su cadera.

—¡Ay! — Grito ella sin ningún disimulo.

Obviamente, la palabra discreción no estaba en su vocabulario.

En ese momento una de las chicas de servicio de la casa de Linda salió para llamarla, sosteniendo un teléfono en su mano, por lo que pude escuchar a través de la distancia sus padres la estaban llamando, pues se encontraban fuera de la ciudad hace varios días.

—¡Voy! — grito tan fuerte que casi nos deja sordos y salió corriendo como si fuera una niña pequeña por el jardín.

De lejos vi como tomo el teléfono y entro a casa.

Dejándome con mi peor pesadilla.

Entre mis mejores opciones estaban irme de allí corriendo, pero para mi dicha no era de las chicas que se acobardaba y salía corriendo y menos ante él. Aunque había dejado de ser la Dona más tierna e inocente del mundo, para convertirse en un chico rebelde, con hermosa apariencia y sus ojos llenos de tantas cosas menos inocencia. Ahora no era nada más que alguien que debía alejar de mi vida.

Me revolví el cabello de forma nerviosa y mira hacia los árboles.

—Así que gordito enamorado, jamás pensé en que me recordarías de tal forma y menos que aún seguías enamorada de mí— Sonrió colocando su mano sobre el árbol y dejándome debajo de él

Sentí que mi estómago se hundía y que me volvía más pequeña de lo que realmente era.

—No— pensé radicalmente.

Él no podía revivir el pasado dentro de mí, tenía que hacer que él me odiara y se alejara de mí a toda costa, aunque cierta parte de sus palabras eran verdad, no lo había olvidado.

Me alejo saliendo por debajo de su brazo y me coloque a su lado mirándolo fijamente a la cara. Y él me miró con interés y picardía.

—¡Por Dios! — le dije melancólicamente —en serio tus neuronas te dieron esa conclusión— le dije llevando el dedo índice a mí cien negando con mi cabeza —No, no, no, por lo que veo no eres tan inteligente como alguna vez pensé.

—En serio lo creíste— Me dijo acercándose para tomarme suavemente por mi cadera iniciando en mí un sentimiento de angustia. —Entonces porque le mentiste a mi novia, diciéndole que no nos conocíamos. ¿EH?

Primen Round perdido: Sebastián 1, Emily 0

—Si la historia no era sobre mí, porque le mentiste— agrego suavemente en mi oído, exhalando su aliento en mi cuello.

—No quiero perder a mi amiga por un tonto recuerdo sin importancia— le dije tan fría que su semblante cambio separándose de mí bruscamente.

Sonreí al lograr lo que quería... Verlo arder.

Segundo Round Win: Sebastián 1, Emily 1

—Son novios y sería una pena contarle que tú estabas tan enamorado de mí— acote suspirado exageradamente mirando mis cutículas. — porque en aquel entonces eras un niño llorón que no sabía defenderse y te cubrías en mis faldas cuando tus padres te obligaban a ir al orfanato— Termine diciéndole mirándolo a los ojos.

En ese instante su mirada dejo a la mía a la deriva, su puño se cerró y golpeo el árbol con fuerza haciendo que me sobresaltara.




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