Amores equivocados

Capitulo XIX: Elige ¿Ella o yo?

Linda 

 

Ring***** Ring**** 

 

Las clases habían terminado, con la mayor paz posible, parece que la presencia de Daniel ha causado esta paz repentina, pero lo que realmente me pregunto es ¿Qué interés tiene en Emily, para haberla defendido? O peor, quien le pediría que la defendiera. ¿Sebastián? No, él apenas podría hablar ayer, y él nunca tendría tratos con alguien como Daniel, nunca se habían llevado bien en estos dos años... Era imposible. 

 

—Vámonos—me grito Emily 

 

—Cierto, le pediré al chofer que nos deje en el hospital, quiero ver a Sebastián. 

 

—Entonces le diré a Janet que me venga a buscar 

 

—¿No iras a visitarlo? 

 

—¡No! 

 

¡Qué idiota soy! 

 

Seguro aún se siente mal, por lo del beso. 

 

 

Además, si sus sospechas eran ciertas y Sebastián había sido el culpable de que toda la preparatoria se enterara de su vida, seguro no lo quiere ver ni en fotografías. 

 

Pero es algo que ambos se buscaron ¿no? 

 

Ella por mentir y él por impulsivo 

 

—Entiendo—. Dije finalmente —. ¿Pero por qué no quieres ir? 

 

Lo sabía, pero era mi deber preguntarlo. 

 

—Tú lo sabes—, me dijo como si fuera obvio. Y lo era, solo que yo era masoquista y quería que me lo reiterara —además si voy, le voy a romper los últimos huesos sanos que le quedan, así que debo pensar y aclarar mis asuntos ¿vale? 

 

—Aún no sabemos con seguridad que fue lo que paso. Así que… 

 

Dicho esto, su mirada me mando al infierno 

 

—Pero entiendo tu punto—, le dije resignada ante su violenta mirada —le pediré al chofer que te deje en casa y luego me lleve a mí. 

 

¡Esta chica me matará! 

 

Es tan dulce a veces, pero tan fría, amarga y asesina a la vez...  

 

Aunque debía comprenderla. En el fondo yo tampoco estaba segura si Sebastián era inocente de estos hechos...  

 

—Ya le envié un mensaje de texto a Janet—. Dijo manipulando torpemente su ¡phone. Mientras yo sacaba el mío para llamar al chofer. 

 

Se lo arrebaté de las manos para revisar si era cierto. 

 

Definitivamente la tecnología era lo suyo, comenzó a usar su celular hace unas horas, y ya lo había personalizado. ¿Qué es lo que no puede hacer esta chica? 

 

Y sí, había un mensaje: 

 

Para: Janet

 

De: Emi. 

 

¿Podrías venir a recogerme? 

 

He salido de clases. 

 

Ly ira a ver a su novio. 

 

Interesante, tenía excelente ortografía, y yo que para escribir parecía que tenía una enfermedad "ahorra mensajes agudo" ( Khe Nc, cm stas), ¿soy la única retrasada?

 
—¿Podrías darme mi Celular? 

 

—Está bien. Esperaré contigo hasta que Janet venga por ti. 

 

—¿Eres ridícula? No me perderé. 

 

—El problema no es que te pierdas Emily querida. 

 

Alzo una ceja. 

 

—El problema es que te pongas violenta nuevamente y hagas que te expulsen. 

 

Y literalmente era cierto, esta mañana, golpeo y derribo a un chico, a un ¡chico!, y no a un nerd débil y miedoso, sino al capitán del equipo de futbol. 

 

Ni de coña la dejo sola. 

 

 

 

 

 

La corneta de mi Audi a3 sonó, media hora después. 

 

—Puedes irte—. Dijo con voz cansina. 

 

—No hasta que llegue tu madre. 

 

—Largo. 

 

—No —dije. 

 

Y eso removió su furia, como un volcán en erupción. 

 

—No soy una niñita Linda White. Me he tenido que defender de cosas que tu mente de niña no imagina y además no pienso perder mi futuro, por unos tontos que no saben el significado de ganarse las cosas con sudor y lágrimas… Así que puedes irte tranquila. No soy tan tonta como piensas. 

 

Ganarse las cosas con sudor y lágrimas... 

 

Su miraba estaba llena de inseguridades y certezas, sin embargo, no podría permitirme dejarla sola, no desconfiaba de ella, pero sí de los demás, ellos no soportan tener personas que no sean de su mismo nivel, no sobreviviría sola y menos con Daniel rondándola. 

 

Daniel. Siempre entrando y saliendo de mi vida. 

 

—Estaré bien. Anda a ver a tu novio. 

 

—Está bien. Seguro tu madre vendrá pronto. 

 

Nos abrazamos y alguien nos interrumpió. Hablando del Rey de roma y.... 

 

—Tu amiga estará en buenas manos. Puedes ir en paz. 

 

Daniel 

 

Atraje a Emi hacia mí y le dije al oído que se fuera conmigo. Pero se soltó y su respuesta me sorprendió. 

 

—Linda lárgate. Janet no tardará en venir. Me quedaré con Daniel si dejarme sola es lo que tanto te detiene. 

No, pero que pasa con ella.  ¿Su mente estaba invertida o qué? 

 

Los observé unos instantes, preguntándome que podría querer Daniel de Emily. Aunque verlos juntos era un espectáculo para la vista, sabía que ellos dos juntos podría resultar una mezcla peligrosa de probar. 

 

Trate de imponerme una vez más, cosa que Daniel y su mirada asesina no me permitió. Una sola mirada suya y me dominaba completamente. 

 

—Te ha dicho que te vayas, que se quedara conmigo, Linda. 

 

Cuando hizo hincapié en mi nombre, me basto para darme cuenta de que tenía cinco segundos para largarme si no quería consecuencias. 

 

—Escríbeme en cuanto llegues a casa. 

 

Fue lo único que pude decirle y me subí al auto, Emily se quedó de pie casi estático, y Daniel se le acercó colocándole un brazo sobre su hombro. No vi ninguna resistencia por su parte, entonces un nudo en la garganta apareció.  




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