Emily
No sé por qué estoy tan nerviosa si solo es un estúpido baile universitario bueno, mi primer baile, es decir mi primera cita… << ¡Sí! Mi primera cita con Daniel >>
Todo esto es como una ilusión, una muy nueva ilusión que no dejaría escapar.
Daniel se ha vuelto para mí una persona esencial en este punto de mi vida y como no apreciarlo, si es todo un Travis Maddox cambiado moral y psicológicamente por una Abby completamente destrozada.
<< ¿Oh por Dios que estoy pensando? >>
—Tengo que evitar que Ly me siga metiendo sus historias literarias en la cabeza.
La vida no es como un libro, eso está claro. La vida no está definida por líneas llenas de expresiones y oraciones calculadas. La vida es... solo es vida. Nada está destinado, todo es empírico.
Alise mi vestido por quinta vez.
Tal vez había perdido a mi madre para tener que vivir en un orfanato horrible que lleno mi vida de experiencias rotas y vacías abriendo heridas en mí que pensé que habían cicatrizado con el tiempo. Pero eso no significaba que todo mi futuro estaba perdido. Hoy tenía una nueva oportunidad para mirar al frente y sonreír.
—Esta noche iba a ser excepcional —Me dije a mi misma, temiendo que algo muy malo estaba por pasar—. Calma corazón, solo disfruta del momento.
Esa noche llevaba un vestido ajustado con encaje en la parte superior de los hombros, decorado con un corte de corazón sobre el pecho; era estrecho hasta mi cintura y plisado desde las caderas hasta la parte superior de las rodillas. Su delicada tela era seda rosa, acompañada con encaje blanco.
—Un vestido rosa —Dije recordando a mi madre.
Ese color que significaba la felicidad que tuve pero que un día en un abrir y cerrar de ojos la vida me robo. Rectifico: creí que me robo.
Ahora sé que no es así, ahora entiendo que la felicidad es blanco y negro y que el color depende de cómo veas la situación. Tal como ahora que, aunque sé que algo malo y oscuro esta por pasar, me obstinaba en ver todo rosa, un color feliz y tranquilo.
Solté mi cabello que Janet había cortado hacia unos minutos y sonreí para mí.
Estaba lista.
—Linda se ha demorado demasiado en el baño —Reflexione notando la ausencia de la chillona voz de mi amiga. Desde el día de su vista la había notado extraña, distante y asustada y eso no me da buena espina.
Mis pasos me condujeron a la puerta del baño tenía el breve presentimiento de que algo no marchaba bien.
—Ly ¿el inodoro te ha tragado? —Pregunte sin abrir la puerta. No quería invadir su privacidad. Al cabo de unos minutos, mi preocupación llego al tope—. Linda, ¿Sucede algo? —No hubo ninguna respuesta así que decidí entrar—. Sé que no debería, pero me estas asustan… ¡Linda! —Me lance al suelo al ver el cuerpo de mi amiga inconsciente—. Hermana, despierta. ¡JEANE, ayúdame!
Grite histérica al ver que Ly no despertaba. Mi cuerpo comenzó a temblar al ver como de su nariz salía sangre. Tome su pulso y no note nada extraño, intente darle palmaditas en las mejillas y tampoco dio resultado.
—¡Estoy subiendo! —Escuche a Janet
—Ly responde por favor —Suplique con voz cortada—. Janet, ¡date prisa!
—Aquí estoy chicas—Decía Janet desde la habitación y luego escuche sus pasos acercarse—. ¡Jesús! Emily ¿Qué ha pasado? —Se arrodillo junto a nosotras y comenzó a examinarla.
—No lo sé. Dijo que necesitaba ir al baño y luego la encontré así...
—Vamos a llevarla a la cama. Sigue mis instrucciones, sujétala de los hombros. — Despacio llevamos a Linda a la cama—. Ve por el maletín médico. Está en la cocina.
Con todas mis ideas revueltas baje corriendo por el maletín. Al llegar a la cocina le pedí a Vickie nuestra cocinera, el maletín, no le di muchas explicaciones y se lo arrebaté de las manos para luego subir corriendo nuevamente.
—¡Aquí esta! —Se lo entregue asustada.
Está despertando, baja la voz.
—¿Qué me paso? —La voz de Linda sonó amortiguada.
—Te desmayaste, preciosa.
—Ah, estoy bien —Dijo. Intento levantarse.
—No señorita. Usted y yo vamos a hablar. —La voz maternal de Janet se llenó de autoridad—. ¿Desde cuándo presentas los síntomas?
Linda hizo una mueca indescifrable, Janet frunció el ceño y yo me confundí mas.
—Prometo que te contare todo mañana. Llegaremos tarde al baile —Se quejó tanteando su peinado que no se había afectado por la caída.
—Ly no desvíes el tema —Le pedí intentado ayudarla—. Hace día que estas muy rara. Te he notado cansada, nauseabunda y pálida, algo no está bien.
—No estos evadiendo nada. —Hizo pucheros golpeando la cama con sus puños y piernas. Estaba haciendo una pataleta y eso no era muy propio de ella.
—¿Hay algo que quieras contarnos? —Pregunto Janet acariciando su mejilla.
Linda comenzó a sollozar confirmando nuestras más temidas sospechas.
—Mi querida niña —Fue lo único que dijo Janet antes de abrazarla—. No te preocupes, todo va a estar bien.
Linda escondió su cara en el regazo de Janet —Ha vuelto, ¡Ha vuelto! —. Sollozaba en el cuello de mi madre adoptiva. —Voy a morirme, el mounstro ha venido por mí.
Mi corazón se detuvo unos instantes.
El cáncer.
Esperamos a que Ly se tranquilizara unos treinta minutos. Yo aún seguía a distancia, no sabiendo cómo actuar frente a la terrible noticia. Bien se dice: Si no vas a ayudar, aparte porque vas a estorbar.
—Emily —Me llamo ella con voz quebrada—. Por favor dime algo.
Levante la vista tratando de no llorar.
—Lo siento —Sacudí mi cabeza para que la tristeza saliera de mi cabeza. No tenía ningún derecho de angustiarla más—. ¿Cómo te sientes, hermana?
—Frustrada —Dijo levantando ambas cejas—. Llegaremos tarde al baile por mi culpa.
—No iremos a ese tonto baile, no te preocupes.
—¿Qué es lo que dices? —La furia de Linda se dio a conocer—. Claro que iremos a ese baile, Smith. No permitiré que nos perdamos esa experiencia y tampoco pienso permitir que le rompas al corazón a mi hermano dejándolo plantado, con lo difícil que fue convencerlo de que se atreviera a invitarte.
—Así que fuiste tú —Confirme mirándola mal.
Si. Confieso que fue mi idea, pero todo lo demás se le ocurrió a él.
—Niñas, no se peleen. —Nos reclamó Janet entrando a la habitación con una jeringa—. Hay una forma de que vayas a ese baile y es usando el medicamento intravenoso, lo que te mantendrá sin síntomas por esta noche.
Linda hizo una mueca de dolor al ver la aguja y asintió.
—No puedes apoyarle en esto mamá. —Dije enojada ante la falta preocupación de Janet. ¿Era la única a la que le preocupaba la salud de su amiga o qué?
—Hija, es su decisión. No pasara nada si salen esta noche a divertirse. Además, no creo que quieras dejar plantado a mi futuro yerno —Puntualizo con malicia.
Mis mejillas se calentaron y Linda aplaudió divertida. Era obvio que a mi querida amiga se le iba la lengua con Janet, ahora sabia de que se la pasaban hablando a mis espaldas. Las mire con desconfianza.
—Ya deja el drama, Emily. —Me dijo Ly seria—. Yo quiero ir. Quizás ese sea mi último baile, concédeme ese deseo.
—No digas eso —la regañe—. Aún no sabemos si has vuelto a enfermar.
—Es evidente —Se encogió de hombros—. Los médicos me advirtieron que esto podía pasar, supongo que ya era hora. He vivido lo suficiente con mis antecedentes.
—Te estás pasando —Hablo Janet.
—No, no me paso. Emily debe saber la verdad y se la voy a decir —Me miro a los ojos—: Estoy enferma y moriré. Ya no hay esperanza para mí, arréglatelas para aceptarlo y superarlo —Sus palabras fueron como dagas afiladas—. Listo, ahora que lo sabes decide. ¿Iras conmigo o tengo que ir sola?
El encaje pareció encogerse sobre mi pecho dificultando mi respiración. Linda no me mentía, ella estaba enferma y moriría. Sin percatarme mi pecho subía y bajaba visiblemente y me tuve que dar la vuelta para no lastimarla con mi expresión.
—Tú ganas —Dije tomando mi pequeño bolso de fiesta—. Iremos a ese estúpido baile. —Al terminar la oración le di la orden a mis pies para que salieran de aquella habitación.
Escuché la voz de Linda agradecerme y me mordí la lengua para no lanzarle una grosería. Todo era muy difícil, había encontrado a un ser que quería de verdad y ya la vida conspiraba con arrebatármelo. Eso no era justo.
<<La vida no es justa>> Mi consciencia pareció despertar.
Media hora después eran aproximadamente las 8:30 de la noche. Una limusina nos había recogido para llevarnos al dichoso baile. Janet nos había vuelto a maquillar después del desastre de lágrimas, preparándonos de nuevo para la ocasión de forma impecable.
Linda no paraba de parlotear sobre lo divertido que será todo el espectáculo mientras yo me limitaba a asentir. Aun me sentía mal por ella y no quería echarle a perder su noche.
—Y al final de la noche, se elegirán a los reyes tal y como pasa en la televisión…
La sonrisa de Linda aumentaba a medida que llegábamos al lugar.
No pude evitar derramar una lagrima más.
<< ¿Qué hare si el cielo te arrebata de mi lado, amiga? >>
Echaras a perder el maquillaje otra vez —Me regaño—. Sé que fui dura antes y lo lamento. Solo quería que aceptaras la realidad, como me los has enseñado tú.
—La realidad es horrible. —Bufe.
—He tenido que preocuparme por esto toda mi vida. Solo quiero fingir que todo está bien por esta noche, ayúdame ¿Quieres? —Exigió mirando a la ventanilla.
Ella tenía toda la razón. Esta noche no solo era una ilusión para mi sino también para ella. Esta noche seriamos como cenicienta una mentira hasta que la campana sonara y decidiera volvernos a la vil realidad.
Cuando la limusina se detuvo mire por los cristales. Las dos observamos luces por todos lados, hermosas parejas elegantemente vestidas, un cortejo de chicos con smoking en la entrada. Habíamos llegado al lugar encantado.
La puerta se abrió. Linda salió primero mostrando su mejor sonrisa y con un estilo estrictamente elegante yo le seguí. Sin duda los organizadores habían hecho un buen trabajo. El lugar inspiraba amor, amistad y confianza. Todo era hermoso y deslumbrante.
—Todo lo que una adolescente puede desear: Una noche de ensueño y un caballero de abrumante apariencia que te haga olvidar quien eres y te convierta en lo que quieres ser.
—¿De qué libro arrancaste esa página? —Pregunte burlona ante la cara poética y dramática de mi amiga.
—De ninguno —Respondió petulante—. La frase es mía.
—Aja.
<<Nunca la olvidare>>
—Y allí están la segunda parte de mi escena —Dijo señalando hacia la entrada donde dos apuestos jóvenes miraban al jardín de espaldas a nosotras—. Vamos.
—No es mejor idea esperar a los… —No culmine la frase al notar la mirada de uno de ellos sobre nosotras—. ¿Esos son los chicos? —Pregunte anonadada al ver como Daniel volteaba y sonreía en mi dirección.
—Stefan y Damon Salvatore, sin el lazo de sangre por supuesto —Dijo Linda de forma coqueta—. Sonríe y no dejes que el efecto Smoking te haga perder las ideas.
<< Tarde para el consejo >>
Caminamos de forma lenta y dramática por culpa de Linda.
Ellos compartieron miradas cómplices, y sonrieron.
La comparación literaria de Ly dio en el clavo. Sebastián llevaba un Smoking negro, a juego con unos zapatos casuales del mismo color y una camisa blanca acompañada de una rosa roja en su bolsillo, todo un Stefan en apariencia y moral. En cambio, Daniel estaba un poco menos formal. Llevaba una camisa blanca manga larga y una chaqueta de cuero negra abierta con unos pantalones negros. Todo un Damon listo para devorarte en cualquier instante.
<< Mi garganta es tuya >> Murmuro mi conciencia a través de mis pensamientos.
Antes de llegar Linda se detuvo.
<<Tu obra de teatro me está cansando>>