Capitulo XLI: El camino a la felicidad.

Daniel.

El amor cambia personas. Me temo que ese mito urbano sacado de las películas y los libros de romance es verdad porque gracias a esta hermosa chica, siento que todo mi cuerpo cobra vida y que para merecerla primero debo enderezar mi camino y de eso depende esta noche, debo encontrar el camino que me lleve hacia ella; mi felicidad.

No puedo dejar de mirarla. Ella es tan valiente y tan hermosa que todos mis sentidos se enfocan en cada detalle: la manera en como sus pestañas aletean con gracia, la forma en como sus labios se curvan cuando algo le parece graciosos y todos sus gestos al dirigirse a personas que no son de su agrado, simplemente me fascinan.

Esta testaruda chica ha demostrado ser algo de lo que no estoy seguro de merecer.

—Ojalá algún día hablaras de mi con el amor con el que describiste a Sebastián hace unos minutos —Susurre en su oído y ella se detuvo.

—Daniel...

Bailando medite en decirle la verdad. Tenía que hacer que me mirara un día como lo hacía con Sebastián y para eso tenía que enmendar mis errores. Sabía que no sería fácil decírselo, pero ese era el único puente que tenía que cruzar para seguir mi camino y si no lo hacía ahora, no quería pensar si después sería demasiado tarde.

—¡Ey! — Sostuve su barbilla con delicadeza—. No lo dije para echarte en cara nada.

—Lo sé. 

—¿Qué sucede? —Su respuesta fue cabizbaja y silenciosa. Algo no marchaba bien.

—No es nada.

—Me conformare con esa respuesta por ahora — Le dije y la hice girar al ritmo de la melodiosa canción Like I’m Gonna Lose de Meghan Trainor mientras debatía en como decírselo.

—¿En qué piensas? —Quiso saber entonces preocupada.

Con mi pensadera la había preocupado << ¡Mierda! ¿Ahora como se lo digo?>>

Busqué en su rostro alguna pista de su estado de ánimo, pero no encontré ninguna. En emociones, Emily era impredecible así que rendido le solté lo primero que pude formular.

—¿Aun quieres saber sobre mi trato con Erick?

Los ojos de Emily brillaron y sus pestañas se paralizaron. De pronto se removió nerviosa y ambos nos detuvimos cuando la canción finalizo y me dijo que si en un movimiento indeciso de cabeza.

—Mi segundo regalo del día de hoy —Dije fingiendo entusiasmo al darle una vuelta más movida cuando la canción Team de Iggy Azalea comenzó— ¿Lista? —, junte sus manos en mi pecho luego de juguetear con ellas al ritmo de la canción.

—Sip. —Dijo apretando sus labios al pronunciar la <<P>>

—Voy a enmendar mis errores. Después de que consigamos desenmascarar a Thomas y hacerle pagar por todo lo que ha hecho, le he prometido a Erick que me entregare a la justicia para pagar mi condena por la inocente joven a la que le quite la vida. —Solté una gran bocanada de aire que contenía. 

Al verla, el color abandono su cara.

—¿Emi? —Sus manos repentinamente se pusieron frías.

Preocupado quise preguntarle algo más, pero su reacción me congelo en el sitio.

—No Daniel. Esto tiene que ser una broma. Tu no me puedes dejar sola. Yo… yo no quiero que me dejes sola —Sollozo golpeando mi pecho con sus frías manos.

Cuando accedió salir al jardín conmigo todo su cuerpo temblaba haciéndome sentir impotente e inútil al no saber qué hacer para reconfortarla.

—Emi, no te dejare sola —Aclare tratando de tranquilizarla. No sabía ni que decir ni cómo actuar así que accedí a pronunciar las palabras que ella quería escuchar, Ya después se lo explicaría con mas calma.

—No puedes irte a la cárcel ¡No fue tu culpa! —Me grito histérica.

—¡Si fue mi culpa! —Dije alzando la voz para que ella se callara—, aunque no fue intencional yo la mate. No sabes cuánto me arrepiento por no dejar que Erick me matara en ese día. Lo merecía, lo merezco Emily. Yo la mate y me odio por ello.

>>Hubo un tiempo en el que las palabras de Thomas surgieron efecto y me convencieron de que debía olvidar lo que había pasado y seguir adelante pero ahora sé que eso fue lo más cobarde que pude haber hecho y quiero remediarlo. Tengo que hacerlo para poder merecerte Emily, porque te quiero y quiero que tú seas feliz a mi lado.