Rubén estaba en su oficina revisando unos informes cuando escucho que tocaban su puerta
—Lo siento señor Cáceres, el hombre que manda el señor Cortez está aquí para hablar con usted
—Hazlo pasar —ordeno sin despegar su vista de los documentos
Su secretaria hizo pasa al hombre que se mantuvo parado frente de él
—Me dijo el señor Cortez que usted era el mejor trabajador de la hacienda
—Así es señor
—Bien, necesito sus servicios… —alzo la vista — ¿Usted no es… sobrino del señor Alfonso?
—Así es
—¿Lo ha enviado su tío acaso? —vio como el joven negaba
—Como su secretaria ya le dijo, vengo en representación del señor Cortez
—En ese caso —se levanto acomodando su traje —, tendrá que viajar con Alejandra ¿Sabe quien es? Verdad
—Tengo el conocimiento de su persona, más sin embargo no tengo el placer de conocerla
Rubén dio la vuelta al escritorio quedando frente de él, lo examinó con la mirada antes de continuar
—Pues ahora tendrás ese placer, de tratar con ella. Ya que necesito que la acompañe a Puerto Rico, en estos momentos me es imposible acompañarla además que necesito a alguien que tenga conocimiento sobre vino. Y usted al parecer es el indicado
—¿Cuándo viajaremos? —pregunto y al ver el seño fruncido de Rubén le dijo: — Lo digo por que tengo a mi madre enferma y necesita cuidados
—No se preocupe nos haremos cargo de ella…
—Se los agradezco pero no es necesario yo le pediré a alguien que la cuide —lo miro con cierta desconfianza —, solo quiero saber cuando viajaremos para dejar todo listo
—Mañana, a las 8 de la mañana tiene que encontrarse con la señora Alejandra para abordar el avión
—Bien, estaré hay a esa hora. Con su permiso me retiro
Salió de hay dejando a Rubén con una sensación extraña, algo iba a pasar. Solo esperaba que no fuera nada malo y sobre todo que Tamara no resultara involucrada en todo eso.
Alejandra estaba terminado de hacer su maleta cuando su teléfono empezó a sonar
—Diga —contesto sin ver quién llamaba
—Alejandra Castillo —escucho la voz de una mujer
—Ella habla
—Habla, Yeimy Montoya
Confundida era como estaba Alejandra en ese momento, ¿Para qué la hablar llamado?
—Señorita Montoya, ¿En qué le puedo ayudar? Y si no es mucha molestia preguntar ¿Cómo consiguió mi número? Ya que no recuerdo habérselo dado
—Como lo conseguí es lo de menos, lo importante es saber ¿Qué busca al seducir a mi prometido?
—Perdón, ¿Qué ha dicho? Seducir —soltó una risa burlesca
—Si, o acaso me va a negar que la identificación con su foto y su nombre no es suya
Cuando ella iba a contestar, las puertas de su habitación fueron abiertas por su amigo y con una sonrisa dijo
—Esta en un error, esa identificación se la dio Rubén a Alexis para que saque mi boleto a Puerto Rico
Le dijo mientras escribía en una hoja “llámale a Alexis y dile que encargue mi boleto con mi identificación que su mujer tiene" Él solo asintió para marcarle
—¿Boleto?
—Así es, mi boleto
—Oh, lo siento mucho señora es que… vi la identificación y… lo siento mucho
—No te preocupes, yo entiendo hay que cuidar muy bien a nuestro hombre —sonrió fríamente —, y más de mujeres que no tienen escrúpulos
Con esa últimas palabras colgó, sin esperar su respuesta. Apoyo su teléfono en su barbilla mientras sonreía
—Ya le dije a Alexis sobre lo del boleto —guardo su teléfono en su saco —, solo es cuestión de que yo vaya por el
—No, mejor dije que me lo lleve al aeropuerto mañana temprano. Tu solo encárgate del sobrino de Alfonso
—Bien
Salió mientras su teléfono sonaba señal de que había recibido un mensaje, lo observó y el nombre de Alexis brillaba en la pantalla
hola mis queridos lectores aquí les traigo otro capitulo de esta historia, Si preguntan ¿Que les preparará el destino a Alexis y Alejandra? Déjeme decirle que sinceramente ni yo lo sé. Por qué está historia la estoy escribiendo sobre la marcha y hay muchas cosas que se me ocurren para esta pareja, pero para no darles spoilers lo dejaré con eso. Hasta el siguiente capitulo, mil besos desde México