Capitulo 12

La mañana llego más rápido de lo que pensó había llegado al aeropuerto mucho antes que lo hiciera su acompañante quería ver a Alexis antes de que él llegara. Le mando un mensaje diciéndole que ella ya estaba esperándola. No tardo mucho en llegar, ya que estaba de camino hacia la oficina cuando se acerco de a ella tenía un sentimiento extraño dentro de él  
—Has llegado —le dijo con una sonrisa  
—Aquí esta tu boleto —se lo entrego —, espero que tengas buen viaje  
—Espera —tomo su mano impidiendo su huida —, ¿estás molesto conmigo?  
El negó soltando un suspiro  
—No contigo —trato de deshacerse de su agarre —, debemos alejarnos. Yo estoy comprometido y no es justo para ella  
—Ella, siempre tiene que ser ella —murmuró —, ¿te gustó? Dime si tu respuesta es negativa te prometo que te dejo en paz ya no insistiré  
—Buenos días —hablo una voz a sus espaldas  
Alexis volteó y se sorprendió al ver a su hermano ahí  
—León 
Alejandra estaba más sorprendida, ¿no e supone que vendría el sobrino de Alfonso? Entonces que hacia el hermano de Alexis así  
—¿Qué haces aquí?  
—Voy acompañar a la señora en su viaje  
—¿Su primo no pudo venir? —le preguntó  
—Yo soy primo de Alexis —dijo rápidamente  
—Pero el otro día, él —señaló a Alexis — lo llamó hermano  
—Fue por que nos criamos juntos como hermanos, por eso nos llevamos como tal  
Ella iba replicar cuando escucharon por el altavoz que su vuelo iba a despegar  
—Bien. Hasta luego Alexis —miro a León —, vamos  
Cuando León la iba a seguir Alexis lo detuvo  
—¿Qué significa esto? —pregunto molesto  
—No se a que he refieres —dijo saltándose de su agarre  
—¿Por qué iras con ella? 
—Es algo que debería de darte igual —tomo su equipaje —, se supone que estás comprometido dedícate a ella y deja a Alejandra fuera  
—¿Ahora es Alejandra? —dijo con una risa burlesca  
—No tengo tiempo para tus pataletas, adiós  
Se fue de ahí dejando a Alexis con la sangre hervir de furia. León subió al avión ubicando su asiento junto Alejandra  
—Espero que no tenga problemas con… su primo por mi culpa  
—¿Tendría porque? —pregunto mientras la observaba —, tengo entendido que no son nada 
—Él es libre  
—No, no lo es —no la miro —, esta comprometido  
—Usted lo ha dicho, comprometido ósea que se puede romper  
—¿Qué pretende señora?  
—Yo no pretendía nada —aseguro —, ¿qué podría planear yo? 
Los dos se miraron a los ojos directamente y el frunció el seño  
—¿De donde es?  
—¿A que viene su pregunta? —dijo con una sonrisa  
—Por que sus ojos los conozco de algún lado —aseguro —. Ya la he visto antes  
Y eso la puso nerviosa, no, el no podía reconocerlo era imposible. Ya que ni ella se acordaba haberlo visto antes. Era imposible que alguien pudiera reconocerla se había echo muchas cirugías para cambiar un poco su imagen con el único propósito de que no la reconocieran nadie