Capitulo 13

—¿A si? —sonrió —, ¿dónde?  
—La he visto en la hacienda hace años  
Por un momento el desconcierto puso por su rostro, pero rápidamente se esfumó como si hubiera sido una visón dejando paso a una amplia sonrisa  
—Creo que me ha confundido con alguien más —saco su celular —, jamás he estado en su hacienda y menos en mi niñez  
—Puedo jurar que la he visto antes de que llegara a la empresa  
—Pues al menos que hayas ido a Puerto Rico, no creo que nos hayamos visto antes  
Después de esa  conversación ninguno de los dos dijo palabra alguna durante lo que quedaba del trayecto. Y después de un vuelo de 3hr y veinte minutos por fin llegaron a Puerto Rico, cuando bajaron del avión ya los esperaba una camioneta para llevarlos hasta la hacienda  
—Bienvenidos —dijo el chófer con una sonrisa en los labios 
—Gracias André  
Subieron los dos a la camioneta mientras que el teléfono de León no dejaba de sonar con insistencia  
—¿No vas a contestar?  
—No es nadie importante, le marcare luego  
Ella solo asintió volvieron a quedar en silencio durante el corto trayecto. Cuando por fin visualizaron la hacienda Alejandra le hablo a André  
—Por favor André dile a Dylan que me ensillé un caballo iré a recorrer las tierras y checar que tanto son los daños. También dile a Yara que prepare una rica comida para cuando yo vuelva  
—Claro señora —miro al hombre —, ¿solo un caballo le ensillamos?   
—Si, el señor esta muy cansado y creo que le gustaría refrescarse  
—Entendido señora  
Una vez que llegaron a la hacienda, los dos se fueron a sus respectivas habitaciones y como bien lo dijo Alejandra salió a inspeccionar sus tierras. León bajó una vez que terminó se arreglarse cuando vio pasar a una joven  
—Disculpa, ¿Dónde encuentro las caballerizas?  
—Saliendo se va a la izquierda y las verá  
—Muchas gracias  
Siguió las indicaciones y encontró al chófer hablando con un hombre un poco mayor que ellos  
—Disculpa, me gustaría que me ensillen un caballo por favor  
—Claro, ¿Ira a vigilar a la patrona? —pregunto el hombre mayor  
—Yo no… 
—No se preocupe —le interrumpió entregando le el caballo —, Rubén nos dijo sobre sus función en la hacienda  
—Gracias, ¿me dirán por donde se fue?  
—Mira te vas por este camino… 
Sigo las indicaciones y no tardo mucho en encontrarla. Estaba parada acariciando le el hocico del caballo mientras le hablaba, la observó como si fuera una de las 7 maravillas del mundo algo único y especial de ver. Y no pudo preguntarse ¿Qué secretos escondería aquella mujer?